"Quiero como presidente del Gobierno de España a un hombre sabio"
MADIRD, 15 Dic. (EDIZIONES) -
Desde que en 2012 el Tribunal Supremo le apartara de sus labores como juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón no ha cesado en su empeño de defender los derechos humanos y la jurisdicción universal.
Para ello creó la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR), una organización sin ánimo de lucro que se sustenta sobre los pilares de la solidaridad, el respeto, la promoción de los derechos humanos, la cooperación al desarrollo de los pueblos, la mediación y la lucha contra la impunidad.
Además, Garzón es, junto al diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, el principal impulsor de X La Izquierda, una coalición de plataformas que aspira a lograr representación parlamentaria en las elecciones del próximo 20 de diciembre.
-Hace poco se refirió a su situación con estas palabras: "De mi trayectoria no hace falta hablar mucho. Eran más y pudieron". ¿Pese a ello sigue creyendo en la justicia?
Independientemente de lo que a mí me haya ocurrido y de los motivos que movieran a quienes lo consiguieron (aún hoy sigo sin acabar de entender el porqué tanto interés en quitarme de en medio y tanto esfuerzo para conseguirlo), continúo creyendo en la justicia.
Sobre todo porque, aunque desde otra situación, tengo la oportunidad de trabajar por las víctimas, como siempre lo he hecho, y ese empeño es lo que me mueve, en España o en cualquier lugar del mundo.
Creo cada vez más en la necesidad de la Jurisdicción Universal para lograr la verdad, la justicia y la reparación de aquellos que sufren injusticia y en su país no logran la debida reparación, frente a crímenes que agreden a la humanidad.
Me resulta inasumible que haya interpretaciones que buscan la impunidad y el abandono de las víctimas. Por ello soy tan duro contra la represión y contra la posición oficial de España auspiciando y amparando la impunidad, por ejemplo, de los crímenes franquistas.
-Precisamente para seguir luchando contra esa impunidad y peleando por los derechos humanos creó FIBGAR. ¿Cuáles han sido sus mayores logros?
La Fundación que presido colabora en asesorar en procesos de paz; para combatir la macrocriminalidad, la corrupción; en capacitar jueces, fiscales y policías; en empoderar a las comunidades indígenas; en definir los nuevos estándares de derechos humanos aplicables a las empresas, los nuevos principios de jurisdicción universal; los nuevos crímenes económicos, financieros y medioambientales, como crímenes de lesa humanidad.
Luchamos por conseguir una comisión de la verdad que a través de la verdad repare a las víctimas, por la libertad de expresión, por la paz. Aspiramos y luchamos por ser referentes en Derechos Humanos y en Jurisdicción Universal.
-El conocido como 'Protocolo Garzón' nació como una buena práctica para la prevención de la tortura en los juzgados. En 2006 la ONU incluso lo adoptó como protocolo de actuación internacional, pero en España le supuso denuncias por "estar a favor de los terroristas", aunque después la causa quedó archivada. ¿Garzón condena todo tipo de terrorismo?
Todo crimen es detestable y el terrorismo es un crimen especialmente execrable en cuanto a que atenta indiscriminadamente con el objetivo de sembrar el terror mediante la muerte. En cuanto a la tortura, desde el principio de mi función jurisdiccional he combatido esta lacra, tanto por sí misma como porque deslegitima cualquier acción del Estado frente al crimen.
Asumo que cualquier idea se puede defender, el derecho de autodeterminación de los pueblos, la independencia, pero jamás podre compartir el uso de la violencia en una democracia, ni los discursos justificadores de quienes la practican.
- En esa línea, y tras los recientes atentados de París, ¿qué opina de los pactos entre partidos y entre países para combatir el yihadismo con bombardeos en lugar de cortar las vías de financiación que conducen a él?
Lo terrible es que los líderes de nuestros países no sean capaces de superar sus diferencias para concluir en un plan que aborde todas las causas profundas del terrorismo en su versión actual.
Es imprescindible avanzar una solución social, política, económica y humanitaria consistente, entendiendo que esta situación parte de una forma de entender el mundo y unos valores diferentes.
Parte de esa hipocresía se basa en los intereses económicos que cada país detenta y que llevan en demasiadas ocasiones a una indeseable financiación que alimenta al monstruo. Una confrontación armada contra Daesh tiene como efecto legitimarle como enemigo y como actor en el conflicto armado.
¿Qué pasos debe dar occidente para combatir el yihadismo?
No soy partidario de la guerra y así lo he manifestado en muchas ocasiones. Sí creo que es preciso combatir estas acciones criminales, pero no se trata simplemente de acudir a las armas frente a quien desea esta respuesta. Abogo por un estudio social compartido entre los pueblos y no necesariamente entre los Gobiernos sobre las causas del problema.
