MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la iniciativa ciudadana +Democracia sitúa al Equo y ANOVA como líderes en calidad democrática entre los partidos políticos españoles, en un ranking en el que suspenden nueve de las 15 formaciones analizadas, con el PNV y el PP como 'farolillos rojos'.
El 'Ranking 2017 sobre la calidad democrática de los partidos políticos españoles' aprueba a seis formaciones políticas, encabezadas por Equo, que obtiene una nota de 6,6 puntos sobre diez (-0,2 respecto al año anterior), y Anova, con un 6,1 (-0,1), seguidos con un 5.2 por Podemos (+0,2) y el PDeCAT (+1,7, la mayor subida). En el aprobado se sitúan también el Bloc Nacionalista Valencià, con un 5,1 (+0,1) e Iniciativa del Poble Valencià, con un 5 (+0,1).
En la zona de suspenso están las nueve formaciones restantes, con Izquierda Unida, con un 4.8 (+0,6), empatada con ICV (-0,1), rozando el aprobado. Les siguen con un 4.3 el PSC (+0,1) y el PSOE y ERC (+0,2), seguidos de Ciudadanos, con un 4.1 (+0,4) y Coalición Canaria, que repite con un 3.8. En la cola se sitúa por tercer año consecutivo el PP, con 2.6 puntos sobre 10, por delante del PNV, que repite el 3.7 obtenido el pasado año.
En el estudio se han analizado los 15 partidos con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados --excepto Catalunya en Comú, que no concurrió a las últimas elecciones, y se han analizado los partidos que forman parte de él-- en base a 41 indicadores, agrupados y ponderados en cinco capítulos: democracia interna, sistemas de selección de candidatos, derechos de los afiliados y su protección, información pública sobre el partido y publicidad de los códigos éticos.
SUSPENSO EN DEMOCRACIA INTERNA
Así, en materia de democracia interna suspenden todas las formaciones analizadas, con una puntuación media de 3,8 puntos, y obtienen un aprobado raspado en cuanto a procedimientos de elección de sus candidatos, con un 5,2, y en cuanto a derechos de los afiliados y su protección, con un 5,5.
Los partidos políticos puntúan 6,0 sobre 10 en lo que se refiere a disponer de códigos éticos y a su publicidad y 6,9 sobre 10 en la información que facilitan en sus webs sobre documentos internos, resoluciones de congresos.
CONCLUSIONES
En cuanto a las bajas puntuaciones obtenidas, el estudio destaca en sus conclusiones que los congresos de los partidos se celebran muy mayoritariamente cada tres o cuatro años, lo que obstaculiza la renovación de sus políticas e ideas, así como de sus dirigentes e impide a las oposiciones internas plantear alternativas.
Además, indica que las reuniones de los órganos de control de las direcciones son "poco frecuentes" y "no controlan a sus órganos directivos o no tienen apenas capacidad para hacerlo" y hay un elevado
incumplimiento de los plazos de reunión de estos órganos previstos en los propios Estatutos, lo que hace que "la función de contrapeso de las direcciones haya desaparecido en algunos partidos".
En cuanto a los derechos de los afiliados, el estudio constata que aunque se reconocen en los Estatutos, "no se han implementado sistemas eficaces para defenderlos". Así, concreta que es habitual que las formaciones no cuenten con un "órgano realmente independiente" al que los militantes puedan acudir en caso de ser expulsados o suspendidos de militancia.
Entre las críticas que destaca el estudio también destaca que los sistemas de selección de los candidatos a cargos públicos giran entorno a las decisiones de los órganos de dirección. Aunque la mayoría de las formaciones apuestan por primarias, indica el estudio, "son muy reticentes a implantarlo en el conjunto de las listas electorales, por lo que la mayor parte de los cargos son elegidos en la práctica por la dirección del partido o bien mediante acuerdos más o menos formales entre la dirección y los potenciales candidatos", lo que refuerza el control de la dirección sobre los partidos y dificulta su renovación y la aparición de candidaturas alternativas.
Con todos estos datos, +Democracia concluye que "ningún partido español cumpliría con las normas de funcionamiento" más exigentes requeridas por las leyes alemana o británica, y que incluyen por ejemplo la celebración de congresos anuales o bienales en fechas fijas, la elección de candidatos a cargos públicos por votación de afiliados, y la elección de los cargos internos por voto directo a personas, entre otras cosas.