Hay detenidas cinco personas de la red que, según los agentes, ha explotado a casi 40 mujeres desde que lleva operando
MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización criminal, compuesta por ciudadanos brasileños, presuntamente dedicada a la trata de mujeres de su misma nacionalidad con fines de explotación sexual. La operación, que ha permitido la liberación de tres víctimas, se ha saldado con la detención de cinco personas: dos en Valencia, otras dos en Barcelona y una en San Sebastián.
Según ha informado la Policía en un comunicado, su intervención además ha impedido la explotación de otras cuatro mujeres que, tras haber sido captadas por la organización, también iban a ser obligadas a ejercer la prostitución.
Los agentes, que calculan que la red ha explotado a casi 40 mujeres desde que lleva operando, también han llevado a cabo tres registros domiciliarios: dos en Valencia y uno en la localidad malagueña de Antequera. Allí se han intervenido siete smartphones, tres ordenadores portátiles y valiosa documentación relacionada con la explotación de las víctimas, que están siendo analizados por expertos.
Una información obtenida por los investigadores, que apuntaba a que una mujer de nacionalidad brasileña podía estar siendo trasladada contra su voluntad entre dos ciudades del sur de España para ser explotada sexualmente, fue el detonante de esta investigación.
La organización captaba en su país de origen a mujeres jóvenes en situación de necesidad a través de los familiares o personas de confianza de los proxenetas. Tras ello, los ahora detenidos enviaban dinero a Brasil para que los captadores adquiriesen billetes de avión para las víctimas y sufragasen cualquier otro gasto derivado de su traslado a España.
Una vez en España, eran recibidas por miembros de la red y eran trasladadas inmediatamente a diferentes casas de citas o habitaciones alquiladas al efecto, tanto en España como en Italia.
CAMBIOS CONTINUOS DE ALOJAMIENTO PARA OFRECER "NOVEDADES"
La organización alquilaba pisos y habitaciones para ofrecer los servicios sexuales de las jóvenes a sus clientes. Normalmente la duración de los alquileres era bastante corta, entre una semana y un mes aproximadamente, con lo que las víctimas eran trasladadas continuamente. De hecho, los investigadores han constatado su presencia en más de 25 localidades españolas y al menos en tres poblaciones italianas diferentes.
Este trasiego continuo de mujeres entre los distintos pisos que controlaban los detenidos, les permitía poder ofrecer novedades continuamente a sus clientes, lo que les proporcionaba mayores
beneficios económicos.
USABAN UN SISTEMA DENOMINADO "LA CAJA"
Los detenidos utilizaban un sistema al que denominaban "la caja", según el cual cada persona de la organización, incluidas las mujeres
explotadas, debía ingresar mensualmente una cantidad de dinero que
rondaba los 1.000 euros. De lo aportado, recibían una parte previamente estipulada a modo de ahorro, y este fondo común les permitía costear los traslados de nuevas víctimas.
Además, se aseguraban la fidelidad de las víctimas que ya estaban siendo explotadas al hacerlas partícipes de los beneficios obtenidos de su trabajo: si cumplían las condiciones establecidas, iban restando deudas y más aún si captaban a otras mujeres y se encargaban de controlarlas.
Estas nuevas víctimas eran denominadas en clave por la propia organización como 'florecitas', 'hijas' o 'sobrinas' y en ocasiones eran asignadas a las propias víctimas --que las habían captado previamente-- como sus parejas, trabajando juntas en las mismas habitaciones o casas de citas.
De esta manera iba creciendo exponencialmente el número de personas
bajo el control de la organización y los beneficios obtenidos por la misma, pues las víctimas más antiguas hacían de controladoras de las recién llegadas, no siendo necesario un número muy elevado de tratantes para mantener todo perfectamente supervisado.
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