Acusa al Estado de usar al TC para hacer el trabajo que "no se atrevían" a hacer BARCELONA, 10 Feb. (EUROPA PRESS) - El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha utilizado su derecho a la última palabra en el juicio del 9N para asegurar que no desobedecieron al Tribunal Constitucional (TC) con la consulta sobre la independencia, sino que "plantaron cara" al Gobierno español. "El Gobierno español utilizó al Tribunal Constitucional para hacer el trabajo que no se atrevía a hacer desde el punto de vista político", ha defendido este viernes haciendo uso de su derecho al turno final de palabra como acusado, en una intervención que se ha alargado 23 minutos, algo inusual en un juicio. El entonces presidente ha insistido en que la convocatoria de lo que denominaron entonces proceso participativo del 9 de noviembre de 2014 fue un éxito: "Y este éxito no gustó nada a determinadas instancias del Estado". Mas considera que no está sentando en el banquillo --junto a las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau-- sólo por supuestamente haber desobedecido: "¿Cuántos juicios de estas características tendría que haber por desobediencias manifiestas del Gobierno español al Tribunal Constitucional?". Como ya hizo en su declaración como acusado el primer día de juicio, Mas se ha reivindicado como "máximo responsable político del 9N", y ha añadido que para la consulta contó con la colaboración de su Govern, que califica de leal y entusiasta. "Me declaro responsable de haber escuchado a la gente del país", y ha insistido en que su intención era que la ciudadanía se pronunciase sobre el futuro político de Catalunya, tanto a favor como en contra de la independencia. Y considera que no es responsable de ningún delito, pese a que la Fiscalía le atribuye los de desobediencia y prevaricación por haberse seguido con los preparativos de la consulta pese a la suspensión del TC --cinco días antes de celebrarse--, y por eso el fiscal pide su inhabitación para cargos públicos diez años. "No soy culpable de haber cometido ningún delito. Ni Ortega ni Rigau ni Francesc Homs --exconseller también investigado por el 9N, aunque su causa la tramita el Tribunal Supremo-- hemos cometido ningún delito", ha reiterado en su alegato final. Mas ha dicho que, de haber querido desobedecer, lo pudo hacer en la "ocasión de oro" que tuvo cuando el TC suspendió en septiembre la primera consulta; sin embargo, decidió acatar este veto y reconvertirla en un proceso participativo, que ya no detuvo. No lo hizo porque, mientras en la primera consulta era la Generalitat la que organizaba y podía dar la orden de paraliza, en el proceso participativo --que no era vinculante-- todo estaba ya en manos de los ciudadanos. "¿Cómo se da órdenes a 42.000 voluntarios? A los voluntarios no se les dan órdenes; como máximo se les puede transmitir recomendaciones", ha añadido. Mas ha empezado su intervención con un agradecimiento expreso al presidente del tribunal, Jesús María Barrientos, por la corrección institucional con la que se ha desarrollado el juicio, "más allá de alguna pequeña llamada de atención" del presidente del TSJC a los acusados. También ha mencionado el trabajo de la acusación, especialmente el del fiscal Emilio Sánchez Ulled, al que ha reconocido todo su trabajo: "Agradezco la profesionalidad que ha demostrado y conocimiento profundo en muchas de las materias". Se ha referido a la mención que Ulled ha hecho la mañana de este viernes en su informe a que fue la entonces fiscal general, Consuelo Madrigal, la que le encargó investigar el caso pese a no formar parte de la Fiscalía Superior de Catalunya, y que hiciese lo que tuviera que hacer: archivar o acusar. "Cuando he oído esto me ha dejado preocupado: que la fiscal general del Estado haya cogido a un fiscal y le haya dicho que ha de ser imparcial y justo", ha expresado. Mas ha salido el Palau de Justícia a las 17.14 acompañado de Ortega y Rigau, y fuera esperaban la consellera de la Presidencia, Neus Munté; la consellera de Gobernación, Meritxell Borràs, y la coordinadora del PdeCAT, Marta Pascal.