Los acusados, que han alcanzado una conformidad con la Fiscalía, desearon un "feliz 11M" a los españoles
MADRID, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los dos yihadistas que juraron lealtad al Daesh y que se dedicaban especialmente a captar y adoctrinar a posibles militantes y gente de su entorno más cercano, como es el caso de la hermana pequeña de uno de ellos, de cuatro años de edad, han aceptado este lunes una pena de prisión de tres años por el delito de integración en organización terrorista.
Los dos acusados, Marouan Ben Nacer y Soukaina Aboudra de nacionalidad marroquí y en prisión desde diciembre de 2015, se enfrentaban cada uno a una petición de cárcel de la Fiscalía de siete años. Sin embargo, sus defensas han llegado a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal por el que finalmente sólo se les condenan tres años de prisión, además de dos años de libertad vigilada para el primero y uno para ella.
La Fiscalía afirmó en su escrito de acusación que ambos eran de "un gran extremismo religioso". Ben Nacer y Aboudra integraban una célula de propaganda del DAESH acusada de adoctrinar y difundir la estrategia de la organización terrorista a través de Internet, donde vertieron "amenazas de muerte" contra líderes internacionales, como el expresidente de Francia, François Hollande o el de Rusia, Vladimir Putin.
Los dos acusados escribieron entre 2014 y 2015 mensajes en los que se puede leer: 'In sha allah, nuestro Andalus lo devolveremos', 'Sukaina te veo que quieres emigrar a Egipto', 'Que Allah les lleve, nos están matando con tanta crisis', 'Os deseamos un feliz 11M españoles y manténgase preparados para lo que viene con el permiso de Allah', según se recoge de las conversaciones intervenidas.
Ben Nacer y Aboudra contactaron con yihadistas asentados en Siria y divulgaron comunicados oficiales de la organización con su estrategia y las medidas de seguridad recomendadas, así como material multimedia para fabricar explosivos caseros para realizar "acciones armadas" en nombre del DAESH.
EN BUSCA DE LOBOS SOLITARIOS
Fiscalía señaló en su escrito de acusación que Ben Nacer se identificaba como un "lobo solitario" y que "constantemente" hacía alusiones a favor de la yihad y animaba a los musulmanes a combatir contra Occidente centrándose sobre todo en América y Europa. Además, dice que posee un "alto grado de sadismo" colgando todo tipo de imágenes que demuestran que "no tiene ningún signo de humanidad".
En el caso de Aboudrar, el Ministerio Público aseguró que participaba "activamente" en la redacción de documentos para que los discursos del Daesh pudieran llegar a personas de habla no árabe. De entre el material incautado en sus dispositivos electrónicos destaca el 'Manual de autocapacitación' dirigido a posibles lobos solitarios con el fin de captar nuevos adeptos.
Entre el contenido difundido por los dos acusados se encuentra información sobre cómo elaborar artefactos explosivos caseros para llevar a cabo atentados, según el escrito que explica que el "proselitismo" de la acusada a favor del yihadismo no se circunscribía exclusivamente al entorno virtual sino que mostró sus postulados entre compañeros de la residencia en la que se alojaba y en la universidad.
PROHIBICIÓN DEL USO DEL VELO ISLÁMICO EN LAS CÁRCELES
Aboudrar pidió poder usar el velo islámico 'hiyab' en la cárcel de Picassent (Valencia) en la que ha estado en prisión preventiva hasta la celebración del juicio, una petición que ha sido rechazada por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por dificultar la identificación de las internas y le ha obligado a descubrirse o usar un pañuelo "que recoja el pelo solamente, dejando la cara, orejas y cuello al descubierto".
Según la Sala, además de los problemas de identificación y la
posibilidad de ocultar objetos bajo él, Aboudrar usa esta prenda con "carácter reivindicativo de su posición yihadista", por lo que permitirlo iría en detrimento de la finalidad rehabilitadora y reinsertadora de la pena. "Es relevante indicar el hecho de que la interna durante una parte dilatada de su estancia en el centro penitenciario no utilizaba el 'hiyab", argumenta, considerando a esta joven marroquí víctima de un "proceso de radicalización islámica".