Artur Mas se postula para hacer de "puente" hacia el futuro tras el pujolismo
BARCELONA, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
CDC celebrará del viernes al domingo su XVIII y último congreso tras 42 años de historia, para alumbrar un nuevo partido que pretende volver a ser mayoritario en Cataluña, convertirse en piedra angular de la política catalana y afianzar su apuesta por el Estado propio.
Llega en un momento complejo de la política y de la misma CDC, que ha vivido sus luces y sus sombras en la primera línea desde que nació, el 17 de noviembre de 1974 en Montserrat, auspiciada por el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, Miquel Sellarès y Miquel Esquirol.
Ya sonaban tambores de renovación desde que Pujol confesó fraude fiscal en julio de 2014, pero no ha sido hasta este año cuando la militancia votó en el 'Supersábado' mutar en un nuevo partido para resarcirse de la erosión electoral que le han provocado casos como el del expresidente, acusaciones de corrupción, la crisis económica, la ruptura con Unió y desconfianzas en su apuesta independentista.
El viernes en el Centre de Convencions Internacional de Barcelona (CCIB) se echará el cierre a CDC y, en consecuencia, al 'pujolismo', y se fundará el nuevo partido: una de las primeras decisiones de los asociados --ahora militantes-- será elegir nombre entre dos opciones --con o sin la palabra 'Convergència'--; y el fin de semana se aprobará el esqueleto ideológico y organizativo.
Sobre las siglas de CDC, no desaparecerán ya que debe mantener una mínima estructura por razones técnicas --bloques electorales, subvenciones y casos judiciales abiertos--.
El expresidente del Govern y líder de CDC, Artur Mas, se presentará para encabezar la nueva formación alegando su función de "puente" hacia el futuro del partido.
Lo hará en tándem con la portavoz del Govern, Neus Munté, y entre las funciones que plantean para esa presidencia y vicepresidencia estará coordinar la dirección ejecutiva de 12 personas, aunque todo eso debe aprobarse en un congreso posterior, el fin de semana del 23 de julio.
Según las bases fundacionales, que presentará Mas, el nuevo partido se define demócrata, soberanista, europeísta y humanista, quiere representar la centralidad social y, aunque evita etiquetarse como independentista, recoge el objetivo de crear un Estado independiente si así lo determina una mayoría de catalanes.
El documento --que podrán debatir los afiliados, simpatizantes y ciudadanos que quieran participar en el congreso, tras inscribirse-- también habla de un nuevo partido con "mentalidad de gobierno" y que funcione de forma plenamente democrática y desde la meritocracia.
Además, incluye temas recientemente polémicos, como su financiación: aboga por un sistema mixto de aportaciones públicas según los resultados y también de aportaciones de los asociados y de donaciones particulares con "máxima transparencia y control".
23 AÑOS DE PUJOL
Los 42 años de historia de CDC han estado marcados sobre todo por los 23 años de Pujol al frente de la Generalitat, truncados después tras su confesión de fraude fiscal, lo que representó un duro golpe para los convergentes; sobre todo, para quien fue su delfín, Artur Mas.
Mas desbancó para la sucesión de Pujol al entonces líder de UDC, Josep Antoni Duran, aunque tuvo que pasar "siete años en el desierto" en la oposición al crearse los dos tripartitos, hasta que en 2010 se hizo con la Presidencia de la Generalitat con amplia mayoría.
No fue hasta el congreso de 2012 cuando CDC pasó a defender un Estado propio, lo que provocó tres años después la ruptura de la federación con UDC, además de que en las últimas elecciones catalanas se hayan presentado con ERC bajo la candidatura de JxSí, y que Mas haya tenido que renunciar al Govern en favor de Carles Puigdemont.