La defensa asegura conocer quiénes fueron los autores del asesinato confesado por un anciano de Esles (Cantabria)

Actualizado: viernes, 15 octubre 2010 15:12

La acusación particular advierte del "enfermizo sadismo" y el carácter "psicópata" del acusado

SANTANDER, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

La defensa del anciano acusado de disparar al vecino que le cuidaba el ganado en Esles de Cayón (Cantabria) ha asegurado este viernes ante la Audiencia Provincial qué sabe quienes son las dos personas que realmente cometieron este asesinato que ha confesado en varias ocasiones su representado.

"Sabemos que han sido dos personas, pero no podemos decir quienes son", ha dicho Marcos Ruiloba en su alegato final al Tribunal del Jurado que, una vez que el juicio ha quedado visto para sentencia, se encargará de dictaminar si Domingo C.O., de 90 años de edad, es culpable o inocente de un delito de asesinato por el que se le piden penas de entre 15 y 20 años de prisión.

El abogado defensor ha apelado al "secreto profesional" y a su "palabra" como motivos para no poder difundir los nombres de las dos personas que dice que asesinaron a Juan José Cobo, de 41 años de edad, y a quienes el anciano de Esles estaría "encubriendo", según la tesis que sostiene el letrado.

Al escuchar estas afirmaciones, la magistrada presidenta de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria le ha advertido de su responsabilidad si dispone de esa información y no se la transmite a la Justicia.

La defensa del acusado ha apuntado a que en el pueblo hay "pavor a que Domingo hable". Marcos Ruiloba ha insinuado que existe "otro motivo", que no ha concretado, para los hechos, en lugar de la enemistad entre ambos y, en la misma línea, ha sugerido que se ha "pergeñado" y "usado" la muerte de la víctima contra su representado.

El primer día del juicio, el anciano declaró que sus sobrinos le habían "traicionado", en una acusación sobre la que no dio más detalles. En la segunda jornada, en una inspección ocular pedida por su abogado al lugar de los hechos, confesó ante los miembros del Jurado su autoría, señaló el lugar desde el que disparó a la víctima y reveló que la escopeta se encontraba ya abajo en su casa.

Su abogado ha admitido su "sorpresa" ante esa confesión de los hechos por parte de Domingo, pero ha insistido en su teoría del encubrimiento, argumentando que cuando ha hablado tanto con el acusado como con sus familiares les ha "pillado" en varias "mentiras".

Y ha añadido que se ha "impedido" acudir al juicio a la única persona que defiende al acusado en el pueblo, que ha quedado "recluida" y "apartada" de la causa.

Además, ha aseverado que es "imposible" que pudiera apretar el gatillo de la escopeta con que se produjo el crimen, ya que es un hombre que "necesita ayuda para afeitarse", por lo que finalmente ha pedido que se le absuelva en lugar de, como planteaba inicialmente, que la pena fuera de cinco años de prisión por un delito de homicidio y no de asesinato.

"ENFERMIZO SADISMO"

El Ministerio Fiscal y la acusación particular han mantenido sus peticiones de penas, que son de 15 y 20 años por un delito de asesinato, respectivamente.

El Ministerio Público ha pedido a los miembros del Jurado que declaren culpable al acusado, y se ha remitido para ello a la propia confesión de Domingo tanto en la inspección ocular como en sus testimonios anteriores ante la Guardia Civil o el juez de Instrucción.

Y ha incidido en que la falta de lesiones defensivas en el cuerpo de la víctima revelan que Juan José "no se pudo defender" porque el disparo fue por sorpresa. Igualmente, ha precisado que pese a la avanzada edad de Domingo, este se encontraba "sano" y de hecho subía al monte con frecuencia.

En cuanto a la ausencia de todas las partículas que se producen en un disparo, probado por la Guardia Civil, esta parte explica que estos componentes se pueden desprender y lavar.

Por su parte, la acusación particular ha alertado del "enfermizo sadismo" con que el acusado actuó contra la víctima, tras someterla previamente a un año y medio de "acoso psicológico y moral", que finalizó en el ataque "vil" y el "execrable acto de villanía y cobardía".

Este comportamiento le llevó a calificar al anciano como un "psicópata" que "no empatiza" con la víctima. La acusación particular también ha definido al acusado como un "ser avieso" y un "depredador social", calificativos que provocaron la protesta de la defensa, que los consideró insultos de carácter personal hacia Domingo.

Finalmente, la defensa ha remarcado que el acusado vació su cuenta para evitar el pago de las indemnizaciones por responsabilidad civil y ha criticado que por el pueblo se esté hablando sobre las indemnizaciones que recibirán los familiares del fallecido.