ETA- Familiares aclaman en la Audiencia Nacional a un acusado de atentar contra El Correo:"¡Ibai eres el puto amo!"

Actualizado: jueves, 14 julio 2011 16:16

La única cámara de seguridad instalada en el lugar donde se colocó el artefacto explosivo no funcionaba y no pudo grabar al autor del ataque

MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El grupo de familiares y amigos que se encontraba entre el público en el juicio celebrado la Audiencia Nacional contra Ibai Beobide, por colocar un artefacto explosivo en la rotativa del diario 'El Correo' en 2008, ha animado, en euskera, al acusado al término de la vista oral y, en castellano, ha gritado: "¡Ibai, eres el puto ánimo!"

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal ha celebrado este jueves el juicio contra Beobide, a quien se conoció como "el etarra de la bicicleta" ya que fue detenido cuando circulaban en este vehículo entre Asteasu y Villabona (Guipúzcoa) en febrero de 2010. El ex jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', ya instauró el uso de bicicletas entre los miembros de los comandos para eludir controles de seguridad.

Beobide se enfrenta a una petición fiscal de 15 años de prisión por un delito de estragos terroristas que habría cometido al colocar el 8 de junio de 2008 una bomba en la rotativa de 'El Correo', ubicada en el polígono industrial Torrelarragoiti del municipio vizcaíno de Zamudio.

Ante el tribunal, presidido por el magistrado Ángel Hurtado, han acudido ocho agentes de la Ertzaintza y la Guardia Civil que han rememorado que aquel día "hubo una explosión" en las instalaciones del periódico y que no tuvieron constancia de ninguna llamada previa que advirtiera del ataque. "No sabíamos muy bien lo que había ocurrido, si los grandes desperfectos tuvieron origen en un artefacto o en una explosión de tipo laboral", han indicado.

Desplazados los técnicos de explosivos al lugar de los hechos, confirmaron que la explosión había sido producida por una bomba, compuesta de amonal y nitrometano, y descubrieron cuatro "huellas de calzado" en las proximidades de la entrada de la nave. Sin embargo, han dicho los testigos, "llovía y el tratamiento que hicimos dio negativo", por lo que no se pudo relacionar la huella con ninguna persona.

Los agentes también han destacado que todas las cámaras de seguridad funcionaban, excepto la que justamente estaba colocada en el lugar donde los atacantes colocaron el artefacto explosivo. Además, han señalado que Beobide identificó a sus compañeras de comando en un reconocimiento fotográfico y que dibujó un croquis con el zulo en el que guardaba el material explosivo.

PORTABA UNA PISTOLA "LISTA PARA SER USADA"

Los testigos han indicado que Beobide declaró ante ellos que fabricó la bomba en el trastero de una de las compañeras del comando 'Basakatu'. Por otra parte, han señalado que portaba una "arma de fuego semiautomática cargada y lista para ser usada" cuando fue detenido y han añadido que se autolesionó en el vehículo policial y en el centro de Socorro de San Sebastián, al que se le trasladó.

En este sentido, la médico forense ha atestiguado que Beobide le manifestó que se había autolesionado y ha asegurado que no encontró "ningún dato objetivo" que apuntara a la posibilidad de que hubiera recibido malos tratos. Al término de la vista, el abogado defensor ha solicitado la libre absolución de su cliente al entender que no existe prueba de cargo para inculparle.

Según la fiscal Ana Noé, Beobide se desplazó a Saint Marie de Campan (Francia) para recibir instrucciones sobre el manejo de armas y explosivos por parte de miembros de la banda terrorista ETA, que le encargaron formar un grupo de legales y realizar informaciones sobre objetivos como el diario 'El Correo'.

Posteriormente, Beobide integró, junto a Oihana Mardaras e Itziar Moreno, el comando 'Basakatu' y preparó una mochila-bomba que, posteriormente, colocó en el polígono industrial de Torrelarragoiti, en el barrio de San Martín de Arteaga, en el que se editaba e imprimía el diario 'El Correo', propiedad del grupo Vocento.

Medio centenar de trabajadores se encontraba en el interior de la nave en el momento en el que el artefacto hacía explosión a las 3.00 horas de aquel 8 de junio. Pese a que no provocó daños personales, sí causó daños materiales tasados en 484539,58 euros, por los que se pide al acusado que indemnice a los perjudicados o al Consorcio de Seguros.