Un análisis económico, que incluya la realidad que subyace bajo las estructuras de Daesh, cómo se financia, las redes de apoyo y ayuda y de a quién beneficia; dónde se compran las armas; cómo se captan y cómo se radicalizan, con un examen en profundidad de la incidencia de la visión extremista del factor religioso, algo que se considera fundamental pero en lo que nadie quiere entrar.
Por último es necesario llevar a cabo un análisis sobre la violación sistemática de los derechos humanos en los escenarios de barbarie.
-¿Qué medidas legales y judiciales se podrían tomar en este momento?
Es básico saber si esta alianza contra la violencia de Daesh conllevará después, una vez que la victoria se haya consumado, una segunda fase que consista en hacer que los responsables de los crímenes respondan por ellos y colaborar con sinceridad en democratizar esa zona.
Esto conlleva atender a las necesidades de una población sometida a unas condiciones extremas y a desplazarse por efecto de la violencia y la desigualdad más evidente. Si no es así, la potencial victoria será efímera.
Sin olvidar una herramienta fundamental para lograr estos fines, la Jurisdicción Universal, que permite juzgar los crímenes de lesa humanidad. En este sentido, España, por decisión del Partido Popular, tiene que entonar su mea culpa al haber derogado esta imprescindible arma jurídica al considerar que podía lesionar los intereses económicos de España en relación con otros países, excusa lamentable y por completo inadmisible.
-Si mañana pudiera retomar su carrera profesional y volver a la Audiencia Nacional, ¿cuál sería el primer caso al que le gustaría dedicarse?
Bueno, esa es una situación remota, aún faltan bastantes años hasta que concluya mi inhabilitación. En esa hipótesis me ocuparía del caso que por reparto me correspondiera, pero lo haría con la misma dedicación que pongo en cada caso que me ha correspondido. Y en esa misma situación hipotética sí me gustaría que la reforma de la Jurisdicción Universal que ha impuesto el Gobierno de Mariano Rajoy ya no existiera y pudiera investigar un caso de lesa humanidad de tantos como existen.
-Usted planteó el enjuiciamiento de Aznar, Bush y Blair por la guerra de Irak. Si pudiera, ¿seguiría queriendo llevar a Aznar a los tribunales?
No es que propusiera ese enjuiciamiento, sino que afirmé y lo sigo haciendo que fueron responsables de una guerra ilegal, inmoral e ilícita que respondió a intereses bastardos que nada tenían que ver con lo que sucedía en Irak. La ley es igual para todos y cada cual debería asumir esa responsabilidad. Han tenido que pasar 12 años para que Tony Blair reconozca lo que todos sabíamos: que no había motivos para una guerra.
Desde luego, yo no dormiría tranquilo de haber tomado esa decisión y de haber mentido y engañado a millones de personas para llevarles a este desastre humanitario que dura hasta hoy. En aquella guerra radican las causas de gran parte de lo que hoy estamos sufriendo con Daesh y con lo que vendrá si no somos capaces de profundizar y actuar solidariamente sobre las causas.
ELECCIONES GENERALES
-Nova Esquerda Socialista, Convocatoria Cívica, Los Verdes, la Asociación de Refugiados Palestinos en España, SOS animal Comunidad de Madrid o la Asociación contra la Violencia del Género así hasta un total de 23 entidades conforman X La Izquierda. Son ámbitos demasiado concretos cada uno de ellos. En caso de obtener representación parlamentaria, ¿cuáles serían las prioridades del partido?
El objetivo es dar voz a aquellas iniciativas de izquierda que incidan en el bienestar social y que por imperativos del guión político habitual –bipartidismo, intereses empresariales...- dejan de lado temas importantes que afectan a los ciudadanos. Lo que plantea es la regeneración democrática como resumen de objetivos, y en eso todos estamos de acuerdo, aunque algunos parece que no quieren contar con un espacio plural para conseguirlo.
Creemos que nuestra candidatura, única encabezada por tres mujeres, quiere mandar un mensaje muy contundente en la lucha por la igualdad, contra la violencia de género, la no discriminación, los derechos de la naturaleza, por una verdadera acción contra los crímenes franquistas a través de la justicia y la comisión de la verdad.
-¿Qué quiere decir exactamente que usted “apoya” esta nueva plataforma? ¿No tendrá nada que ver en las decisiones políticas que se tomen dentro de ella?
Convocatoria Cívica, que es la plataforma a la que pertenezco y que está integrada en X La Izquierda, es una entidad más dentro de esta opción. Por supuesto damos nuestra opinión dentro de esta coalición de partidos y asociaciones, pero las decisiones se toman por consenso en forma soberana. Apoyar significa transmitir a la ciudadanía que creemos, con respeto a los demás, que esta es la mejor opción electoral para nosotros y por eso participamos en ella.
