MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
El excónsul de Ecuador en Londres Fidel Narváez ha declarado este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata que "bajo ningún concepto" su gobierno autorizó o supo del espionaje al fundador de Wikileaks, Julian Assange, durante los años en los que estuvo asilado en la legación diplomática de la capital británica.
Según han informado a Europa Press fuentes jurídicas, Narváez, quien en aquellos años era la segunda autoridad de la Embajada de Ecuador en Reino Unido, ha dicho que el entonces embajador, Carlos Abad, ya fallecido, tampoco dio ninguna orden para colocar micrófonos o cámaras con captación de sonido en la sede diplomática.
La defensa de Assange ha exhibido durante la comparecencia imágenes o grabaciones de reuniones celebradas en la embajada durante los años en los que el fundador de Wikileaks estuvo asilado que habrían sido grabadas por la empresa UC Global, dirigida por el español David Morales y encargada de la seguridad de la legación diplomática.
Grabaciones que fueron captadas, por ejemplo, por un micrófono oculto en un extintor o micrófonos en las cámaras de seguridad, algo que el excónsul ve inconcebible, ya que se trataba de reuniones o encuentros diplomáticos propios de la actividad de la embajada, en muchos de los cuales estaba también el embajador, que no debían ser grabados.
Tanto Morales --quien se encuentra en libertad provisional con medidas cautelares-- como UC Global están siendo investigados por delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones abogado-cliente, cohecho y blanqueo de capitales.
Este lunes también ha declarado la pareja de Assange, Stella Morris, quien también habría sido víctima del espionaje de la empresa española y se ha reconocido en distintas grabaciones que los abogados han ido exponiendo durante la comparecencia.
La defensa del fundador de Wikileaks sostiene que éste y todas las personas de su entorno que le visitaban o se comunicaban con él fueron espiados en la Embajada ecuatoriana de múltiples maneras como la colocación de micrófonos y cámaras, copiar teléfonos móviles y documentos de identidad de las visitas que recibía, hasta perfiles de políticos, médicos y abogados con los que Assange mantuvo contacto.
También denuncia la defensa la toma de las huellas dactilares del propio Assange, que la empresa habría extraído de un vaso, e incluso la toma de muestras de heces del pañal del hijo del fundador de Wikileaks para tratar de acreditar si se trataba de su hijo.
BUSCANDO ADN EN UN PAÑAL
Sobre este último suceso ha hablado Morris, quien ha explicado que el día en que llevó al bebé a la embajada, un trabajador de UC Global se le acercó a la salida y le sugirió que no volviera a llevarle porque le habían encargado tomar muestras de las heces del pañal.
En la declaración que prestó Morales el pasado febrero en la Audiencia Nacional, afirmó que fue el propio Gobierno ecuatoriano el que le solicitó implantar métodos de escucha al estar preocupado porque el fundador de Wikileaks se reunía con "delincuentes".
Sin embargo, el excónsul no ha dado credibilidad a esta versión y ha dicho que está seguro de que los documentos que Morales ha exhibido como esas autorizaciones tienen que ser falsos porque algunos no llevaban ni siquiera la firma del embajador.
Previamente a Narváez y Morris ha comparecido ante De la Mata el exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, a quien también se le han exhibido imágenes del personal de seguridad de la embajada contratado por UC Global haciendo copias de su pasaporte y otros documentos personales que él dejaba en la entrada cuando iba a visitar a Assange, al que representa en la demanda de extradición emitida por Estados Unidos.
Este martes continúan las declaraciones de esta causa. Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, el juez ha citado a tres trabajadores de UC Global que se dedicaban a la seguridad de la sede diplomática y al jefe de operaciones de la empresa, todos ellos como testigos.