MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, supedita su continuidad en la política después del 9 de marzo a que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, le permita sacar adelante sus proyectos en el Consistorio, y en especial, la reforma del eje Prado-Recoletos.
En una entrevista concedida a ABC, recogida por Europa Press, Gallardón reconoce que en su decisión pesará su responsabilidad con los madrileños, pero si realmente tiene las manos libres para cumplirla.
"Es un argumento que hay que analizar en profundidad, porque a mí los madrileños me han elegido no como un acto de adhesión ni me han dado un cheque en blanco: me han elegido para que cumpla mi contrato, el que he firmado con ellos, que es mi programa electoral. Que yo pueda desarrollarlo, que no haya obstáculos objetivos para desarrollar ese programa electoral que han votado los madrileños, es un elemento determinante de mi presencia al frente de la Alcaldía", consideró.
Preguntado por si teme un boicot del Gobierno de Esperanza Aguirre, dijo que prefiere no tener "temores", sino "comprobar cómo es la realidad" y ver si puede desarrollar ese programa y qué es mejor para los madrileños. A su juicio, los madrileños entenderían esa marcha "si fuera como consecuencia de la imposibilidad de cumplir el contrato" que él cerró con ellos. En caso de retirarse, la sustituta sería Ana Botella, "por ley", ya que es la 'número 2' de la lista.
En opinión de Gallardón, el eje Prado-Recoletos es la acción política más importante de esta legislatura. "Está muy vinculada a las obras de la M-30: sin ellas no habríamos podido reducir el tráfico como lo vamos a hacer en el plan Prado-Recoletos, y además es no solamente el corazón, sino el motor de arranque de la recuperación de todo el centro de Madrid. Es prioridad absoluta", remarcó.
Por ello, buscó el apoyo de la totalidad de la Corporación, incluidos adversarios políticos, pues el cambio es trascendente para las próximas generaciones. "Hay dos cuestiones en la ciudad en las que estamos juntos oposición y Gobierno: Madrid 2016 y Prado-Recoletos. Y ambos los hemos aprobado por unanimidad de todos los representantes de los madrileños", subrayó.
Pero también es precisa la autorización de Esperanza Aguirre "por razón de repartos competenciales". "Necesitamos unas autorizaciones administrativas que son preceptivas de la Comunidad Autónoma para poder desarrollar el proyecto. Hay que recordar que ese Gobierno está ejercido por el PP, que fue el mismo partido que aprobó el programa electoral en el que se incluía el eje Prado-Recoletos", explicó.
"Tengo obligación de tener confianza en que el Gobierno del PP de la Comunidad de Madrid aplique el programa electoral del PP y apruebe lo que unánimemente ha solicitado la Corporación", confió.
En este sentido, y frente a las "declaraciones verbales" del Gobierno regional sobre los problemas del tráfico, Gallardón fue tajante: "Hay un trámite administrativo que tiene que cumplir el Gobierno regional durante las próximas semanas, y esa será la respuesta oficial a la petición unánime de esta Corporación".
A pesar de las advertencias, ante la pregunta concreta de si hay que inferir que si no sale adelante el plan del eje Prado-Recoletos el alcalde dimite, concluyó: "Yo estoy seguro que saldrá para adelante.
EXCLUSIÓN DE LA LISTA
A pesar del revuelo mediático que provocó la decisión de Rajoy de no incluirle en la lista por Madrid ha sido el palo más duro de su vida política, Gallardón asegura que no fue ni mucho menos el momento en que peor lo ha pasado en política. "No acostumbro a dejar guardado en ningún rincón de mi memoria los dolores que sufrí en momentos muy duros que he vivido en política, ni cuando no he conseguido ganar las elecciones o ganarlas con mayoría suficiente, ni cuando no conseguía otros objetivos que me había fijado", manifestó.
En este sentido, asegura que no guarda rencor, pues "el rencor es destructivo pero no para la persona a quien se lo diriges sino para quien lo siente". "De todas formas, en ningún caso, en ningún momento, generé el más mínimo rencor hacia Mariano Rajoy", añadió.
Hacia la presidenta de la Comunidad, el alcalde dice que "no es rencor la palabra". "En un partido hay distintas formas de situarse cada uno, desde el punto de vista ideológico y estratégico, y en un partido amplio como el nuestro, en el que a diferencia de la izquierda donde el PSOE tiene a Izquierda Unida, nosotros ocupamos todo el centro-derecha, no todos tenemos el mismo pensamiento ni nos situamos igual ante la solución de los problemas, y eso es bueno y enriquecedor para un partido plural y abierto como es el nuestro", opinó.
"Y al final es la dirección del partido quien establece cuáles son los criterios y los programas electorales. Yo no hago responsable a Mariano Rajoy de mi exclusión de las listas electorales", agregó, por lo que el responsable es "quien hizo unos planteamientos que le llevaron a Mariano Rajoy a tomar esa decisión", un nombre que "está en la mente de todos".
En este sentido, Gallardón cree que no ha tenido nada que ver el hecho de que Manuel Pizarro ocupara el segundo lugar. "Nunca he tenido la intención de ir de 'número 2'; ni en ningún puesto determinado de la lista del PP. Hubiese ido muy feliz en cualquier lugar de la lista detrás de Manuel Pizarro", planteó.
El primer edil también exculpa a Rajoy en cuanto a los tiempos. "Quizá los elementos externos que llevaron a Mariano Rajoy a tomar esa decisión no se hubieran producido antes. Quizá. Los tiempos no creo que los marcase él deliberadamente", indicó.
"Pero ese es un tema que está ahí, que ya he manifestado cuáles han sido mis impresiones; es lógico que sin ser la peor cosa que me ha pasado en la vida política me provocó una decepción tremenda, me consideré a mí mismo perdedor en una pretensión que había hecho a mis compañeros de partido", dijo.
"Yo había dicho antes que si iba en las listas era para ayudar a Rajoy a que fuera presidente del Gobierno, y que si no iba le ayudaría exactamente igual, y lo estoy haciendo y lo quiero seguir haciendo". Gallardón tachó de "absurda" la afirmación de que él quería ir de 'número 2' de la lista para que si Mariano Rajoy se pega el tortazo, dar él el salto.
A juzgar por el resultado, Gallardón reconoce ciertos errores. "Mi error fundamental fue de apreciación: no encontré ningún tipo de impedimento ni obstáculo ni negativa en quien tenía que tomar la decisión, pero no fui capaz de advertir al final hasta qué punto se iba a producir una oposición externa a quien tenía que tomar la decisión que podía acabar influyendo y determinando esa decisión".
Consecuencia de todo este capítulo, el primer edil cree haber aprendido mucho, e incluso reveló haber recibido con mucha ilusión la llamada del Nobel colombiano Gabriel García Márquez.
En cuanto a los últimos besos públicos con su adversaria política, Gallardón quiso subrayar que "un beso es un saludo" y que su valoración de la situación y su relación con Esperanza "no es distinta ahora que antes" de que se saludasen. "Nada ha cambiado con los besos", añadió.
Preguntado por "periodo de reflexión personal" que anunció a partir del 9 de marzo, el alcalde de la capital opina que "no es este el momento de hacer reflexiones que necesariamente exigen más calma y tener unos elementos de juicio que hasta que no se celebren las elecciones no podemos tener".
Pero su decisión "no necesariamente" dependen del resultado en las generales, pues él no vincula lo que vaya a hacer en el futuro al resultado. "Y ahora menos que antes; está claro que cualquier decisión que adopte ante el futuro estaría vinculada a mi actividad como alcalde de Madrid", insistió.