Descartan una petición de perdón aunque sí creen que hay que cambiar el discurso hacia América Latina
MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las críticas a España por la Conquista de América y las exigencias de perdón por el legado español en el continente, de las que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en el principal exponente no buscan otra cosa que desviar la atención de otros asuntos de índole doméstica, según coinciden diversos expertos en Iberoamérica consultados por Europa Press.
Tras su llegada al poder, López Obrador remitió al Rey Felipe VI una carta reclamando que "el Estado español admita su responsabilidad histórica" por las ofensas cometidas durante la conquista y "ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan".
El mandatario ha repetido en varias ocasiones sus críticas hacia España y ha vuelto a sacar a la palestra la petición de perdón a raíz de que el Papa Francisco volviera a reconocer los "pecados personales y sociales" que la Iglesia cometió durante la evangelización de América y por los que ya se ha pedido "perdón en diversas ocasiones".
Las palabras del Pontífice desataron una ola de reacciones entre la clase política española, incluido el expresidente del Gobierno José María Aznar, quien hizo unas duras declaraciones contra López Obrador que fueron duramente criticadas en México.
En opinión de Anna Ayuso, investigadora del CIDOB, lo que hay es "un discurso de reivindicación hacia dentro más que una búsqueda de enfrentamiento con España" por parte de López Obrador pero también otros mandatarios y antiguos presidentes como Nicolás Maduro, Evo Morales o Rafael Correa, y por tanto no cree que pueda desencadenar una crisis diplomática.
DISCURSOS EN CLAVE INTERNA
El director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, Francisco Sánchez, coincide en que todos estos discursos que buscan responsabilizar a España y pedir cuentas por cómo se llevó a cabo la Conquista se hacen en realidad "en clave interna".
En el caso de López Obrador, "este tema le sale muy barato desde el punto de vista político y le ayuda a distraer la atención respecto a la relación privilegiada que tiene con Estados Unidos", tradicionalmente el objeto de las críticas antiimperialistas, añade.
Ayuso no cree que estas voces críticas con la conquista española lleguen a convertirse en una corriente mayoritaria, pero advierte de que la petición de una "revisión de la historia colonial", en la que no solo se cuente la versión de los conquistadores sino también de los colonizados, es algo que "comparten bastantes sectores, no solo los más radicales" en América Latina.
Ese "sentimiento" de que la Conquista y la colonización, no solo española sino europea, provocó distorsiones en el continente "es una realidad", sostiene por su parte Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano. Por ello, defiende que "no se puede jugar a la política de la avestruz" sino que hay que "dar algún tipo de respuesta".
¿HAY QUE PEDIR PERDÓN?
En su opinión, "si España aspira a tener una relación madura y equilibrada con América Latina" entonces quizá debería plantearse realizar "algún gesto en relación con el colonialismo" ya no tanto porque se lo pidan los americanos sino por las repercusiones que no hacerlo pueden tener para España.
No obstante, Malamud reconoce que "no es fácil" para el Gobierno hacer ese gesto y para ello sería necesario recuperar el consenso entre PSOE y PP en política iberoamericana en un momento en que tanto Podemos como Vox lo que buscan es impedirlo y con ello comprometen la imagen de España. Tampoco ayuda, añade este experto, "respuestas destempladas que provocan un efecto negativo sobre la imagen de España y la reputación de las empresas españolas".
La investigadora del CIDOB también cree que más que una petición de perdón por parte de España quizá lo que hace falta es una revisión de la historia y "reconocer que algunas cosas no se hicieron bien" durante la Conquista, algo en lo que también coincide Francisco Sánchez. "Muchas veces es mejor no decir nada", sostiene.
Además, añade el director del Instituto de Iberoamérica, no se critica de igual modo a la Corona británica y la holandesa, "las grandes esclavistas" en América. Así, compara lo que se pide a España a que "el día de mañana los afroamericanos exigieran a la corona holandesa o británica que se disculpen por el esclavismo".
En su opinión, en España ya se debatió mucho sobre la Conquista y sus consecuencias con motivo del V Centenario y "de todas las potencias coloniales es la que ha hecho el examen de conciencia más fuerte". Se muestra convencido de que "si Felipe VI pide perdón a López Obrador entonces este pedirá reparaciones".
Para Sánchez, se está perdiendo de vista que los hechos se produjeron hace 500 años y que quizá "no hubo el especial ensañamiento" que se denuncia, ya que por aquel entonces en Castilla la situación para la población no era muy diferente.
PAPEL DE LAS ELITES GOBERNANTES
Tanto Sánchez como Ayuso inciden en que tendría más sentido pedir cuentas a las elites que heredaron el sistema colonial tras las independencias hace unos 200 años y que en gran medida han hecho poco por cambiarlo.
En cierta medida, señala el director del Instituto de Iberoamérica, a día de hoy aún sigue arraigada "la idea colonial de superioridad de un grupo étnico sobre otro". Las elites gobernantes, herederas en gran medida de los conquistadores, consideran la desigualdad imperante como un hecho consumado y no hacen nada por remediarlo.
"Las elites criollas que gobiernan ahora han mantenido el sistema jerárquico de control de la tierra y de marginación" que se impuso tras la Conquista y "no han hecho nada para evitarlo", lo cual supone una "contradicción" en muchos casos con lo que pregonan y critican, subraya por su parte Ayuso.
CAMBIO EN EL DISCURSO
Así las cosas, los tres analistas creen que es necesario cambiar el discurso con respecto a América Latina desde España. "El lenguaje entre paternal y tutelador puede terminar abriendo brechas", previene Sánchez, que lamenta que la relación "ha estado asentada en la defensa de los intereses de las empresas españolas" y se haya dejado de lado el "capital humano". "Las elites antes eran hispanófilas pero ya no lo son", incide.
"España debe cambiar su política con respecto a su relación con Iberoamérica", defiende Ayuso. Hasta hace poco "era el primus interpares, pero ahora esto ya no es aceptable puesto que hay países con mayor peso y que también son miembros del G-20". La relación es ya "de tú a tú" pero aunque una parte de la clase política "tiene asumido" que no se puede seguir con el discurso de superioridad otros aún no lo aceptan.
"El discurso español tiene que superar de alguna manera el conjunto de legados que supuso la Conquista para América en términos de la cultura, la religión y la lengua para incorporar la dimensión del otro", señala por su parte Malamud, que aunque admite que el mestizaje como tal no es malo también "provocó ruptura y desgarro" entre la población indígena.
En su opinión, lo que tiene que plantearse no solo el Gobierno sino la sociedad española en su conjunto es "qué tipo de relación se quiere con América Latina", apostando en su caso por "una relación de dos direcciones en la que se tenga en cuenta el pensamiento y el sentimiento del otro lado".