Debacle de Podemos: de segunda fuerza a quedarse fuera en Galicia, y se hunde a seis escaños en Euskadi

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, durante un mitin en A Coruña con el candidato a la Xunta de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino (1d)
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, durante un mitin en A Coruña con el candidato a la Xunta de Galicia en Común, Antón Gómez-Reino (1d) - M. Dylan - Europa Press
Actualizado: lunes, 13 julio 2020 1:29

Elecciones Galicia y Euskadi 12 de julio 2020 | Directo: últimas noticias

Resultados de las elecciones en el País Vasco

Resultados de las elecciones en Galicia

Unidas Podemos no logra rentabilizar su presencia en el Gobierno, en su primera cita con las urnas desde su llegada a la Moncloa

MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

Unidas Podemos ha sufrido este domingo en las elecciones autonómicas vascas y gallegas uno de los peores batacazos de su historia: ha perdido en ambos territorios gran parte de su electorado, quedándose fuera del Parlamento gallego, donde eran segunda fuerza, y rebajando a la mitad su presencia en la cámara vasca, con 6 escaños.

En la que ha sido su primera cita con las urnas desde la llegada de Unidas Podemos a la Moncloa, y de Pablo Iglesias, a la Vicepresidencia segunda, los resultados electorales de la coaliciones Galicia en Común-EU-Anova y Elkarrekin Podemos-IU han sido incluso peores que las previsiones de las encuestas, que no eran nada buenas.

En las anteriores autonómicas, las de 2016 --las primeras de este tipo en las que concurrieron--, los morados y sus socios irrumpieron en el mapa político gallego con la marca En Marea como segunda fuerza, tras el PP, al lograr 14 escaños y un apoyo del 19% del electorado (273.523 votos). Ahora, se han quedado fuera, sin ningún diputado, y han bajado al 3,9% (unos 50.500 votos), con más del 98% del escrutinio.

Mientras, en Euskadi, Podemos e IU han reducido su presencia a 6 asientos en el Parlamento vasco, con el 8% del apoyo (71.759 votos), con el 100% del escrutinio, después de que en 2016 lograran situarse como tercera fuerza tras el PNV y EH Bildu, superando entonces al PSE, y obteniendo 11 escaños con el 14,7% del respaldo (157.334 votos).

Con estos resultados, el objetivo que Podemos y sus socios se habían marcado en la campaña de rentabilizar su presencia en el Gobierno con el PSOE, y presentarse como llave para reproducir en estos territorios Ejecutivos de coalición de izquierdas, queda muy lejos.

Además, tanto en Galicia como en el País Vasco han quedado muy por debajo de sus competidores de izquierdas, siendo superados tanto por socialistas como por nacionalistas: en el primer caso, del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) y del PSdeG, y en el segundo, de EH Bildu y del PSE.

De este modo, Unidas Podemos ha confirmado en esta cita la caída de apoyos que ya comenzó a sufrir en las pasadas elecciones generales de 2019 en toda España, y también en Galicia y País Vasco, dos territorios en los que había sorprendido con sus buenos resultados en sus primeros comicios generales de 2015.

DE SEGUNDA A CUARTA FUERZA EN EL PAÍS VASCO

En concreto, en el País Vasco, Podemos logró en esas primeras elecciones generales de diciembre 2015 ser la fuerza más votada, con 317.674 votos (el 25,9%), y cinco escaños en el Congreso. Unos meses después, en junio de 2016, logró incluso superarse en votos --335.740 (29%)-- y sumó un escaño más. En los anteriores comicios autonómicos de 2012, la filial de IU en Euskadi se había quedado fuera del Parlamento Vasco, al sacar sólo 30.318 votos.

En las autonómicas de octubre 2016, en las que Podemos e IU reprodujeron en el País Vasco su alianza de las generales de junio de ese año, los resultados no fueron ya tan buenos como en esa cita --como era de esperar, teniendo en cuenta que influyen otras lógicas--. No obstante, sí lograron situarse en el tercer puesto, tras el PNV y EH Bildu, con 157.334 votos (el 14,86 %), y 11 escaños, por encima de los 9 del PSE y los 9 del PP.

