Más de 24.000 militares españoles --14 de ellos fallecidos-- han participado en diez años y medio en esta operación de la ONU
BEIRUT (LÍBANO), 1 (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Ana Moreno)
La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, continúa con la gira que está realizando desde que accedió al cargo por las operaciones de las Fuerzas Armadas en el exterior. Tras Sicilia, Irak, Malí, Senegal, República Centroafricana, Gabón y Somalia, le ha llegado el turno a Líbano, una de las misiones más importantes por su larga duración y por ser la más numerosa, ya que emplea a más de 600 efectivos.
Cospedal ha llegado a las 14.50 horas (hora local) a bordo de un Airbus A310 de la Fuerza Aérea española al aeropuerto de Beirut, la capital libanesa, donde ha sido recibida por la embajadora de España en Líbano, Milagros Hernando. La ministra viaja acompañada del comandante del Mando de Operaciones, almirante Teodoro López Calderón, además de los diputados Ricarno Tarno (PP) y Juan Antonio Delgado (Podemos) con el objetivo de que los parlamentarios conozcan de primera mano el trabajo de las Fuerzas Armadas en el exterior, según fuentes de Defensa.
La ministra tiene previsto mantener esta tarde una reunión con su homólogo libanés, Yaqub al Sarraf, y mañana, jueves, con el primer ministro, Saad Hariri, para después desplazarse en helicóptero hasta la base 'Miguel de Cervantes', en la localidad de Marjayún, en el sur del país, hogar de las tropas españolas desde septiembre de 2006.
De este modo, la misión de las Fuerzas Armadas en Líbano, integradas en la operación de Naciones Unidas, ha cumplido ya más de diez años, siendo así una de las más antiguas y, hoy en día, la más numerosa, ya que están desplegados en ella más de 600 efectivos, entre ellos 12 guardias civiles. Es, además, la primera misión --y hasta ahora única-- que visitó el Rey Felipe VI como monarca, en abril de 2015, aunque ya lo había hecho como Príncipe de Asturias en 2008.
En su última visita a Líbano como ministro de Defensa, el antecesor de Cospedal, Pedro Morenés, confirmó el compromiso de España con la FINUL y aseguró que las tropas españolas continuarían en el país hasta que la situación se estabilice y no sea posible una vuelta a las tensiones que obligaron a poner en marcha la misión hace ahora diez años.
También afirmó que entonces no estaba previsto ningún descenso, aunque tampoco ningún aumento, en el número de efectivos desplegados, algo más de 600, ya que consideraba que era una "fuerza suficiente" para cumplir los objetivos. La nueva ministra aún no se ha pronunciado sobre sus intenciones con respecto a esta misión, aunque sí ha dejado claro que España sigue comprometida con las operaciones de Naciones Unidas en las que está implicada.
MÁS DE 24.000 MILITARES EN DIEZ AÑOS
Desde que el 15 de septiembre de 2006 una brigada de Infantería de Marina desembarcó en la playa libanesa de Tiro, más de 24.000 militares --de los cuales 14 han perdido la vida-- han participado en esta operación de la ONU cuyo objetivo es impedir un recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y las milicias como Hezbolá que desemboque en una nueva guerra.
El motivo de la llegada de las tropas españolas a Líbano se remonta a dos meses antes, el 12 de julio de 2006, cuando tuvo lugar el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá, lo que provocó una operación del Ejército hebreo que se prolongó durante 34 días. La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 11 de agosto de ese año estableció, por tanto, reforzar su Fuerza Provisional en Líbano (FINUL) hasta un total de 15.000 soldados.
La misión de la FINUL es cumplir eficazmente el mandato de la ONU de pedir a Israel el cese de acciones militares y la retirada de Líbano, así como apoyar a las Fuerzas Armadas libanesas y al Gobierno del país a establecer un área entre el río Litani y la Línea Azul --la demarcación entre Líbano e Israel que hizo la Naciones Unidas-- libre de elementos armados y en la que no haya otras armas que las autorizadas por las autoridades del país y la FINUL.
