MADRID 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
El periodista y escritor Abel Hernández desvela en su último libro "Secretos de la Transición", editado por Plaza y Valdes, que la clave de la dimisión de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, lo que le obligó a dimitir, fue una tensa reunión, que él consideró una "encerrona", con generales en la Zarzuela, que "entraron sin llamar", lo que obligó al Rey a suspender una cacería en la sierra de Cazorla.
Dada la gravedad de la situación, el Rey tuvo que regresar urgentemente en helicóptero a pesar de las adversas y peligrosas condiciones meteorológicas. Llamó inmediatamente a Suárez y lo dejó a solas con los mandos militares.
Según Hernández, entre las razones previas que le obligaron a renunciar figura también de forma destacada, la "traición" de Fernando Abril Martorell, hasta entonces su hombre de confianza, que quiso suplantar al presidente por considerarlo bloqueado e incapaz de seguir gobernando.
El autor relata que "hacía tiempo que Suárez sospechaba que el vicepresidente actuaba a sus espaldas. Y, a este respecto, uno de los días más amargos de su vida fue el de la moción de censura. Abril se negó a facilitarle los papeles sobre la situación económica que él le había pedido con insistencia.
GOLPE DE ESTADO 23-F
En relación con el intento de golpe del 23-F, Abel Hernández, que recoge literalmente el impresionante diálogo de Suárez y Tejero aquella noche, descubre entre otros hechos de interés, las maniobras ocultas de la "Operación De Gaulle" o Gobierno de salvación nacional, con el general Armada por medio y con una amplia complicidad política, que pretendía evitar el "golpe duro", y que "no parecía mal en la Zarzuela".
También da cuenta de los intentos de Aurelio Delgado, cuñado y secretario de Suárez, de conseguir aquella noche dinero en efectivo para contratar un avión y poner a buen recaudo a la mujer y los hijos del presidente.
Tanto el jefe de seguridad del presidente del Gobierno como el del vicepresidente Gutiérrez Mellado lograron infiltrarse en el golpe. El general Gutiérrez Mellado le rogó a su jefe de seguridad cuando el militar se disponía a abandonar el Congreso de los Diputados que sacara a su familia a la Embajada de Panamá.
El periodista y escritor hace en el libro una minuciosa descripción de lo que ocurrió aquella noche en el despacho del Rey en el palacio de la Zarzuela. Asegura, por ejemplo, que el famoso discurso con el que el Rey paró el golpe lo escribieron al alimón dictándoselo a una secretaria Sabino Fernández Campo y Manuel Prado y Colón de Carvajal, mientras don Juan Carlos se cambiaba el chándal por el uniforme de capitán general del Ejército con el que apareció en televisión.
En el libro, que retrata a toda la clase política de la época, se ofrecen también múltiples detalles desconocidos sobre la elaboración de la Constitución y, en el primer capítulo, se da cuenta de aspectos reveladores de cómo se hizo la reforma política y se trasvasó el personal administrativo del Movimiento al Estado.
La reforma administrativa, muy poco conocida, fue tan complicada como la reforma política. El "harakiri" de los representantes políticos del franquismo fue "un milagro muy trabajado", en expresión del autor. Mientras se votaba en las Cortes la Ley para la Reforma Política, un numeroso grupo de procuradores y consejeros del Movimiento, que presumiblemente iban a votar en contra, se bañaban en el Caribe con dietas y gastos pagados.