MADRID 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
La dimisión de Carlos Dívar al frente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, que se formalizará con la publicación de su cese en el Boletín Oficial del Estado (BOE), crea una situación de 'bicefalia' en la cúpula del Poder Judicial.
El hasta ahora vicepresidente Fernando de Rosa, designado a propuesta del PP, será el nuevo presidente en funciones del órgano de gobierno de los jueces, mientras que en el Tribunal Supremo estará al frente el presidente de Sala más antiguo, que es Juan Antonio Xiol, considerado progresista moderado
Fernando de Rosa ocupó el cargo de vicepresidente del CGPJ en 2008 a propuesta del Partido Popular. Hasta ese año, el magistrado había desarrollado toda su actividad en la provincia de Valencia, donde nació en diciembre de 1959.
Ocupó varios destinos en los partidos judiciales de Valencia y Castellón entre 1984 y 1998, entre ellos como magistrado en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, como titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Castellón de la Plana o del 14 de Valencia. En el 98 fue nombrado juez decano de los Juzgados de Valencia.
En 2003 De Rosa dió el salto a la política autonómica de la mano del PP y ocupó la Secretaria de Justicia del Gobierno presidido por Francisco Camps. En junio de 2007 fue nombrado conseller de Justicia y Administraciones Públicas, cargo que ocupó hasta su nombramiento como vicepresidente del órgano de gobierno de los jueces.
XIOL EN EL GOBIERNO DE GONZÁLEZ
El presidente de la Sala Primera del Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol Ríos, inició su carrera en 1972 en los juzgados de primera instancia e instrucción de Cervera (Tarrasa) y San Feliú de Llobregat (Barcelona) y más adelante en salas de lo Contencioso-administrativo de Vizcaya, Barcelona y Madrid.
Ocupó el turno de especialista de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo en 1986. Además de la presidencia de la Sala de lo Civil, que ahora ejerce, ha sido presidente de las Secciones Cuarta y Séptima de la Sala Tercera del Supremo.
Xiol Ríos ha desempeñado además labores cargos en otros órganos judiciales. Así, fue letrado y secretario general del Tribunal Constitucional y director general de Relaciones con la Administración de Justicia en el año 1982 en la época del ministro socialista Fernando Ledesma.
Además, ocupó el puesto de vocal del Consejo General del Poder Judicial entre los años 1990 y 1996 coincidiendo con la dirección del órgano de gobierno de los jueces del actual presidente del Tribunal Constitucional Pascual Sala.
DIFÍCIL SUCESIÓN
Por otro lado, vocales del CGPJ y magistrados del Tribunal Supremo han venido a señalar en los últimos días su preocupación por la imagen que la crisis en el órgano de gobierno de los jueces puede estar provocando en el exterior.
Por ello creen necesario evitar la situación de interinidad que se creará durante más de año y medio -hasta la próxima renovación del CGPJ-, una vez que, dimitido Dívar, la presidencia del Consejo pase a ser en funciones del actual vicepresidente, Fernando de Rosa, mientras que por ley la del Tribunal Supremo sea automáticamente para Xiol Ríos.
No obstante, lograr un candidato para presidir ambas instituciones debe lograr al menos 13 votos en el Pleno del CGPJ, y todos coinciden que, de encontrarse candidato, éste debe ser de consenso y lograr una mayoría mucho más amplia.
Encontrar a la persona adecuada no parece fácil, si se tiene en cuenta el tiempo que ha costado recientemente alcanzar el acuerdo necesario para cubrir vacantes como las de la Sala de lo Penal o la Sala de lo Militar, que ha superado los dos años.
Además del propio Xiol, de tendencia progresista moderada y con aspiraciones a ocupar plaza en el Tribunal Constitucional, suenan nombres como el del presidente de lo Contencioso-Administrativo, José Manuel Sieira, o el del propio De Rosa.
No obstante, no son pocos los que descartan a este último por no tener categoría de magistrado del Tribunal Supremo. Otros apuntan la posibilidad de que, durante el año y medio que queda de mandato, el CGPJ pueda ser presidido por algún magistrado del Supremo emérito o próximo a la jubilación que disponga de la confianza de una mayoría de este órgano y del Consejo. En esta quiniela suenan los nombres del ex fiscal Carlos Granados o Roberto Henríquez.