Defiende la plena vigencia de este centro tipo, que cumple 25 años, dentro de un modelo penitenciario que es "referente mundial"
MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El centro penitenciario Madrid V-Soto del Real conmemora 25 años desde su construcción y su director saliente, José Luis Argenta, hace un balance positivo donde defiende su "plena vigencia" como centro tipo convertido en "referente mundial". En su defensa de la profesionalidad de los trabajadores penitenciarios, niega que se conceda diferente trato dependiendo de la notoriedad del interno.
"No hay diferencias de trato, siempre se trabaja en un plano de igualdad, incluido los presos del 1-O", ha asegurado en una entrevista con Europa Press José Luis Argenta, que acaba de ceder la dirección de Soto del Real, el centro de referencia para la Audiencia Nacional y por donde han pasado los líderes del 'procés' y otras personalidades como Luis Bárcenas, Rodrigo Rato, Jordi Pujol Ferrusola o Ignacio González, así como los encausados en la trama 'Gürtel' Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez 'el Bigotes'.
"Hay que buscar la naturalidad en todo; se hizo muy buena gestión para poder facilitar que ellos pudieran cumplimentar sus derechos como candidatos en dos procesos electorales, cumplimos correctamente con lo que era el mandamiento judicial", rememora Argenta al recordar el paso por Soto de los líderes del procés como presos preventivos, y antes de que se aprobara su traslado a cárceles de Cataluña. "Somos meros cumplidores de las indicaciones judiciales, nuestra actuación profesional fue impecable", añade.
Aunque rehúsa por celo profesional entrar en detalles sobre casos concretos, José Luis Argenta subraya el trato que se da a los internos "en un plano de igualdad" y rechaza expresiones, que encuadra en la búsqueda de la "repercusión mediática", como 'jaula de oro' para hablar de Soto del Real o de 'hotel Lledoners' en el caso de la prisión catalana donde están Oriol Junqueras y otros condenados por el Tribunal Supremo.
"Todos los internos tienen los mismos derechos y todo está reglamentado; y donde no está reglamentado, existe una autorización judicial, eso es lo que yo puedo decir", defiende Argenta, que también pide que no se olvide la dureza intrínseca de la privación de libertad.
EL 100.2 Y EL SISTEMA GARANTISTA
Al ser preguntado por la polémica concesión del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que la Fiscalía cuestiona para los políticos independentistas por ser un tercer grado encubierto, el ex director de Soto se remite a las "medidas muy garantistas de impugnación o recurso", sea por el fiscal o por el juez de vigilancia.
"Hay que valorar siempre la profesionalidad del empleado penitenciario que toma ese tipo de decisiones. Yo, con 35 años de experiencia, puedo afirmar que el principio de la legalidad ha existido en toda la institución penitenciaria, siempre", sostiene Argenta, que recuerda que, al tener las competencias transferidas, Cataluña tienen su propio reglamento, pero dentro de la misma legislación.
"Los compañeros que ostentan los cargos en Cataluña", prosigue, "son conocidos por todos, son compañeros nuestros también. Yo no veo que se tenga que hablar de dos sistemas penitenciarios distintos en España. No hay dos sistemas penitenciarios".
Este alto cargo de la institución penitenciaria defiende la inclusión en la legislación de 1996 del artículo 100.2, que incorpora el principio de flexibilidad. "No se puede tratar a todos los internos igual en la intervención tratamental, porque hay que saber donde están las carencias y, una vez estudiado, se eleva a la junta de tratamiento, que como mínimo puede tener ocho personas". Como ejemplo cita que desde Soto se conceden 100.2 para internos clasificados en primer grado.
QUEJAS SINDICALES POR LAS AGRESIONES
Argenta, que pasa ahora a ser jefe del Área Económica de la Subdirección General de Servicios Penitenciarios, dependiente del Ministerio del Interior, ha estado 20 años ligado a Soto del Real desde que en 2000 llegó como educador, pasando luego a ser subdirector de seguridad y, durante los últimos ocho años, director de este centro penitenciario que, en su opinión, "se conserva muy bien".
"En 1985 existían cárceles, lo que hemos conseguido entre todos es cambiar las estructuras penitenciarias y Soto es el ejemplo porque es el primer centro tipo que se inaugura hace ya 25 años", sostiene. Según él, Madrid V "se iguala más a un concepto de ciudad por la distribución que facilita todo tipo de prestaciones, que no una cárcel a secas". La clave es que la separación en módulos permite complementar dos conceptos: la seguridad y el tratamiento.
Cuando llegó a Soto el centro madrileño tenía 2.000 internos y ahora tiene 1.100, lo que relaciona a la propia "modernización" del sistema penitenciario mediante los cambios legislativos, la reducción de los presos preventivos o los convenios de extradición.
Argenta también avisa sobre ciertas cifras que se transmiten a la opinión pública sobre la realidad penitenciaria, y aquí incluye tanto las visitas a presos sumándose conceptos que confunden comunicaciones en sí con el número de personas que visitan al interno, como las agresiones denunciadas por los sindicatos.
"Hay comparativas a nivel mundial y europeo y mecanismos dentro de la institución para contabilizar y minimizar estos riesgos. Hablamos de prevención de riesgos, que también es responsabilidad del empleado. Es lógico que las organizaciones sindicales hagan sus reivindicaciones, pero a veces no coinciden sus planteamientos con las cifras oficiales", argumenta este directivo que tira de experiencia para recordar las visitas a Soto del Real de delegaciones de países con democracias consolidadas: "Algunos se llevan las manos a la cabeza y dicen que lo nuestro es un paraíso, y esto es textual".