Asegura que las presiones denunciadas por Morocho eran el trámite habitual de revisión de informes
MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
El ex jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) José Luis Olivera ha negado este lunes ante el juez que investiga la 'Operación Kitchen' que el entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, le llamara en plena reunión con el inspector principal de 'Gürtel', Manuel Morocho, para ejercer presión sobre este último ofreciéndole puestos de trabajo atractivos con el propósito de que dejara de investigar la red de corrupción.
Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, Olivera ha desmentido la versión que Morocho dio al titular del Juzgado de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, sobre una reunión que tuvieron en una cafetería de Madrid en junio de 2013 donde el ex jefe de la UDEF le habría ofrecido un puesto en Lisboa en una organización vinculada a la UE e incluso un cargo en la ONU, todo para que dejase de investigar 'Gürtel'.
Morocho aseguró, en su declaración como testigo de hace dos semanas, que durante esa reunión Olivera no solo le ofreció dichos destinos, sino que en un momento dado recibió una llamada telefónica de alguien al que identificó como Fernández-Díaz y que quería saber si había aceptado alguno de los puestos indicados, algo a lo que él se negó por su "compromiso" con las pesquisas y su instructor, el juez Pablo Ruz.
Interrogado sobre este episodio por García-Castellón, Olivera ha reconocido que se reunió con Morocho, a pesar de que por aquel entonces ya no era su jefe en la UDEF, ya que estaba al frente del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), por mera curiosidad profesional por saber cómo discurría 'Gürtel'.
Sin embargo, ha negado que le ofreciera puesto alguno a Morocho, esgrimiendo que ya no tenía autoridad para hacerlo, y que el ministro de Interior le llamara por teléfono para ver si esa maniobra había dado resultado. De acuerdo con Olivera, que ha comparecido como imputado, hubo una llamada pero al otro lado del hilo telefónico estaba su mujer. Es más, ha declarado que ni siquiera tenía el teléfono de Fernández-Díaz.
Ante las preguntas del juez, que ha insistido en confrontar ambas versiones, Olivera ha atribuido el relato de Morocho a puro narcisismo. Según el ex jefe de la UDEF, el inspector era una persona peculiar en el trato que nunca daba su brazo a torcer, de ahí --ha aducido-- que pintara de presiones de sus superiores las revisiones a las que se veían sometidos sus informes sobre 'Gürtel'.