MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha desarticulado un grupo criminal de origen búlgaro que conseguía robar vehículos en menos de un minuto en el extranjero para, posteriormente, falsificar sus elementos identificativos y venderlos en el mercado nacional como segunda mano.
La operación se ha saldado con siete detenidos, entre ellos los dirigentes de la organización de nacionalidad búlgara, y se han realizado inspecciones de vehículos en Madrid y Cataluña, consiguiendo intervenir diez de ellos valorados en unos 350.000 euros. Los arrestados obtenían entre 30.000 y 40.000 euros por la venta de cada vehículo en el mercado de segunda mano.
La investigación se inició el pasado mes de diciembre cuando los agentes recibieron información procedente del Agregado de Interior de la Embajada de Bulgaria en España, en la que se informaba sobre la existencia en el parque automovilístico español de vehículos que habían sido sustraídos en este país, aunque su origen parecía legal.
El modus operandi de esta organización consistía en el robo de vehículos nuevos de gama media alta en Bulgaria, para lo que utilizaban sofisticadas herramientas tecnológicas que les permitían apoderarse de prácticamente cualquier automóvil en menos de un minuto.
La organización manipulaba todos los elementos identificativos como el número de bastidor, las etiquetas de constructor e incluso los registros digitales del vehículo. De manera paralela, confeccionaban la documentación falsa del vehículo haciendo uso de soportes documentales originales sustraídos en otros países como Austria, sobre los que se grababan los datos falsos.
Una vez que los vehículos tenían nueva identidad eran matriculados nuevamente en Bulgaria, como si se tratase de un coche exportado de un tercer país, y trasladado a España. En nuestro país, la organización criminal contaba con una rama logística encargada de matricular los vehículos e introducirlos en el mercado español como vehículos de ocasión.
Según ha informado la Policía, algunos de los coches era demandados por otras organizaciones criminales por la alta calidad de sus falsificaciones, que impedían la identificación de los vehículos sustraídos salvo investigación policial.