MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
FAES asegura que el ex presidente del Gobierno José María Aznar no ve al mandatario libio, Muamar Gadafi, como un amigo, aunque cree que se convirtió en un "amigo extravagante" para toda la comunidad internacional en el año 2003, cuando decidió cumplir las normas internacionales ante el temor a una intervención en Libia como la que tuvo lugar en Irak.
En un nota de prensa, FAES ha precisado las palabras de Aznar en una conferencia en la escuela de negocios de la Universidad de Columbia, al asegurar que el ex presidente dijo que Gadafi se ha ido adaptando a las exigencias de la comunidad internacional para mantenerse en el poder y que pasó de liderar un régimen terrorista a uno que empezó a cumplir con las normas en 2003.
A partir de ese momento, Gadafi empezó a apoyar todos los esfuerzos de Occidente contra el terrorismo y decidió abandonar todos sus programas de armas biológicas, químicas y nucleares, doblegándose y convirtiéndose en un "amigo extravagante, pero un amigo" para la comunidad internacional.
Además, el ex presidente ha defendido los cambios a favor de las sociedades abiertas, la democracia y la libertad y ha pedido que esos cambios rechacen la yihad como instrumento político. De la misma forma, ha defendido la libertad religiosa, el pluralismo, la tolerancia, el derecho internacional, el Estado de derecho, la apertura al mundo y el respeto a los derechos humanos universales.
Aunque ha respaldado la intervención, también ha aprovechado la conferencia para alertar de los riesgos de que no logre los objetivos de democratización del país ante las posibilidades reales de acabar con el régimen de Gadafi.
Asimismo, ha recordado que existen dictaduras mucho más agresivas en la región, como la de Irán, y ha avisado de la necesidad de llevar a cabo la intervención con todas sus consecuencias para evitar males mayores y de intentar tener éxito cuanto antes.
"En ningún caso Aznar ha defendido ni defiende el mantenimiento de Gadafi al frente de Libia", señala FAES, tras asegurar que lo que ha hecho es avisar de que las transiciones nunca son sencillas y felicitarse de que los países del norte de África estén hoy ante una oportunidad de evolución hacia la democracia.