MADRID, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
España aspira a asumir el mando de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) con un general a partir del segundo semestre de este año, una operación en la que participan actualmente 40 países que aportan algo más de 10.400 efectivos.
Por tanto, el general que se designe para este cargo estará al mando de todos estos militares. La decisión sobre qué país ejercerá esta responsabilidad a partir de julio de 2016 se tomará en el seno de la ONU entre los países que se postulen para ello, según han explicado este jueves desde el Estado Mayor de la Defensa.
España, una de las naciones que más aporta a esta misión en Líbano con algo más de 600 efectivos, ya asumió en el pasado el mando de la FINUL, concretamente en el periodo 2010-2012 con el general Alberto Asarta al frente.
La creación de la FINUL se remonta al año 1978 tras un ataque palestino a una aldea de Israel que se saldó con el asesinato de 35 civiles judíos. Restaurada en 2006 tras la guerra entre Israel y las milicias de Hezbolá, su misión es mantener la confirmación de la retirada del Ejército hebreo del sur del Líbano, el mantenimiento de la paz y la seguridad en la zona y facilitar al gobierno legítimo libanés el control del territorio.
ESPAÑA APORTA MÁS DE 600 MILITARES
De los aproximadamente 2.000 efectivos de las 40 naciones que conforman la FINUL, España aporta algo más de 600, el mayor contingente de todas las misiones internacionales en las que participan las Fuerzas Armadas. Desde septiembre de 2006, han pasado por territorio libanés más de 20.000 militares españoles, tanto del Ejército de Tierra como de la Armada.
La situación general en Líbano es considerada por el Gobierno español como de "calma tensa", ya que continúa marcada por las "tensiones sectarias" y en los últimos años por la "influencia de la crisis de Siria".
En su misión en Líbano, las tropas españolas realizan diariamente patrullas a pie y en vehículo, establecen puntos de control y monitorizan permanentemente la situación en la denominada Línea Azul --la demarcación entre Líbano e Israel que hizo la ONU en el año 2000--, se sitúan en puntos de observación, actividades que llevan a cabo tanto solos como en colaboración con las Fuerzas Armadas libanesas. Todo ello con el objetivo de disuadir a las partes para evitar un nuevo conflicto.
Desde el comienzo de la misión en 2006 han fallecido en Líbano 13 militares españoles, el último hace sólo un año, el cabo Francisco Javier Soria Toledo a consecuencia de un bombardeo del Ejército israelí. El suceso más trágico para el contingente español ocurrió en 2007, cuando seis militares perdieron la vida al explotar una bomba contra su blindado durante de una misión rutinaria.