BRUSELAS 30 Ago. (EUROPA PRESS) -
El viceprimer ministro belga y responsable de la cartera de Exteriores, Didier Reynders, ha pedido este jueves dejar que sea la Justicia belga la que decida las consecuencias del error en la traducción al francés de las declaraciones del juez Pablo Llarena que la defensa del expresidente de Cataluña Carles Puigdemont ha utilizado para presentar una demanda civil contra el magistrado en Bélgica.
Las declaraciones originales de Llarena utilizadas para armar la demanda fueron realizadas en condicional para referirse a los encausados, mientras que en la traducción presentada en la denuncia parece que el juez afirma que cometieron los delitos de los que estaba hablando.
"Creo que hay que dejar a las autoridades judiciales trabajar juntas, es lo que intentamos hacer", ha declarado Reynders a la prensa cuando se le ha pedido opinión sobre la polémica por la traducción, a su llegada a una reunión informal de ministros europeos a la que también asiste en Viena el titular español, Josep Borrell.
El ministro belga no ha aclarado si aprovechará este cita europea para reunirse con Borrell, pero ha señalado que el embajador de Bélgica en España mantiene contactos con el Ministerio de Justicia español para favorecer la cooperación judicial.
"Intentamos ver cómo avanzar lo mejor posible en este asunto, como lo hemos hecho en otros dossieres judiciales recientes", ha declarado Reynders, en alusión a las órdenes europeas de detención y entrega que cursó --y después retiró-- Llarena contra Puigdemont y los exconsejeros huidos a Bélgica.
Así, el político belga ha pedido "dejar a las autoridades judiciales trabajar juntas", algo que, ha añadido, los dos países tratan de hacer. "Las ponemos en contacto lo máximo posible y, como ha ocurrido con otros casos en los últimos meses, vamos a intentar que ello ocurra en buen entendimiento", ha concluido.