Le "sorprende" que Washington tomase la decisión justo después de que la UE haya aprobado el mandato para negociar un nuevo acuerdo comercial
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, considera que la UE y Estados Unidos van a entrar "en una fase de extrema actividad litigiosa ante los tribunales de la Organización Mundial del Comercio" por la decisión de Washington de activar el Título III de la Ley Helms-Burton, que permite a los ciudadanos estadounidenses denunciar ante sus tribunales a las empresas que hagan negocios con bienes que se les confiscaron por el régimen de Fidel Castro.
De entrada, cree que la UE tendrá que volver a "replantear ante la OMC dos litigios que en su día se plantearon y se retiraron" cuando Estados Unidos aceptó aplicar una moratoria del título de la ley renovable cada seis meses.
"Tendremos que volver a esos litigios, lo siento pero vamos a entrar en una fase de extrema actividad litigiosa ante tribunales de la OMC y los abogados van a tener mucho trabajo", ha dicho en declaraciones a los periodistas antes de participar en un acto, precisamente sobre las relaciones entre la UE y Estados Unidos, en la Casa de América.
El Título III de la Ley Helms-Burton entrará en vigor el próximo 2 de mayo, tras la decisión de Estados Unidos de no renovar esta moratoria. Una comisión del Departamento de Justicia tiene ya certificadas 6.000 reclamaciones valoradas en 2.000 millones de dólares (que podrían ser 8.000 millones con intereses, según estimaciones difundidas por fuentes del Departamento de Estado) pero hay otras 200.000 reclamaciones no reconocidas aún.
Durante el debate celebrado en Casa de América, Borrell ha calificado de "sorprendente" que Estados Unidos haya anunciado su decisión de aplicar el Título III de la ley "un par de días después" de que la UE aprobase el nuevo mandato para negociar un acuerdo comercial y ha apuntado que tal vez, si lo hubieran hecho antes, los europeos se habrían "enfadado" y no lo habrían adoptado.
En todo caso, ha señalado que la UE, y en particular España, han dejado claro que este asunto deberá ser tenido en cuenta en las negociaciones comerciales con Estados Unidos, "de igual forma que se habría tenido en cuenta una multiplicación de aranceles a la exportación de automóviles".
Así, ha dado por hecho que la Helms-Burton "va a distorsionar la negociación comercial", aunque ha reconocido que dependerá de la fuerza que sea capaz de ejercer la UE, que tiene fuerza pero debe ser capaz de ejercerla sin que "entre bambalinas" entren en juego intereses nacionales.
El ministro ha calificado como muy afortunado que, ya hace tiempo, los europeos decidieran comunitarizar la política comercial, porque ahora sería "terrible" que esta política fuese de ámbito nacional. Es más, ha avisado de que si la UE no usa este instrumento de forma "inteligente" puede quedar "aprisionado entre dos gigantes", en alusión a Estados Unidos y China.
Borrell ha criticado la extraterritorialidad de algunas medidas estadounidenses, como la propia Helms-Burton o las sanciones contra Irán, ahora que Estados Unidos ha levantado la excepción que había concedido a algunos países compradores de petróleo iraní.
"Vamos a ver si eso se va a poder aplicar -ha avisado sin embargo--, el resto del mundo puede decir que no acepta la extraterritorialidad, una cosa es sancionar a una empresa europea y otra es sancionar a China".
Sobre el unilateralismo estadounidense, ha reconocido que a los europeos les produce "una desazón comprensible enterarse por los periódicos de que Estados Unidos ha decidido retirarse de Siria", de una negociación de paz en Afganistán de la que Europa no participa, de decisiones unilaterales en materia de comercio o del abandono del acuerdo con Irán.
LA UE FUE "NAIF" CON CHINA
Con todo, ha mostrado cierta comprensión hacia ciertas posiciones de la Administración Trump y, entre otras cosas, ha reconocido que hasta hace poco la UE ha sido "naif" en sus relaciones con China, y ahora está advirtiendo de problemas que se hacen eco de algunas preocupaciones de Trump, como el desequilibrio comercial o la competencia tecnológica.
Eso sí, ha advertido de que cuando Estados Unidos pide a Europa que no trabaje con Huawei la respuesta de las empresas europeas solo puede ser "¿y entonces con quién?". Según ha dicho, de las seis empresas que controlan la tecnología 5G solo una, Nokia, es "atlántica" (ubicada en Finlandia con capital americano) y el resto son chinas y coreanas.
TRUMP, EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LAS RESERVAS DE GAS
También ve comprensible que un país que tiene "reservas gigantescas de petróleo y de gas" no esté "políticamente en la misma actitud hacia el cambio climático que otros que no las tienen", de modo que "no es que Trump sea el malo de la película". Es más, cree que en España también se vería de otra manera si en la minería del carbón trabajasen 150.000 personas.
Además, ha concedido que tal vez en este ámbito se haya "vendido un producto averiado", porque no se puede pretender decir a la población que "la transición económica se hace sin costes económicos y sociales". "Francia lo está aprendiendo en sus propias carnes", ha resumido.