Dice que hasta ahora Londres ha sido "un poco rácano" para cooperar en seguridad y ha puesto "palitos en las ruedas" a la defensa europea
MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, cree que la decisión de Reino Unido de salir de la UE es irreversible porque para los británicos sería una "suprema humillación" tener que volver a votar sobre ese asunto, aunque también se ha mostrado convencido de que con el Brexit los británicos han hecho "un mal negocio".
A su modo de ver, el Brexit traerá a Londres problemas políticos y económicos -como ya está sucediendo--. Además, después de décadas trabajando en impedir que en el seno de la UE se formen alianzas que debiliten su posición hegemónica, ahora tendrá que pedir a la UE "por favor que le consulten en las materias que le interesen.
Eso sí, ha explicado que la decisión británica no tiene que ver con "la política proteccionista del otro lado del Atlántico", sino, según dicen ellos, con "liberarse de las cadenas que les impone la UE y ser los campeones del comercio mundial" y una auténtica potencia. "Un amigo indio me decía que se creen que están en 1940, pero uno nunca debe subestimar la capacidad de los británicos de sobreponerse a las dificultades", ha comentado ante un auditorio abarrotado de estudiantes en el centro universitario privado CUNEF.
DA POR HECHO QUE LONDRES SUBIRÁ SU OFERTA A 40.000
Pese a las dificultades internas británicas, Dastis ha puesto en valor que están dando "pasoos progresivos" y ha señalado que "todo el mundo da por hecho" que la primera ministra, Theresa May, ha logrado el apoyo de la comisión delegada para el Brexit para elevar la factura que Reino Unido está dispuesto a pagar desde los 20.000 millones de euros que ofrecía iniciamente hasta unos 40.000 (aún lejos de los 60.000 que calcula la UE). Eso sí, también ha reconocido que ell Gboierno británico tendrá problemas para "vender" el acuerdo a su opinión pública.
De hecho, ha augurado que en diciembre el Consejo Europeo constatará que ha habido progresos suficientes para desbloquear el paso a la segunda fase. El ministro ha admitido que en la negociación habrá "momentos de angustia" y ha vaticinado que el resultado final será un "Brexit duro", de manera que Reino Unido no estará ni en la unión aduanera ni en el mercado único, si bien el periodo transitorio "amortiguará" el paso del actual sistema al nuevo.
Entre los capítulos importantes, ha mencionado la seguridad y la defensa, un aspecto en el que ahora Reino Unido ha pedido incluso ser "observador" de las nuevas instituciones europeas de Defensa, después de haber "apostado siempre todo a al OTAN" y haber sido "una especie de freno" a la defensa europea. Según ha revelado, él mismo le dijo a su colega británico que si querían ser observadores no podía ser para poner "palitos en las ruedas".
Además, ha opinado que, si bien es cierto que Reino Unido tiene grandes capacidades en materia de defensa, han sido "un poco rácanos" a la hora de compartirlas. Y, en materia de cooperación policial y judicial, ha señalado que Londres "pide mucho y luego mete poco en las bases de datos de Europol y Eurojust".
IRLANDA DEL NORTE Y LOS UNIONISTAS EN EL GOBIERNO
Entre los escollos de la negociación, además de la factura financiera ha señalado que la negociación de la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda está resultando más complicada de lo previsto. Londres quiere evitar una frontera "dura" utilizando medios tecnológicos y Dublín querría que Irlanda del Norte siguiera dentro de la unión aduanera, pero eso se complica porque May gobierna con el apoyo de los unionistas del Ulster, que "no quieren apoyar ningún indicio de que Irlanda del Norte se parezca más a Irlanda que a Reino Unido".
El ministro también ha mencionado la necesidad de un acuerdo aéreo -si no, los aviones de IAG podrían quedar en tierra el 1 de abril-- y en otras áreas como la pesca, donde Reino Unido quiere recuperar el control de su zona exclusiva y eso puede afectar a empresas españolas y a británicas controladas por intereses españoles.
En lo relativo a los derechos de los ciudadanos cree que el acuerdo será más fácil si se comprenden las necesidades del otro. A su modo de ver, Londres tiene "un punto" de razón cuando dice que no puede dar a los europeos más derechos de reunificación familiar que a los propios británicos, pero cree que los juristas encontrarán soluciones "imaginativas".
NO CREE QUE HAGA FALTA VISADO PARA TRABAJAR EN REINO UNIDO
Dastis ha explicado que en el capítulo de los ciudadanos ambas partes tienen interés en que el acuerdo vaya bien -en España viven más de 300.000 británicos, más que españoles en Reino Unido--. Así, no cree que en el futuro haga falta un visado para ir a trabajar a Reino Unido, si bien sí será más complicado que ahora.
Sobre el rechazo de Londres al tribunal de Justicia de la UE, ha opinado que para los asuntos que lo requieran podría optarse por un tribunal mixto o una solución prejudicial. Y, respecto a Gibraltar, ha señalado que el Gobierno español intentará, sin renunciar a sus reivindicaciones, resolver algunos asuntos "irritantes" relacionados con el aeropuerto, la fiscalidad y el medio ambiente. Según ha dicho, el Gobierno también quiere mantener la cooperación por los más de 10.000 españoles que pasan cada día a trabajar a Gibraltar.
Eso sí, ha dejado claro que si el Peñón quiere seguir teniendo alguna vinculación con la UE debe haber, además del acuerdo del Brexit, un segundo acuerdo que tendrían que negociar España y Reino Unido. Con la salida británica, ha recalcado, solo un Estado parte en este contencioso es miembro de la UE, de manera que la posición de la UE sobre el asunto la fija España.