El descenso fue mucho más pronunciando en su siguiente cita con las urnas en esta Comunidad, en las generales de abril de 2019, en las que de ser primera fuerza pasaron a ser los terceros, tras PNV y PSE, con 224.505 votos (el 17,70%) y 4 escaños. La cosa fue a peor en noviembre, cuando en la repetición electoral fueron superados por Bildu, cayendo al cuarto puesto del ránking y perdiendo un escaño, con 182.674 votos (el 15,51%).

DE SER SEGUNDA FUERZA EN GALICIA A DESPARECER

En Galicia, la irrupción de Podemos en el mapa político también había tenido buenos resultados, ya que en las generales de 2015, su primera comparecencia ante las urnas, logró en esta Comunidad situarse como segunda fuerza por encima del PSOE, con 410.698 votos (el 25%) y seis escaños en el Congreso. Sin embargo, en la repetición electoral de junio de 2016, sus apoyos ya fueron algo menos, 347.542 votos (22,1%), y cinco escaños.

Meses después, en sus autonómicas gallegas, las de octubre de 2016, el partido instrumental En Marea --en el que se integró Podemos junto a EU, Anova y las mareas municipalistas -- se convirtió en la principal fuerza de la oposición, tras el PP, al superar al PSOE en votos --271.418 frente a los 254.552--, e igualarle en 14 escaños.

En las elecciones autonómicas de 2012, sus predecesores de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) ya habían conseguido escalar hasta la tercera fuerza, por encima del BNG, con 200.101 votos y 9 escaños.

GALICIA, GERMEN DE LAS CONFLUENCIAS DE UNIDAS PODEMOS CON AGE, EN 2012

Esta nueva coalición fue el resultado de la alianza entre la Esquerda Unida liderada por la ahora ministra de Trabajo, Yolanda Díaz --sin representación parlamentaria hasta entonces--, y la Anova de Xosé Manuel Beiras, y tuvo como asesor a un joven Pablo Iglesias, todavía profesor universitario --antes de fundar Podemos--.

De hecho, el líder morado ha asegurado en sus mítines durante esta campaña que sin AGE, no hubiera existido Podemos, y en varias ocasiones ha identificado esta alianza como el germen de las confluencias que luego se reproducirían en el resto de territorios, y ahora, a nivel estatal, como Unidas Podemos.

De ahí que el propio Iglesias se implicara personalmente en 2016 en las negociaciones con Anova, EU y las mareas, para salvar un acuerdo in extremis y no quedarse fuera de la confluencia de En Marea. El precio fue, sin embargo, renunciar a las siglas.

Aquellas diferencias, sobre todo con algunos sectores de las mareas, lejos de solventarse con el tiempo, son las que han acabado provocando la ruptura de la alianza, y llevando a Podemos, EU y Anova y algunas mareas a presentarse por su cuenta como Galicia en Común, y a competir contra el partido instrumental de En Marea.

En las elecciones generales de abril de 2019, en las que la alianza inicial de En Marea ya se había roto, Podemos y sus socios inauguraron la marca Galicia en Común, y se dejaron casi 100.000 votos respecto a las generales de 2016. También bajaron de cinco a dos escaños, uno de ellos, el de la ministra Díaz, y el otro, el del candidato a la Xunta, Antón Gómez-Reino.

En la repetición electoral de noviembre de 2019, lograron conservar esos dos escaños de Díaz y Gómez Reino --que previsiblemente conservará, al haberse quedado sin asiento en el Parlamento gallego--, pero volvieron a perder votos, ya que sacaron 188.231, frente a los 238.061 de abril de ese año, y frente a los 410.698 que habían logrado en 2015 --su mejor momento--.

Tanto en Galicia como en el País Vasco, Iglesias había apelado durante la campaña a los votantes desilusionados con su formación, asumiendo esa pérdida de votos en estos últimos años que, por ejemplo en el caso gallego, ha achacado en parte a las luchas internas. Sin embargo, sus esfuerzos no han surtido efecto, ya que Unidos Podemos ha visto reducidos aún más sus apoyos, y ha sufrido una "derrota sin paliativos", en palabras del propio Iglesias.

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