LÍDER DE LA BRIGADA MULTINACIONAL ESTE
Sólo dos semanas después de desembarcar en la playa de Tiro, las tropas españolas se hicieron cargo de un Sector de la misión internacional como nación líder de la Brigada Multinacional Este, compuesta por un batallón español, uno indio, uno nepalí y otro indonesio, además de una compañía malaya y un hospital Role 2 chino.
Para cumplir los objetivos de la misión, las tropas españolas realizan diariamente patrullas a pie y en vehículo, establecen puntos de control y monitorizan permanentemente la situación en la Línea Azul, se sitúan en puntos de observación, actividades que llevan a cabo tanto solos como en colaboración con las Fuerzas Armadas libanesas. Todo ello con el objetivo de disuadir a las partes para evitar un nuevo conflicto.
En diez años y medio en Líbano, las tropas españolas han realizado más de 154.000 patrullas durante las cuales han recorrido una distancia de más de 20 millones de kilómetros. Han participado en unas 1.500 misiones de desactivación en las que han retirado más de 4.400 minas minas y otros artefactos explosivos, limpiando así una superficie de unos 454.000 metros cuadrados.
Además, los cascos azules españoles llevan a cabo otras muchas actividades que no están directamente relacionadas con el cumplimiento de las resoluciones de la ONU pero, según el Ministerio de Defensa, "contribuyen al desarrollo de la zona y a su estabilidad, mejorando la percepción de la población local".
Así, destacan iniciativas como el programa Cervantes de enseñanza del español o consultas veterinarias para el ganado de la zona, así como proyectos de reconstrucción de infraestructuras o cursos de contraincendios a cargo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), entre otros.
CALMA TENSA
A pesar de todo, la situación general en Líbano es considerada por el Gobierno español como de "calma tensa", ya que continúa marcada por las "tensiones sectarias" en el país, con una de las realidades religiosas y políticas más complejas, y en los últimos años por la "influencia de la crisis de Siria".
Esta "calma tensa" se evidencia en los enfrentamientos que de vez en cuando se producen entre las milicias libanesas con presencia en el sur del país y el Ejército israelí, desplegado al otro lado de la Línea Azul. Uno de estos combates, generalmente aislados, tuvo como resultado la muerte del cabo español Francisco Javier Soria Toledo hace algo más de dos años después de que un obús de Israel cayera sobre la torre de vigilancia en la que se encontraba.
El cabo Soria no ha sido el único que ha perdido la vida en esta misión: un total de 14 militares españoles han fallecido en Líbano desde 2006. El suceso más trágico ocurrió el 24 de junio de 2007, cuando seis militares perdieron la vida al explotar una bomba contra el blindado en el que viajaban en Sahel al Derdara, en el curso de una misión rutinaria.
El resto de bajas se produjeron por accidente de tráfico o por infarto, a excepción del brigada Lorenzo Romeo Muel, la última baja de la misión de Líbano, que falleció el pasado 26 de junio a causa de un disparo de su arma.
UNA MINA SOVIÉTICA DE LOS AÑOS OCHENTA
Y el último 'susto' que se han llevado las tropas españolas en esta misión coincidió con su décimo aniversario, cuando cuatro militares salieron ilesos de la explosión de una mina que pisó accidentalmente el vehículo blindado en el que se encontraban de patrulla, a sólo un kilómetro de la base.
Resultó que se trataba de un artefacto ruso antiguo, muy probablemente de los años ochenta, armado con varios kilos de explosivo que no fue retirado cuando el terreno se limpió de minas. El Gobierno reclamó entonces tanto a la FINUL como al Ejército libanés una "revisión exhaustiva" del terreno para limpiarlo de otros posibles artefactos antiguos que hayan podido quedar dispersos.