¿Cómo capta la yihad en España?

Como capta la yihad
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 17 noviembre 2015 15:38

MADRID, 17 Nov. (EZIONES) -

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz ha cifrado este martes en "menos de 150" los yihadistas desplazados desde España hasta zonas de conflicto de los cuales algunos han muerto o se han inmolado en zonas de conflicto. Por su parte, ha añadido que los retornados se cuentan por "decenas" y "la mayoría están en prisión". Muchos de ellos experimentaron un proceso de radicalización que en ocasiones puede ser de apenas unas semanas y que ha notado grandes cambios en los últimos años por el protagonismo de Internet y las redes sociales. Así es el camino que va desde el ordenador de casa hasta jugarse la vida en Siria o Irak.

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Los expertos en la lucha antiterrorista advierten de que el cambio en el fenómeno de radicalización islamista ha sido total tras la irrupción de las nuevas tecnologías. Los grupos yihadistas lo saben y lo aprovechan para mandar un mensaje más elaborado que influye con más fuerza en el receptor, especialmente entre ciudadanos de Occidente, un objetivo capital para grupos como el Estado Islámico (DAESH).

Radicalización

"Donde antes había un plano fijo con un líder islamista levantando un dedo y soltando un discurso durante 60 minutos en las montañas de Pakistán, ahora hay videos guionizados, con cámaras de última generación, incluso guiños al cine de acción estadounidense", explican a Europa Press los expertos en la lucha antiyihadista. Luego están las redes sociales donde se difunde, se comparte y se consumen estos y otros contenidos.

Si hace años el 80 por ciento de la radicalización tenía lugar en el entorno de las mezquitas, ahora ese porcentaje mayoritario lo acaparan las redes sociales. Son especialmente vulnerables aquellos que dominan la lengua árabe, pues la inmensa mayoría del contenido es en ese idioma.

Facebook es el medio más utilizado y en el que se produce la primera aproximación ya que permite una interactuación más directa y privada que Twitter. Lo habitual es que alguien difunda en Facebook un mensaje determinado, por ejemplo: "así masacran a nuestros hermanos en Siria" y una imagen de un bombardeo de las tropas del presidente sirio Al Assad. A ese mensaje orinal le suelen acompañar comentarios de gente condenando la acción o incluso incitando a la violencia en señal de venganza.

La última reforma del Código Penal en la que se incluían nuevas medidas contra el fenómeno yihadista amplió de dos a tres años la máxima pena por el enaltecimiento del terrorismo considerando como agravante realizar esa apología a través de Internet por el grado de difusión que puede alcanzar. Al ampliar un año la pena por este delito aumentan las posibilidades de entrar en prisión, algo poco común en las condenas de dos años cuando el penado no tiene antecedentes penales.

Fase de captación

Cuando una persona es asidua a este tipo de conversaciones en los perfiles de Facebook en los que se difunden estos mensajes y destaca por su formación o por su nivel de implicación es habitual que reciba un mensaje privado. "Son ellos los que van a buscarte, saben perfectamente a quien se dirigen y a quien no porque les hacen un seguimiento previo", precisan los expertos consultados.

A partir de ahí los caminos son más diversos. Al mensaje privado por Facebook puede seguirle el intercambio de teléfonos y acabar en un chat de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram. Menos habitual son las citas personales ya que suponen un riesgo de ser detenidos y porque muchas veces no viven en la misma provincia.

Son ellos los que van a buscarte, saben perfectamente a quien se dirigen y a quien no porque les hacen un seguimiento previo

Tras un proceso de intercambio de mensajes en los que se va aumentando el tono radical llega el ofrecimiento de viajar a lugares en conflicto como Siria o Irak. En ocasiones son los captadores los que lo ofrecen y otras veces es el propio aspirante a yihadista quien lo solicita. Es en ese momento y no antes es cuando intervienen las fuerzas de seguridad en caso de que lo tengan detectado. Estas detenciones responden a un mandato de Naciones Unidas de evitar la salida de combatientes para no alargar el conflicto sirio.

En ocasiones el proceso de radicalización y captación puede darse en cuestión de semanas. Es el llamado 'adoctrinamiento express' cada vez más frecuente y en España ya se han registrado varios casos, especialmente en menores de edad. Los investigadores coinciden en que es la fase más desconocida y difícil de prever por inexplicable desde una perspectiva occidental.

El viaje

En cuanto a los reclutadores, no dependen jerárquicamente de Estado Islámico o Jabat Al Nusra (la marca de Al Qaeda en Siria) o cualquier grupo yihadista que opera en la zona. Su actividad no responde a una petición concreta de mandar gente de algún líder terrorista. Simplemente son personas que creen en la yihad y que cuentan con contactos concretos en otros países (principalmente en Turquía) que puede facilitar el paso a Siria o Irak.

La colaboración con las fuerzas de seguridad de Turquía es fluida y ha permitido ya detener a numerosos yihadistas que iban y que volvían gracias al intercambio de información. Pero también son muchos los que consiguen traspasar la porosa frontera siria. En algunos casos pasan unos días recluidos en algún escondite, a veces un hotel en Turquía.

Entrada al grupo

Es al llegar a Siria cuando ya sí que entran en juego las jerarquías. Lo primero que les hacen a los recién llegados es un interrogatorio para evitar infiltrados. Se les pregunta quién les captó, cómo han llegado. Si todo cuadra, ya sí les preguntan por su capacidad, formación, conocimientos. No todo el que llega va al frente a combatir en la primera línea. En su construcción del calitafo, los terroristas también necesitan gente con formación profesional como médicos, ingenieros, arquitectos, informáticos...

Si alguien de los que da el paso cumple alguna de estas características se le da una ocupación acorde. Aunque la mayoría va con poca experiencia, menos formación y acaba empuñando un arma y muriendo en el campo de batalla. Se da la circunstancia, detectada por los servicios de información, de que la inmensa mayoría de españoles que han llegado a la zona se arrepiente al poco de pisar el territorio sirio. Muchos de ellos han manifestado a su entorno y sus familias el deseo de regresar.

A todos se les retira el pasaporte con el que han llegado. Consideran que pertenecen países infieles dentro de su concepción del mundo en el que no hay más frontera que la religiosa. Se les paga un sueldo (unos 1.300 euros) y las mujeres son tratadas como esclavas generalmente, aunque han adquirido cierto protagonismo ultimamente en otras facetas. En ocasiones han ido yihadistas acompañados de sus familias.

El regreso

La mayoría mueren, pero los hay que regresan. Algunos huyendo de una muerte segura o del caos del califato y otros siguiendo instrucciones. Para ello es clave el detalle del pasaporte. Los grupos yihadistas jamás destruyen el pasaporte, precisamente por si quieren hacer regresar a alguno de sus combatientes con órdenes de atentar.

Por eso cuando un retornado regresa con su pasaporte es porque sus dirigentes se lo han permitido. En ese mundo no se admiten las deserciones, aclaran los especialistas. A veces ese retorno tras haber adquirido experiencia militar es tan solo cuestión de meses.

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