El nuevo presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha prometido este sábado integración tras ganar a Soraya Sáenz de Santamaría, su rival en las primarias de la formación para elegir al sucesor de Mariano Rajoy. Tras asegurar que "todos" han ganado, ha pedido a los compromisarios y afiliados del PP no preguntar a quién han votado en este proceso interno. "Sólo os digo esto, que a nadie le preguntéis a quién ha votado", ha demandado Casado en su discurso tras proclamarse los resultados de este XIX Congreso del PP, en el que se ha impuesto a la exvicepresidenta del Gobierno por 451 votos. Tras abrazar a Mariano Rajoy, a Santamaría y a María Dolores de Cospedal --que le ha ayudado en esta carrera sucesoria al movilizar a sus apoyos en su favor--, ha subido escenario del plenario del cónclave con su esposa, Isabel Torres, uno de sus principales apoyos en esta campaña y que le ha acompañado a numerosos actos por España. En su intervención ha dado las gracias a Santamaría por una campaña "limpia" y de la que salen "más fuertes y más unidos". "Todos hemos votado al PP y todos habéis ganado", ha aseverado. Según ha agregado, ahora se trata de hacer oposición al Ejecutivo de Pedro Sánchez y no permitir que "deshaga" la labor del PP; "recuperar" la base electoral perdida; y "enarbolar" las "señas de identidad de siempre" de la formación. Dicho esto, ha presentado públicamente su "contrato con España" que incluye un decálogo de propuestas que ha desgranado en la campaña interna del PP. "El Partido Popular ha vuelto", ha resaltado, para pedir a los asistentes que digan a todos los españoles que están dispuestos a "liderar la sociedad" y lo van a hacer "unidos". Casado, que ha citado a todos los presidentes del PP, se ha dirigido especialmente a Mariano Rajoy, al que ha dicho que quiere seguirán necesitando "muy cerca". Además, ha informado de que ha comunicado al Rey el resultado del cónclave y le ha trasladado su lealtad. "Viva el Rey, viva España", han coreado muchos de los asistentes. Ese "contrato social" con España pasa, en primer lugar, por un fortalecimiento institucional, reforzando la Constitución "en vez de abrirla en canal" y el Código Penal para "evitar cualquier desafío nacionalista" y reformando la Ley Electoral para primar al partido ganador y evitar tener que depender de "bisagras" nacionalistas. Dentro de su contrato, Casado ha incluido también bajadas del impuesto de sociedades y del IRPF, supresión de otros como el de patrimonio, donaciones y sucesiones, actualizar la Administración y evitar que el nuevo Gobierno "vaya contra la libertad de elección de la educación concertada e intente volver a abrazar el adoctrinamiento educativo o quiera dividir" a los alumnos por "la lengua que empleen en el colegio". También ha defendido la sostenibilidad del Estado de Bienestar, unas pensiones sostenibles y justas, un "compromiso con las políticas de familia, de natalidad, incentivo a la conciliación, e interés contra la despoblación que sufren muchas comunidades" y un Pacto Nacional por el Agua. En el plano internacional, Casado ha defendido el vínculo atlántico y la posición de España en América Latina. "España tiene que volver a ser el centro de la actuación de la Unión Europea, pero también del Eje Atlántico", ha dicho.