Dos cazas españoles interceptaron hace dos semanas dos bombarderos de Moscú en el Mar Cantábrico
MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El incidente registrado el 22 de septiembre en el que dos bombarderos rusos rozaron el espacio aéreo español no era la primera vez que los aviones de combate españoles se veían las caras con aeronaves de Moscú, ya que desde 2006, España participa en la misión de la OTAN que debe proteger el espacio aéreo de los países bálticos frente a las provocaciones de Rusia y dejar claro que Estonia, Letonia y Lituania son miembros de la Alianza.
La primera vez que el Ejército del Aire español participó en la conocida como Policía Aérea del Báltico fue en el año 2006 y entonces fueron cuatro cazas F-18 los que, durante cuatro meses, protegieron el espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania, que carecen de defensa consistente en aviones de combate.
Pero la guerra en Ucrania disparó las incursiones de los aviones rusos en el mar Báltico. Estas aeronaves, entre ellas bombarderos como los de septiembre, no suelen invadir el espacio aéreo de los países bálticos, pero pasan muy cerca volando desde el norte de Rusia, en San Petersburgo, hacia Kaliningrado, al sur de Lituania. La misión de los cazas de la OTAN es dejarles claro que no pueden sobrepasar la línea.
Ante el incremento de presencia rusa en esta zona a partir de abril de 2014, en los primeros cuatro meses de 2015 y de 2016, cuatro aviones Eurofighter españoles han participado en las rotaciones de la OTAN para ejercer de Policía Aérea en Estonia, Letonia y Lituania.
Durante estos ocho meses, los cazas españoles han patrullado áreas de unos 8.000 kilómetros cuadrados e interceptado más de una veintena de aviones rusos que han pasado muy cerca del espacio aéreo aliado. En una de esas aeronaves viajaba incluso el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu.
APAGAN TRANSPONDEDORES Y NO INFORMAN DEL PLAN DE VUELO
La presencia de aviones rusos en el espacio aéreo de las aguas internacionales del Báltico escapa normalmente al radar civil de los países de la zona porque apagan sus transpondedores y no informan de su plan de vuelo. Mientras, los radares militares los detectan sólo como una traza que impide saber qué tipo de aparato está cruzando el mar.
Por tanto, la misión de los pilotos de la Alianza Atlántica, la que han llevado a cabo también los españoles, es identificar la traza, verificar que sus intenciones no son ofensivas y después hacerle saber que se encuentra cerca del espacio de soberanía de la OTAN y que no debe infringirlo.
Es algo parecido a lo que ocurrió el pasado 22 de septiembre en el Mar Cantábrico, cerca de Bilbao. Aunque los bombarderos rusos no invadieron el espacio aéreo español en ningún momento, los F-18 que les interceptaron tenían como misión escoltarles y hacerles saber que estaban próximos a territorio OTAN.
Según Defensa, los dos F-18 no estuvieron en ningún momento a menos de diez millas de los aviones rusos y una vez que éstos se alejaron de territorio español en dirección al norte, dos 'Rafale' franceses continuaron con las labores de seguimiento.