Francken ya provocó una tormenta política en octubre cuando abrió la puerta a la concesión de asilo político a Puigdemont
MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, ha insistido este martes en que es una "afirmación incorrecta" sostener que en España hay presos políticos, como ha señalado el secretario de Estado de Asilo belga, el nacionalista flamenco Theo Francken.
En concreto, el secretario de Estado de Asilo belga ha acusado a España de tener "presos políticos", en alusión a la prisión preventiva de varios exmiembros del Govern por su papel en el desarrollo del desafío independentista en Cataluña.
"El ministro de Interior retratado como fascista, yo como neonazi. Extraño, pensaba que era en España en donde actualmente hay presos políticos", ha escrito en su cuenta oficial de Twitter Francken, quien se ha posicionado en reiteradas ocasiones en apoyo al movimiento independentista en Cataluña.
Al ser preguntado expresamente en los pasillos del Senado por esas manifestaciones del secretario de Estado belga, el jefe de la Diplomacia española ha respondido rotundo: "Ya sabe usted que eso es una afirmación incorrecta".
NINGUNA COMUNICACIÓN DEL MINISTRO CON SU HOMÓLOGO
No obstante, Dastis ha señalado después a Europa Press que por su parte no ha habido "ninguna comunicación" con el Gobierno belga tras esas palabras del dirigente belga.
No es la primera vez que Theo Francken provoca una tormenta con sus declaraciones ni tampoco la primera ocasión en que el Gobierno español opta por interpretar sus palabras más como declaraciones de dirigente de un partido que de miembro de un Gobierno.
Así ocurrió en octubre, cuando Francken abrió la puerta a la concesión de asilo político a Puigdemont, casualmente un día antes de que el 'expresident' huyese a Bélgica: "No es algo irreal, bien mirado", dijo a la cadena VTM. "Se está hablando ya de una pena de cárcel (para Puigdemont). Quedaría por ver hasta qué punto sería justo ese juicio", añadió.
La oferta de Francken tuvo que ser desautorizada por el primer ministro, el liberal Charles Michel, que afirmó que "el asilo no está en la agenda" de su Gobierno y le pidió a Francken "que no arroje aceite al fuego".
El Gobierno español optó por no hacer ninguna protesta formal y las palabras de Francken se trataron como las declaraciones de un representante de un partido político. De hecho, el encargado de responderle fue el jefe de filas del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, que le acusó de vulnerar los Tratados Europeos y los principios de solidaridad entre Estados.
Semanas después fue el ministro del Interior, el nacionalista flamenco Jan Jambon, quien criticó el proceso judicial abierto a Puigdemont, y fue llamado al orden por el ministro de Exteriores, el liberal francófono Didier Reynders, que sí tiene una relación muy fluida con su colega español.
Además, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el primer ministro belga, Charles Michel, tuvieron ocasión de charlar en el Consejo Europeo de octubre y días después Michel manifestó en el Parlamento federal belga que no interferiría en el proceso judicial que se había abierto en Bélgica para decidir si Puigdemont era entregado a España.