Considera que el testimonio de la ex directora de Comunicación que le señalaba "es falsa" y que nace de la "animadversión"
MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -
La defensa del exministro Rodrigo Rato ha sostenido este viernes que no existió "ninguna irregularidad" en el proceso de contratación de las agencias de publicidad en Bankia, que su defendido no estuvo al corriente de la misma y que la afirmación de una testigo de que él tomo la decisión final "es una falsedad" fruto de la animadversión.
Así lo ha explicado en esta nueva sesión del juicio que se celebra contra quien también fuera presidente de Bankia en la Audiencia Provincial de Madrid por el presunto incremento ilícito de su patrimonio. La abogada, María Massó, ha indicado que ninguno de los testigos que han comparecido en el plenario, exceptuando a la que fuera directora general de Comunicación de la entidad Pilar Trucios, han insinuado que Rato "hubiese dado instrucción alguna sobre estos contratos".
"Tampoco que se interesase por los mismos, o que recibiese en absoluto ninguna información del Comité de Medios", ha añadido, para luego aseverar que, al contrario, "todos los testigos han confirmado que las propuestas de contratación se elevaron y fueron autorizadas por los órganos correspondientes, por los órganos que debían hacerlo según la única normativa que existía".
De esta forma, Massó salía al paso de la acusación de Fiscalía, que sostiene que Rato tenía interés en que Publicís y Zenith se hicieran con la campaña de lanzamiento de la marca de la entidad porque luego recibiría comisiones de las mismas por medio de una empresa (Albisa) del asesor externo de Bankia Alberto Portuondo, quien también está encausado.
La defensa del que también fuera director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha apuntado que tras escuchar a una veintena de testigos, se puede concluir que la integración de las siete cajas en BFA/Bankia fue un proceso complejo y tuvo que hacerse en muy pocos meses, y que el concurso y la elección de esas dos agencias tuvo lugar en ese contexto.
Esto, a su juicio, casa con las prisas en la comunicación a esas dos agencias de que eran las ganadoras, y que ese mismo día se pusieran a trabajar, incluso antes de haber firmado el contrato con la entidad. Descarta así que Publicís y Zenith pudieran saber con antelación que se harían con esa cuenta. "Había mucha prisa y mucha urgencia por contar con una marca y lanzarla al mercado para poder hacer una salida a Bolsa", ha apostillado.
NO TUVO RELACIÓN CON PORTUONDO
Por otro lado, la abogada ha desligado la figura de Rato de la de Portuondo, de manera que ha negado que pudieran ponerse de acuerdo para las comisiones que cobrara el segundo por haber logrado que ambas agencias fueran seleccionadas. En este sentido, Massó ha recordado que Rato dijo en su comparecencia que le conoció en 2010 cuando empezó a trabajar como auditor del Departamento de Comunicación en Caja Madrid, que fue elegido por otro directivo, y que nunca más tuvo relación con él.
Y en cuanto a las transferencias recibidas en la sociedad de Rato denominada Kradonara desde la sociedad de Portuondo, Albisa, ha aseverado que "lo cierto y verdad es que hay una desconexión absoluta entre las relaciones de Albisa, Publicis y Zenith" con lo que se percibió en Kradonara.
Capítulo especial ha dedicado a atacar el testimonio de Trucios, que sostuvo que le llamó Rato al despacho y le dijo que debía seleccionar a Publicís en detrimento de otra agencia denominada Remo. Massó ha señalado que eso "es falso" porque el exministro "siempre ha negado tener cualquier tipo de conversación de esta índole con este contenido con la señora Trucios". "Por tanto, es inverosímil y, en opinión de esta parte, en ese punto incluso movida por cierta animadversión", ha recalcado.
"NI BLANQUEO NI AUTOBLANQUEO"
Tras esto, la abogada ha abordado la acusación de blanqueo de capitales, delito que motivó la denuncia, la entrada de registro y la investigación, y ha subrayado que "ni hubo blanqueo, ni hubo autoblanqueo". Al hilo, ha recordado que no basta con cometer un delito de defraudación tributaria para "que cualquier acto seguido, cualquier inversión, cualquier gasto, cualquier uso o traslado de ese dinero, se convierta automáticamente en un delito de blanqueo".
Ha apuntado que no se dan conductas "que traten de borrar el origen ilícito de los bienes" y ha atacado lo que la fiscal denominó como "refinadas técnicas" de blanqueo señalando que son mecánicas "ajenas a la voluntad del acusado" y propias de la gestión de una cartera financiera.
En este sentido, ha indicado que en el decalaje --el tiempo que transcurre desde que se ordena una transferencia hasta que se recibe-- el titular no cuenta para nada, que los reversals --las anulaciones-- solo son cancelaciones de operaciones y no buscan entorpecer u ocultar nada, y que los créditos lombardos no son más que una pignoración de acciones, algo "normal".
Una vez que ha terminado de analizar cada delito por el que se le acusa a Rato, Massó ha concluido señalando que "ninguno de los hechos aquí investigados requería de ninguna otra persona" dado que "el señor Rato era dueño de sus decisiones" y por tanto "ninguna persona debe responder por hechos que le son ajenos".
RATO NO NECESITABA A ALARCÓ
Por su parte, la defensa del excuñado de Rato, Santiago Alarcó, ha tratado de desvirtuar en su informe la acusación de Fiscalía de que su mandante manejaba las cuentas en el extranjero del exministro. Así, si bien ha reconocido que efectivamente transfirió la sociedad Kradonara a Rato en 2006, ha apuntado que no pudo ser ese colaborador imprescindible para manejar fondos en el extranjero.
"Nada de eso es cierto, por supuesto, pero es que no hay ni un solo ejemplo concreto, ni por supuesto ninguna prueba de que esto se haya producido. (Se ha practicado) numerosa prueba en este plenario que indica con toda claridad que el señor Alarcó ni era ni pudo ser lo que dice el Ministerio Fiscal", ha apostillado.
En este sentido, el abogado ha explicado que Rato no necesitaba ayuda de Alarcó para sus operaciones en el extranjero, apuntando que todo un vicepresidente económico de España y director gerente del FMI, "posiblemente una de las cinco personas que más conocimiento tenga de finanzas internacionales de España", se valía por sí solo. "(Nos quieren hacer creer que) el señor Rato era un pobre desgraciado que iba por ahí y no conoce nada del mundo", ha apostillado.
Además, ha afeado al Ministerio Público que, tras tantas horas de plenario, solo haya sostenido que determinadas operaciones, como el préstamo de más de 900.000 euros de Alarcó a Rato, eran "sospechosas". "El préstamo de Alarcó a Rato es totalmente normal entre familiares", ha añadido poniendo un ejemplo propio de préstamo de 20.000 euros a un cuñado que nunca recuperó.