-¿Por qué usted no va en las listas? ¿Por qué María Pato como candidata final, nunca se lo planteó usted mismo?
Siempre he dicho que no tenía intención de presentarme como candidato en unas elecciones políticas. Mi trabajo está orientado en estos momentos a otros aspectos. Esta es una candidatura de los y las ciudadanos y ciudadanas, de los movimientos ciudadanos, de los colectivos que los integran, de los sin voz. El liderazgo se debe construir desde dentro y en forma compartida, como son los esfuerzos para mejorar nuestra calidad de vida, no desde fuera, impuesto por los aparatos de los partidos y actuando con sumisión y jerarquía.
-¿Qué ocurrió con Beatriz Talegón para que abandonara la formación? Ella alega que no iba a ser la cara que usase esta nueva formación para robar votos a Alberto Garzón y desde X La Izquierda emitieron un comunicado asegurando que Talegón se había marchado tras el rechazo que recibió por parte de varios grupos para encabezar la candidatura en la circunscripción de Madrid.
No he seguido puntualmente los avatares y discusiones internas de X La Izquierda. Entiendo que quizás a Beatriz Talegón, que es una persona interesante y valiosa, le atraía más una formación con vocación de mayor protagonismo para sus candidatos. En el caso de X La Izquierda los candidatos son personas poco conocidas para el gran público, pero con una enorme vocación de trabajar por la sociedad.
-Agrupan a varias organizaciones de izquierdas. ¿Han planteado esa unión a Podemos y esta fuerza la ha rechazado o ustedes no quieren una candidatura conjunta con la formación ‘morada’?
Desde el principio nos ofrecimos a todas las fuerzas políticas para servir de foro de reflexión y apoyo a aquellas acciones que supusieran la confluencia de la izquierda, pero Podemos tiene un camino trazado muy concreto.
-Antes de que la Junta Electoral aceptase su candidatura, parecía que podían tener problemas para concurrir a las elecciones en Madrid porque, según alegaron, Izquierda Unida estaba tratando de impedirlo. ¿Cómo están ahora las relaciones con IU?
Yo creo que las relaciones con IU son correctas. Estas cosas pasan en las campañas electorales, las “rencillas” son normales, pero no tienen mayor importancia.
-¿Tiene sentido fragmentar aún más la izquierda? ¿Tantas nuevas formaciones no le están haciendo un flaco favor a la propia ideología?
En el caso de Convocatoria Cívica la intención siempre ha sido facilitar un espacio de reflexión para la izquierda y esa sigue siendo nuestra intención. Pienso que X La Izquierda puede dar una opción a aquellas personas que en otro caso se abstendrían al no encontrar respuesta en otras formaciones.
-Alberto Garzón ha definido a Unidad Popular como “la verdadera plataforma de unidad de la izquierda”. ¿Ustedes no lo son?
Bien, cada cual dice que lo suyo es lo mejor y lo más auténtico. Su país, su pueblo, su familia, su equipo, su partido... es normal.
-Hay muchos ciudadanos que ni siquiera conocen la candidatura. ¿Qué resultado esperan conseguir?
Ya lo veremos. Veo a los candidatos y a las entidades que componen esta plataforma con mucha fuerza y muchas ganas de aportar su experiencia. A ver si nos dan una sorpresa.
-En caso de obtener representación, y descartando que pudieran pactar con el PP, ¿contribuirían a alzar al poder al PSOE de Pedro Sánchez o al Ciudadanos de Albert Rivera?
No veo a X La Izquierda apoyando a partido alguno que tenga planteamientos próximos a la derecha.
-“El PP ha intentado acabar con nuestros derechos, nuestra felicidad y nuestro espíritu de solidaridad, pero no lo van a conseguir”. Son palabras suyas. ¿Qué espera del nuevo panorama político que se puede presentar en España?
Espero que el Partido Popular, en cuyo seno se ha fraguado una de las mayores tramas de corrupción que ha tenido lugar en nuestro país, abandone de una vez por todas el Gobierno.
Espero que recuperemos el Estado de Bienestar Social tan deteriorado por la acción del PP y que los españoles vivamos un escenario democrático ajeno a la podredumbre que nos rodea, con la derogación de las leyes que nos retrotraen a tiempos antiguos y coaccionan nuestra libertad y en la que la solidaridad con los ciudadanos de otros países que vienen al nuestro. Espero una sociedad culta, democrática y con respeto a los derechos humanos y al medio ambiente.
¿Quién sería hoy para usted el mejor presidente del Gobierno?
Pude ver hace unos días en un programa de televisión una entrevista con el expresidente de Uruguay. Pepe Mújica venía a decir que los hombres sabios nunca eran presidentes. Yo no quiero grandes nombres, quiero como presidente un hombre sabio.