Detenidos en Barcelona los líderes de un clan serbio enfrentado a otro grupo por una partida de cocaína en Valencia

Publicado: miércoles, 23 octubre 2024 13:23

La Policía atribuye a los dos clanes enfrentados más de 60 muertes relacionadas con "ajustes de cuentas"

MADRID, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Policía Nacional ha detenido en Barcelona a un fugitivo que se enfrenta a 40 años de prisión por su papel como lugarteniente de "Jhony el Loco", el presunto líder del clan serbio de 'Vracar', quien también fue arrestado en la ciudad condal el pasado 18 de octubre.

Ambos detenidos están en el radar de la Policía por sus enfrentamientos habituales con otro clan, que deja múltiples muertos por una disputa que se remonta al año 2014 debido a la incautación de un cargamento de cocaína en el Puerto de Valencia.

El fugitivo, mano derecha del líder de este clan, se encontraba reclamado por las autoridades serbias por un delito de homicidio doloso, por Austria por los delitos de secuestro y detención ilegal y por la justicia española por un delito de lesiones, según ha informado la Policía en una nota de prensa, que celebra el "duro golpe asestado a la cúpula del 'Clan de Vracar'.

MÁS DE 60 MUERTOS POR AJUSTE DE CUENTAS

Según la Policía, los asesinatos entre miembros de 'Vracar' y sus rivales territoriales del 'Clan Skaljari' tienen su origen en el año 2014 con la incautación de un cargamento de cocaína en el Puerto de Valencia y "sus ajustes de cuentas se han cobrado hasta la actualidad más de 60 muertos".

La operación "tras varios años de investigación" la ha desarrollado la Sección de Localización de Fugitivos de la UDYCO Central en colaboración Europol, gracias a la Red Europea de Grupos de Localización Activa de Fugitivos conocida por sus siglas en inglés ENFAST. También han participado equipos de esta red policial de Austria, Serbia, Alemania, Croacia, Eslovenia, Francia e Italia.

Al último detenido se le acusa, además, de participar en Austria en el secuestro y torturas de un miembro de una banda rival, al que tras citarlo en un hotel con el pretexto de hacer un negocio, lo secuestraron y golpearon exigiendo al padre de la víctima el pago de un millón de euros para su liberación.

Las gestiones de los agentes permitieron averiguar que debido a la presión policial, el fugado mantenía "estrictas medidas" de seguridad cambiando constantemente de identidad, hasta cuatro identidades ficticias, realizando también contravigilancias para detectar la presencia policial antes de realizar cualquier movimiento.

Estas medidas de seguridad también eran adoptadas por todo su entorno y familiares a quienes había instruido en estas técnicas para evitar investigaciones que dieran con su paradero.

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