BILBAO, 8 Abr. (EUROPA PRESS) - El mundo de ETA utilizará el desarme de la banda para presionar al Gobierno sobre los presos etarras Las Fuerzas de Seguridad han incautado a ETA desde 2012 más del doble de armas de las que hoy han entregado ETA se encaminará, a partir del desarme, hacia su disolución, en un proceso que podría completarse para el próximo verano, y en el que la opinión de los más de 300 presos que todavía cumplen prisión en las cárceles será decisiva. De esta forma, la banda podría desaparecer tras casi 60 años de existencia durante los que ha asesinado a más de 800 personas y secuestrado a alrededor de un centenar. Según han informado a Europa Press fuentes conocedoras del proceso de reflexión, aunque hasta hace poco la banda se negaba a desaparecer mientras hubiera reclusos internos en centros penitenciarios, ahora ha asumido que tiene que proceder a su disolución, algo que se prevé que finalice con una Asamblea que no se prolongaría más allá del verano. Éste era un paso buscado por la izquierda abertzale desde que decidiera seguir su trayectoria con la apuesta por las vías "exclusivamente políticas y democráticas" que recogió en la resolución 'Zutik Euskal Herria' y que se hizo pública en febrero de 2010, tras un debate interno. Este compromiso "con el uso de vías y medios exclusivamente políticos y democráticos" ya lo anunció en el año 2004 con la declaración de Anoeta, que precedió a la tregua decretada por ETA en marzo de 2006, rota en diciembre de ese mismo año. La vía emprendida por Sortu es respaldada por la mayoría de la izquierda abertzale y de los propios presos de ETA, algunos de los cuales han asumido que tendrán que enfrentarse a largas condenas. Tan solo un grupo no muy numeroso, congregado en torno al Movimiento pro Amnistía y contra la Represión, incluidos algunos reclusos del sector 'más duro', rechazan la estrategia de Sortu y abogan por "continuar con la lucha". La asunción por los presos de la nueva vía emprendida por la extinta Batasuna ha sido esencial a la hora de que ETA pueda llegar a disolverse. Serán ellos los que serán protagonistas en el debate sobre si finalmente se pone fin a la historia de la banda. El proceso de debate ya ha comenzado en el seno de ETA. Precisamente, David Plá --presunto jefe de la banda detenido en septiembre de 2015, junto a Iratxe Sorzabal en una operación en la que se dio por descabezada a la organización-- adelantó hace apenas dos meses en una entrevista que en primavera se preveía un proceso de reflexión entre toda la militancia de ETA. En 2012, un año después de declarar el abandono de su 'lucha armada' (en octubre de 2011), se conoció que, tras un debate en el seno de la banda, había decidido no proceder a su disolución. ETA es una de las más antiguas organizaciones terroristas del mundo. Fue creada en 1958, durante la dictadura franquista, aunque la mayoría de sus víctimas fueron asesinadas en la democracia. Detrás del IRA provisional, ha sido la que más víctimas mortales ha causado en Europa Occidental. Su primera víctima mortal fue el guardia civil José Pardines Arcayen, tiroteado en 1968 en Villabona. A lo largo de su existencia, ha asesinado a casi 850 personas, y más de 700 de los crímenes los cometió en la época democrática. A los fallecidos, se suma casi un centenar de personas secuestradas y más de 20.000 víctimas directas en atentados, entre heridos y damnificados. Además, durante sus casi 60 años de existencia, también recurrió a las amenazas y a extorsión, sobre todo a empresarios, a quienes exigió el denominado 'impuesto revolucionario'.