Las fuerzas de seguridad dan relevancia a esta estructura pero no creen que sea la encargada de seleccionar objetivos
MADRID, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas de seguridad españolas tienen desde hace tiempo constancia, de acuerdo con la información de inteligencia antiterrorista que cruzan con otros países, de que Estado Islámico (EI, también conocido como Daesh en su traducción árabe) dispone de una 'unidad de inteligencia' nutrida por ex miembros de la seguridad de regímenes como el Irak de Sadam Husein.
La caída en 2003 del antiguo dictador iraquí dejó sin ocupación a decenas de sus oficiales baazistas, lo que llevó a algunos a enrolarse en las filas del Daesh. Una ayuda muy valiosa que, fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Europa Press, limitan a aspectos como la selección de sus combatientes, el análisis de la reacción de la opinión pública occidental ante cada ataque o cuestiones puramente operativas en guerras como la de Siria, donde se enfrentan al Gobierno de Bashar al Assad.
"Sería un error pensar que son inexpertos", observan las citadas fuentes al referirse a esta unidad de inteligencia, insistiendo en que son profesionales, algunos de ellos con formación militar, que llevan un control sobre cada uno de sus 'foreign fighters'. También atribuyen a esta unidad la supervisión para evitar discrepancias o filtraciones internas o la difusión de instrucciones a sus seguidores sobre cómo sortear a las fuerzas de seguridad a través de consejos para vestirse pasando desapercibidos en las sociedades occidentales.
Estos expertos han mostrado sus dudas de que esa orientación alcance a la selección de objetivos y a las instrucciones concretas de atentados, al menos en el caso de España, que mantiene el nivel 4 --sobre 5-- ante un riesgo de ataque alto, pero aún menor que en Francia, Alemania, Reino Unido y Bélgica.
No obstante, admiten que los servicios de inteligencia analizan cualquier novedad sobre el entramado de los yihadistas. Este es el caso de la reciente información de 'The New York Times' sobre una célula secreta de nombre Emni que habría desplegado combatientes para atentar en España y otros países como Alemania, Austria, Líbano, Túnez, Bangladesh, Indonesia y Malasia.
La noticia parte de una entrevista, con vídeo, desde una cárcel alemana con un antiguo miembro de Daesh. Su nombre es Harry Sarfo y es un alemán que viajó a Siria y fue detenido cuando los líderes de esta organización terroristas le conminaron a que regresara a su país de origen.
Los agentes encargados de la prevención de ataques del EI en España ven lógico, de acuerdo a esta información, que se trate de reclutar a combatientes "limpios", es decir, que no estén fichados por las fuerzas de seguridad. "Forma parte de su propaganda decir esto, pero obviamente Daesh no sabe hasta qué punto se controla o no a sus soldados", advierten.
En el caso de España, las fuerzas de seguridad tienen constancia de que actualmente son 25 los retornados desde zonas de guerra de Siria o Irak, estando 15 de ellos en la cárcel. Además, se mantienen intervenidos unos 200 teléfonos de individuos vinculados a la amenaza yihadista, una cifra que otras fuentes policiales elevan hasta 600, y se supervisa el entorno de las 1.200 mezquitas, con especial atención a las zonas de culto clandestino en los 'puntos calientes' de Cataluña, Ceuta, Melilla y Madrid.
AMENAZA DE TERRORISTAS SOLITARIOS
La amenaza más apremiante, por difusa, es la que representan los terroristas solitarios que actúan por inspiración del Daesh pero sin órdenes concretas para atentar. La inteligencia española, de acuerdo con los datos que comparte de forma "fluida" con otros países cuando hay cualquier novedad, sigue pensando que los líderes del autoproclamado califato sólo planificaron desde las zonas de guerra los atentados en París de noviembre de 2015 y los de marzo de 2016 en Bruselas.
Esto no quiere decir, subrayan, que la 'unidad de inteligencia' no sea relevante. "El peso de la propaganda es fundamental en el EI", señalan las fuentes consultadas, "y esa unidad lleva tiempo tratando de convencer a sus soldados de que no hace falta ir a Siria o Irak para hacer la yihad".