BRUSELAS 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, ha asegurado este martes desde Bruselas que existe una "comprensión real" entre el resto de socios en la Unión Europea respecto a la solicitud del Gobierno de reconocer el catalán, el euskera y el gallego como lenguas oficiales de la UE, por lo que España no va a "abandonar" su petición de modificar el reglamento comunitario para su oficialidad.
La petición española vuelve a la agenda de los ministros europeos en el Consejo de Asuntos Generales que se celebra en la capital europea y en la que, a solicitud de España, se ha incluido como "punto de información", sin previsión de debate ni toma de decisión, para que el Gobierno exponga de nuevo su reivindicación.
Fuentes europeas y diplomáticas de distintos Estados miembro confirman a Europa Press que tras varios meses fuera de la agenda de ministros el asunto llega sin que se haya producido "ningún trabajo preparatorio" en los grupos técnicos del Consejo ni se haya abordado a nivel de embajadores.
Como adelantó el lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación y Unión Europea, José Manuel Albares, en la reunión a Veintisiete Sampedro podrá exponer los detalles de un memorando que España ha distribuido al resto de socios tras siete meses de preparación desde que llevó por primera vez la petición al debate europeo.
El documento enumera en dos páginas un total de 16 puntos con los que defiende las especificidades del caso español para argumentar que las tres lenguas cooficiales son parte de la "identidad nacional" de España y, por tanto, la Unión Europea debe defender estas lenguas y atender la demanda de su reconocimiento como oficiales.
En declaraciones a la prensa a su llegada al encuentro a Veintisiete, Sampedro ha afirmado que la propuesta española es "sólida y legítima" y permite explicar por qué "este tema es esencial" para España y queda "claramente reflejado" en la Constitución y en la cultura del país que el catalán, el euskera y el gallego son parte de la "identidad nacional".
"Por eso, el mensaje es que España no va a abandonar esta reivindicación y esperamos que así quede reconocido por los demás", ha insistido el secretario de Estado para la UE, quien ha recalcado que el Gobierno seguirá "insistiendo" con esta iniciativa.
Así las cosas, Sampedro ha asegurado que "los ecos que llegan" en los contactos que Albares mantiene con el resto de capitales es que hay una "comprensión real" de que la petición española responde a la identidad nacional y ha defendido que "si hay otro tipo de resistencias" son de tipo "más políticas" y deberán ser abordadas "de otra manera".
Al respecto, ha considerado que para superar estas dudas el Gobierno espera que "toda la oposición se pueda sumar a apoyar" la propuesta porque ello "permitiría con facilidad" que otros gobiernos conservadores en la UE también apoyaran la demanda de España.
DUDAS EN OTROS ESTADOS MIEMBRO
La última vez que estuvo en la agenda de los 27 la petición del Gobierno --uno de los compromisos del PSOE con Junts de cara a la nueva legislatura-- fue en la última reunión en que España controló la agenda en tanto que presidencia de turno del Consejo de la UE, el pasado diciembre.
Con el relevo tomado por Bélgica en la presidencia rotatoria el pasado enero, el asunto salió del orden del día de los ministros europeos y quedó relegado a la espera de que se produjeran avances de calado en los grupos técnicos, ya que los socios reclaman dictámenes jurídicos y evaluaciones de impacto antes de decidir sobre una eventual modificación del reglamento que, en todo caso, requeriría de la unanimidad de los Veintisiete.
En este contexto, varios ministros han dejado entrever a su llegada a la reunión que sigue siendo prematuro pensar en una decisión porque no ha habido avances respecto a las evaluaciones que algunos socios reclaman antes de abordar una reflexión en profundidad.
Preguntado por ello, la secretaria de Estado alemana para Europa y Clima, Anna Lührmann, ha evitado pronunciarse a falta de "examinar la propuesta", mientras que el ministro finlandés, Anders Adlercreutz, ha advertido de que el asunto ha estado "durmiente durante un tiempo" hasta que se ha retomado en este Consejo.
Por ello, Adlercreutz ha dicho que Finlandia está "abierta" a explorar la demanda española porque es consciente de la "necesidad" de tratarlo y de la "preocupación" que suscita en España, pero ha dejado claro que hay que medir sus consecuencias.
"Yo mismo he vivido en Cataluña, entiendo la situación lingüística. Pero cuando tomamos una decisión, tenemos que saber a qué puede conducir", ha razonado el ministro finlandés, que ha recordado que hay varios países con sus propias lenguas minoritarias (el suomi, por ejemplo) y una modificación en las reglas "puede tener repercusiones". "Esa es realmente nuestra principal preocupación", ha concluido.
La secretaria de Estado rumana, Daniela Grigore Gtman, por su parte, ha expresado el apoyo "pleno" de su Gobierno a la petición española pero ha advertido de que hay "cuestiones jurídicas, de traducción y financieras" que deben ser examinadas.
En su opinión, si se acepta reconocer catalán, euskera y gallego "no creará un precedente" en la UE y, además, ha puesto en valor que España haya ofrecido asumir todo el coste que supondría la oficialidad de las tres lenguas para evitar que corra a cargo de las arcas comunitarias, como prevé en principio las reglas de la UE.