Admite tener "una esperanza muy limitada" en esa negociación y emplaza a la UE a apoyar al Grupo de Lima para un gobierno de transición sin Maduro
MADRID, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
El expresidente del Gobierno Felipez González ha revelado este lunes que quienes están auspiciando en Noruega conversaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela trataron de contactar con él a través del fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba, pero ha aclarado que no llegó a hablar con ellos y no lo ha hecho hasta ahora.
Durante su participación en el XII Foro Atlántico, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad, ha relatado que el pasado 29 de abril, un día después de las elecciones generales, habló durante tres horas con Rubalcaba -fue su última conversación--. En ella le dijo, en palabras de González, que sus "amigos noruegos, los que habían ayudado a la paz en Colombia y en el tema de ETA", querían hablar con él "para ver si podía ayudar".
Ambos quedaron en volver a hablar después de unos viajes que tenían previstos, pero no volvieron a hacerlo, ya que el que fuera ministro de Interior, vicepresidente y secretario general del PSOE falleció el pasado 10 de mayo. González ha aclarado después a Europa Press que nunca ha hablado con los facilitadores noruegos.
Durante su participación en el foro, el expresidente ha reconocido que tiene "una esperanza muy limitada" en las posibilidades de ese diálogo en Noruega, porque cree que "no está bien planteado" y que le está permitiendo al régimen de Nicolás Maduro ganar un tiempo que Venezuela no tiene, y que no tenía ya en 2016, cuando empezaron las conversaciones de República Dominicana.
Tampoco, ha advertido, se conocen aún las consecuencias de la reciente visita a Venezuela de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Es más, ha subrayado que la liberación de algunos presos políticos antes de su visita, o durante ella, es algo que Venezuela "ha aprendido de los cubanos". "No hay que dar las gracias porque liberte a Gilbert Caro, que nunca tuvo que estar preso", ha remarcado.
Para González, la liberación de los presos políticos es una de las cosas que la oposición debería tener claras antes de ir a negociar con Maduro. "No se trata de negociar cuantos presos salen de la cárcel, no entremos en ese comercio de carne humana que aprendieron de Cuba, sino que para negociar debe ser condición que no haya ninguno", ha remachado.
CONDICIONES PARA NEGOCIAR
Así, ha advertido de que "uno se puede ir a Noruega o al Polo Norte, que sería bueno si se quedara allí Maduro, pero hay que sentarse sabiendo que los derechos no se negocian se exigen". Liberación de todos los presos, capacidad de retorno de los exiliados, reconocimiento de la legitimidad de la Asamblea Nacional y no de la Constituyente --"prostituyente", la llama González-- son, a su juicio, condiciones clave para una negociación, y a ello se suma que quienes vayan a negociar tienen que tener poder para decidir.
Según ha dicho, en sus conversaciones con responsables de la oposición -como Antonio Ledezma o María Corina Machado-- él les dice que la clave no es decidir si uno se sienta o no en una mesa de negociación sino "en tener claro desde el minuto uno para qué se sienta", porque si no está beneficiando a la "tiranía" de Maduro.
González cree que tanto la oposición como la comunidad internacional deben tener claro "con qué material están jugando" y es que Maduro ha dejado claro que nunca volverá a perder unas elecciones.
Por eso, cree que la UE debe llegar a un acuerdo con el Grupo de Lima para "sentarse en Oslo o donde sea " y logre la formación de un Gobierno de transición sin Maduro pero sí con su partido y también con las Fuerzas Armadas, porque solo así se garantizará "un mínimo de seguridad y de contención" de los "colectivos, las fuerzas especiales que tienen licencia para matar". También ha señalado que para que llegue la ayuda humanitaria es necesario contar con ellas, "la única logística eficiente de transporte que queda".
Ese Gobierno de transición sería el encargado de convocar elecciones en nueve o 10 meses, una vez reconstruido el censo electoral. "Venezuela necesita esto urgentemente, no puede perder el tiempo negociando a cachitos si puede salir de la Embajada española Leopoldo López o si sueltan a Gilbert Caro o meten a más", ha recalcado.
A su modo de ver, lo que la UE tiene que hacer es "apoyar una solución latinoamericana", liderada por el Grupo de Lima, que, de paso, quitaría "un poco de protagonismo" al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien nunca se sabe "con qué tuit se va a levantar mañana". Eso supone que la UE debe aumentar las sanciones personales, cosa a la que son muy sensibles los "factótums del régimen", que tienen familiares viviendo en España.
LE HA PEDIDO A GUAIDÓ QUE NO SEÑALE MÁS 'DÍAS D'
González ha reconocido que la situación de Venezuela parece a veces "de ducha escocesa", con altos y bajos, y ha revelado que, en alguna conversación que ha tenido con el líder opositor, Juan Guaidó, le ha pedido que no vuelva a "señalar un día D y una hora H" porque en realidad hay "un proceso", y señalar un día "produce frustración" y la sensación de que "si no pasó es que no pasará".
El expresidente ha compartido escenario con el premio Nobel Mario Vargas Llosa, presidente de la Fundación, y con el presentador Bertín Osborne, interesado y conocedor de la situación de Venezuela, el país de origen de su mujer, Fabiola Martínez. Osborne le ha preguntado a Gonzalez a quién es la verdadera oposición venezolana y éste ha respondido sin dudar que Guaidó, aunque no siempre esté de acuerdo en lo que hace, cosa que ha levantado aplausos del auditorio.
Vargas Llosa, refiriéndose a la división en la oposición, ha incidido en que la democracia no es "unanimidad" y en que a la oposición, aunque esté dividida, la representa Guaidó. El escritor también ha elogiado la "lucidez" de González y se ha mostrado convencido de que la situación de Venezuela sería hoy distinta si todos los dirigentes socialistas hubieran apoyado igual a la oposición.
Si sus palabras pretendían ser una crítica al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ha ejercido de mediador en el pasado, González no ha entrado al trapo sino que ha preferido decir que problemas de falta de claridad o de ambigüedad los tienen todos los partidos, no solo la "tribu sociata".