Ana Pastor pide silencio por primera vez ante los abucheos con los que el PP contestaba a las promesas de los diputados de Podemos
MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Congreso ha arrancado ese martes la XII Legislatura con una sesión constitutiva larga, tediosa y exenta de la emoción de las primeras veces que marcó la que tuvo lugar el pasado 13 de enero, cuando se estrenaron en el hemiciclo los diputados de los entonces partidos emergentes. Eso sí, hoy se han visto más camisetas reivindicativas.
Todo se ha desarrollado como un 'déjà vu': la Mesa de Edad que ha dirigido la sesión era la misma que en enero, los representantes de Podemos han repetido en términos generales la misma fórmula para prometer sus cargos y la mayoría de los elegidos para la Mesa del Congreso sigue en el órgano rector.
QUE NO ME QUITEN EL ESCAÑO
Si hace medio año muchas de las nuevas señorías madrugaron para coger sitio porque aún no tenían asignados los escaños, este lunes los grupos han ocupado el lugar donde se colocaron en la anterior legislatura. No obstante, por prevención, los miembros de Unidos Podemos han colocado carteles con la palabra 'OCUPADO' sobre sus pupitres.
La única a la que se ha visto un poco desubicada ha sido a la exvicepresidenta del Congreso Celia Villalobos, quien tras entrar en el hemiciclo al filo de las diez de la mañana ha comprobado que no quedaban apenas huecos libres en la bancada del PP. Un ujier ha colocado para ella una silla junto a los escaños de la primera fila que hay sobre el banco azul reservado al Gobierno, pero al final ha optado por colocarse en el 'gallinero', concretamente en la penúltima fila junto a otro histórico del PP, Teófilo de Luis.
La silla tapizada de terciopelo rojo que se le ha ofrecido ha estado vacía durante casi hora y media hasta que la han retirado. Estaba a la izquierda del secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, quien en esta legislatura se estrena como diputado en el Congreso, aunque ya conoce la casa porque es letrado de las Cortes.
Otro de los nuevos diputados que más ha centrado la atención de los medios ha sido el jornalero sindicalista Diego Cañamero, cabeza de lista de Unidos Podemos por Jaén, quien ha llegado a la Carrera de San Jerónimo ataviado una camiseta con la palabra 'Libertad' bajo la imagen de Andrés Bódalo, el anterior cartel electoral, que en diciembre no sacó escaño y después fue encarcelado por una agresión cometida tiempo antes.
También se han visto otras prendas reivindicativas, como las camisetas grises con el lema 'No nos resignamos, otro gobierno es posible', de los diputados de Compromís o la del electo de EH Bildu, Oskar Matute, en la que se podía leer 'Sangre minera, semilla guerrillera'.
Aunque esta vez ha habido hasta cuatro candidatos para presidir el Congreso, la votación no ha generado gran expectación porque PP y Ciudadanos tenían todo atado con su pacto. De hecho, había momentos en los que ni siquiera se oía a las miembros de la Mesa de Edad pronunciar los nombres que había en cada papeleta durante el doble recuento del que ha salido vencedora la 'popular' Ana Pastor, convirtiéndose en la segunda presidenta del Congreso, 16 años después de que su compañera de partido Luisa Fernanda Rudi abriera camino.
Hasta que ha ocupado la Presidencia, Pastor ha estado sentada junto a las que serán sus compañeras en la Mesa (Rosa Romero y Alicia Sánchez Camacho) fuera ya del banco azul, donde ha recibido felicitaciones durante toda la sesión. Una vez elegida, ella misma se ha acercado a saludar, por ejemplo, a los diputados del PNV, y ha recibido un par de besos de su predecesor Patxi López.
VÍCTIMA DEL ALVIA
El único incidente que se ha registrado en la tribuna de invitados ha tenido lugar tras la designación de Pastor. En protesta por su elección, el joven Víctor Taibo, miembro de la Plataforma de Víctimas del accidente ferroviario del tren Alvia 01455 en Angrois e hijo de la exdiputada autonómica del PP Teresa Gómez Limón, ha proferido un grito y ha tirado un papel al hemiciclo. Había sido invitado por En Marea.
En la ronda de juramentos y promesas los diputados de Unidos Podemos y sus confluencias han reeditado la fórmula que ya usaron en enero, una promesa de acatar la Constitución para cambiarla, aderezada con frases personales de cada uno. Si los gallegos de En Marea deslizaban el 'O pobo e quien mais ordena' del Gràndola Vila Morena de la Revolución de los Claveles, otros se comprometían a evitar nuevas traiciones a la "clase trabajadora", a defender la "soberanía" o a clamar contra la violencia machista. "Las queremos a todas vivas", ha dicho la asturiana Sofía Castañón.
Y, como hace seis meses, estas extensas promesas han sido respondidas, sobre todo al principio, con abucheos desde las filas del PP. De hecho, Pastor ha pedido por primera vez "silencio" como presidenta durante la ronda de juramentos y también ha sido en ese tramo, tras el turno del cabeza de lista de Unidos Podemos por Córdoba, Manolo Monereo, cuando se ha producido el único momento tenso de la sesión.
LA DIPUTADA MONÁRQUICA
El exdirigente de IU, en su día mano derecha de Julio Anguita, se ha revuelto en su escaño al escuchar los gritos con los que los 'populares' respondían a su intervención y ha sido su compañera Rita Bosaho, que estaba sentada detrás de él, quien le ha puesto la mano en la espalda para calmarle. Ha sido justo cuando prometía el cargo la portavoz adjunta de Unidos Podemos, Irene Montero.
Pero también se ha escuchado un juramento original en el PP, cuya diputada gallega Tristana Moraleja, que regresa a la Cámara esta legislatura, ha aprovechado para dejar clara su "lealtad al Rey", emulando al exdiputado de su grupo por Sevilla Juan Manuel Albendea, que siempre que podía hacía gala de su condición de monárquico.
Desde el quesito del hemiciclo que ocupa el PP, mientras prometía la dirigente del Podemos Carolina Bescansa, se ha escuchado a un diputado preguntarle a gritos por su hijo Diego, el bebé que fue foco de todas miradas durante la constitución del Congreso en enero y al que esta vez no se ha visto por el Salón de Plenos.
EL AUTÓGRAFO DE RAJOY A UNA NIÑA
Pero esta jornada también ha tenido otra protagonista infantil, Sofía, de nueve años, hija del diputado del PP por Castellón Miguel Barrachina, quien ha esperado pacientemente a que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, saliera del Palacio para pedirle un autógrafo.
"A mí amiga Sofía, con todo el cariño", le ha escrito Rajoy en un folio ante la orgullosa mirada de su padre, quien ha contado que la niña llevaba mucho tiempo queriendo conocer al líder del PP. "Es muy aficionada a la política y hoy, por fin, lo ha conseguido", ha explicado Barrachina, mientras su hija posaba feliz con la rubrica de Rajoy ante las cámaras de televisión.