MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
La exeurodiputada de Podemos Lola Sánchez ha afirmado este jueves que el exlíder de la formación morada Pablo Iglesias le encargó "espiar" a su compañero de partido Miguel Urbán, de la corriente Anticapitalistas, a través de la elaboración de un documento "sin firmar" en el que tenía que exponer todo lo que el eurodiputado "hacía en Bruselas".
La también activista ha relatado, en mensajes publicados en la red social Twitter, su experiencia en Podemos, criticando al mismo tiempo que Iglesias "está totalmente abducido" en la actualidad y recordando un episodio en su etapa en el Parlamento Europeo.
Lola González ha explicado que el propio Iglesias le rechazó "por dos veces" cuando le tocaba, por su veteranía y su puesto en la lista, ser la jefa de Delegación en el Parlamento europeo. "Pero dos veces dos me saltó. Una para poner a Tania González (exeurodiputada de Podemos), que por aquel entonces le era totalmente fiel. Hasta que dejó de serlo", ha indicado.
En este contexto, ha señalado que después de González eligió para este cargo a Miguel Urbán, de la corriente Anticapitalistas, "que jamás le fue fiel sino todo lo contrario". "Pero era hombre, claro. Menos fiel que yo, pero hombre", ha enfatizado.
Continuando con el relato, Lola Sánchez ha asegurado que, unos meses después, se reunió con el exvicepresidente del Gobierno en el Congreso para hablar de la situación interna del partido en la Región de Murcia, instándole, tanto los anticapitalistas como los seguidores de Iglesias, a presentarse a las primarias contra Óscar Urralburu, que era "errejoner" y después se integró en Más País, la formación de Íñigo Errejón.
La exeurodiputada ha revelado que finalmente sí aceptó presentarse pero recordó a Iglesias que su trabajo estaba en Bruselas y le pidió seguir otra legislatura más en el Parlamento Europeo, donde "había abierto un proceso legislativo de primer orden y quería continuarlo para hacerlo realidad: derechos para las trabajadoras textiles".
Según la versión de Lola Sánchez, el exvicepresidente aceptó esta petición a cambio de que "le mandara periódicamente un documento sin firmar" donde "tenía que contarle todo lo que Urbán hacía en Bruselas". "O sea, que fuera su espía", ha desvelado.
Ella, sin embargo, no aceptó el encargo. "Yo también le dije que sí y me largué. Nunca recibió un solo informe y creo que esa fue la puntilla que me clavó y que me sacó de su proyecto", ha confesado. "A mí estas cosas me daban ganas de vomitar, y sentía que ya no debía estar ahí. Habían convertido un proyectazo en una puta mierda", ha revelado.
Por último, la activista también aprovechó las redes sociales para citar a Urbán y que se enterase que le encargaron espiarle. "Yo era leal al proyecto y no a ciertas personas, nunca se lo dije para no generar más mierda", ha apuntado, a la par que ha dicho que a ella le llaman "traidora", pero Urbán sigue en Bruselas "haciendo no se sabe qué" y su proyecto de ley está "en un cajón".