Insiste en que el Gobierno no aceptó los 21 puntos de Torra, "un conjunto de peticiones inconstitucionales"
MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrel, ha reconocido este jueves que le "sorprendió" que se plantease la posibilidad de un "relator" para la mesa de partidos en Cataluña, pero le ha restado importancia atribuyéndolo a que él no se ocupa "de estos temas".
"No me ocupo de la negociación, que dirige la vicepresidenta del Gobierno, sobre las formas de instrumentar el diálogo", ha dicho Borrell, añadiendo que su puesto le hace pasar la mitad de los días fuera de España. "No siendo mi función, no era nada extraño que no estuviera al tanto de los detalles", ha justificado.
En todo caso, en una entrevista en Telemadrid, recogida por Europa Press, ha advertido de que sobre este asunto ha habido "mucha desinformación". Así, ha recalcado que es "absolutamente falso" que el Gobierno aceptase un mediador con la Generalitat, porque este relator era para la mesa "entre los partidos políticos, no entre Gobiernos".
El ministro cree que se puede "discutir razonablemente" sobre la conveniencia, el interés o la necesidad de una personas que diese fe de esas reuniones o las convocase pero, a su juicio, el problema es que no se discute sobre la realidad, sino sobre cómo alguien "pinta" esa realidad.
Del mismo modo, ha subrayado que "tampoco se puede decir que el Gobierno hubiese aceptado los famosos 21 puntos" que el presidente catalán, Quim Torra, le presentó a Pedro Sánchez en la reunión que mantuvieron en diciembre. "Eso es una falsedad que hay que desmontar", ha dicho el ministro.
"Yo ni los conocía", ha proseguido, remarcado que esos 21 puntos nunca estuvieron en la agenda del Gobierno. A su juicio, está claro que "sería muy grave que el Gobierno hubiese aceptado 21 puntos que eran un conjunto de peticiones inconstitucionales" pero, ha insistido, esos puntos nunca se aceptaron.
Preguntado si se siente incómodo formando parte de un Gobierno apoyado por los independentistas catalanes, ha respondido que él no se considera parte de un equipo "votado por los partidos catalanes", argumentando que éstos lo que hicieron fue votar a favor de derribar al de Mariano Rajoy en la moción de censura.
Borrell cree que los independentistas deberían "aceptar la realidad" una vez que han comprobado que la independencia unilateral conduce a un callejón sin salida y que no han tenido reconocimiento internacional. Como en otras ocasiones, ha puesto el Brexit como ejemplo de lo difícil que resulta una desconexión: "Era imposible fácticamente que Cataluña se declarase independiente y al día siguiente fuese un Estado que funcionase como tal".
LA POLÍTICA, "UN GRITERÍO"
El ministro ha lamentado que el debate político haya dejado de ser "una discusión racional" para convertirse en un "griterío" y un "pimpampum" donde solo se trata de colocar una frase en televisión, cosa que "degrada la política".
En ese sentido, ha señalado que el "España nos roba" era una frase que había que desmontar y así trató de hacerlo en el libro 'Los cuentos y las cuentas de la independencia'. Pero también se ha preguntado de qué se les acusa cuando el PP tacha al Gobierno de traidor o de romper España. "Dígame usted en qué, yo no puedo combatir un eslogan, puedo combatir un hecho", ha lamentado.
En esa misma tendencia ha enmarcado las críticas que le dirigieron los eurodiputados del PP que fueron expulsados de Venezuela, y que tildaron al ministro de "chavista": "El Parlamento se ha convertido en un festival de insultos y lo más ligero que te dicen es traidor".
De hecho ha recordado que la Embajada española en Caracas estuvo a su disposición para intentar ayudar a que entrasen en el país, y los apoyaron y posteriormente condenaron que no se les permitiese. "¿Qué más podíamos hacer? Ya sabían que no les iban a dejar entrar, a pesar de eso fueron, fueron rechazados y el embajador estuvo a su disposición", ha recordado.