MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) - La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, se ha amparado este viernes en la separación de poderes para no opinar sobre la continuidad de Rita Barberá en el Senado, una vez que ha dejado el PP tras la decisión del Tribunal Supremo de abrir causa contra ella por un presunto caso de blanqueo. Según ha recalcado, la exalcaldesa de Valencia ya no es afiliada del PP y la titularidad del escaño es personal y no corresponde al partido. Numerosos dirigentes del PP defienden que la exregidora abandone el Senado, una opinión que también comparten ministros como el titular de Economía en funciones, Luis de Guidos, que este jueves pidió públicamente que deje su acta, si bien admitió que es algo que debe hacer ella de "motu propio". En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros se ha preguntado en varias ocasiones a la vicepresidenta si cree que Barberá debería dejar la Cámara Alta y varias veces ha respondido que la exregidora ya no es militante del Partido Popular y, por lo tanto", "ya no forma parte" de esa formación. Así, ha señalado que la "titularidad del escaño no corresponde a los partidos políticos por decisión constitucional" y ha rehusado pronunciarse acerca de si debía renunciar al acta. "Desde el Gobierno no tenemos posiciones sobre personas que están siendo investigadas. Sí le diré que ya no es afiliada del PP, que ha tomado sus decisiones al respecto", ha proclamado. Dicho esto, ha apelado a la separación de poderes para señalar que, "en este caso" ni "en ningún otro" el Gobierno es "quien para decirle a nadie" lo que tiene que hacer. Sin embargo, Sáenz de Santamaría sí que apeló a la responsabilidad de la exministra socialista Magdalena Álvarez -el 16 de mayo de 2014-- para que dejara su puesto de vicepresidenta en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) tras haber sido imputada en el caso de los ERE asegurando que su situación era "muy comprometida". "Esto de la separación de poderes es importante, en cuanto al respeto a los jueces y el respeto al Parlamento, sobre todo porque el debate no deja de ser nominal porque la titularidad del escaño no corresponde a los partidos políticos sino que el mandato es representativo y no imperativo", ha afirmado este viernes para zanjar el asunto. Al ser preguntada si sigue manteniendo las declaraciones que ella mismo hizo hace años citando a Barberá como un referente, la vicepresidenta ha señalado que cuando dijo eso "opinaba" como "muchos vecinos de la ciudad de Valencia que la habían votado en innumerables ocasiones y con mayoría absoluta". En cuanto al debate abierto para ver si es posible cambiar de quién es propiedad el escaño -Albert Rivera abogó este jueves por pensar de qué manera en los casos de transfuguismo o imputación por corrupción puede haber algún tipo de medida legal-- , Sáenz de Santamaría ha dicho que a ella no le gusta hablar "a bote pronto" de propuestas sin conocerlas y ha subrayado que son temas que hay que analizar "bien". Dicho esto, ha advertido que si se defiende un sistema de listas abiertas habría que resolver cómo se conjuga eso con la titularidad de los escaños por parte de los partidos políticos. "¿Si se defiende a la vez un sistema de listas abiertas, cómo casa con que la titularidad del escaño sea para el partido político?", se ha preguntado. En cuanto a si preocupa en el Ejecutivo que este asunto y otros presuntos casos de corrupción que han ocupado esta semana las portadas de los periódicos perjudiquen las posibilidades de Mariano Rajoy de formar Gobierno, Sáenz de Santamaría ha indicado que estos días se han conocido "avances" en casos de corrupción que afectan a "distintos partidos" que están "llamados a entenderse". A su juicio, eso pone en evidencia que se está ante "un problema" al que deben ser capaces de dar una respuesta conjunta "más allá de, según el día que toque, echarse a la cara unos a otros esos asuntos". "Suele ocurrir, si me permite el refrán, 'Días de mucho vísperas de nada'", ha enfatizado, para añadir que un día "uno habla demasiado y otro día tiene que callar también bastante", en alusión velada a que cuando se criticaba al PP por sus casos al mismo tiempo salían decisiones judiciales como la relativa a los ERE. En este sentido, y dado que es un "problema del conjunto del sistema", hay que darle una respuesta "conjunta y compartida". A su juicio, el acuerdo para formar gobierno debería tener entre sus elementos de consenso y trabajo "un conjunto de medidas contra la corrupción", poniéndose de acuerdo PP, PSOE y C's en este extremo. Ante el debate abierto dentro del PSOE apoyando al extremeño Guillermo Fernández Vara y sus planteamiento sobre una posible abstención, la vicepresidenta ha indicado que el Ejecutivo "no es quien para meterse en la vida interna de los partidos", pero ha aprovechado para recordar que Mariano Rajoy ha ofrecido varias fórmulas a Pedro Sánchez para facilitar ese Gobierno. "Estamos dispuestos a hablar de esas fórmulas que permitan solventar lo que hoy es un problema a todos los niveles", ha concluido.