MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno ha rechazado este jueves asistir a la toma de posesión de Quim Torra como presidente de la Generalitat por entender que el modelo de acto organizado por la Generalitat "degrada la propia dignidad de la institución" y porque se le ha intentado "imponer el nivel de la delegación gubernamental". "Nadie nos puede decir quién va a un acto", han enfatizado fuentes de Moncloa.
Quim Torra ha tomado posesión este mediodía como presidente de la Generalitat con una fórmula que promete ejercer "con fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament", emulando la frase de su antecesor, Carles Puigdemont, sin aludir a la Constitución, al Estatut y al Rey.
El acto ha durado dos minutos y los únicos cargos institucionales han sido el presidente del Parlament, Roger Torrent, el secretario del Govern, Víctor Cullell, y el propio Torra. El resto de asistentes han sido familiares del presidente. Además, no ha habido ni retrato del Rey ni más banderas que la catalana, y la medalla de presidente ha estado en todo momento encima de la mesa, pero Torra no se la ha puesto en ningún momento para simbolizar que defiende que pertenece a Puigdemont.
Al acto no ha acudido ningún miembro en representación del Gobierno. Esta mañana, fuentes de Moncloa han avanzado que no asistirían porque desde la Generalitat se le ha intentado "imponer el nivel de la delegación gubernamental, cosa que no se ha aceptado".
Además, el Ejecutivo considera que el modelo de acto organizado por la Generalitat "degrada la propia dignidad de la institución", han añadido las mismas fuentes.
"NO TOLERAR QUE LE DIGAN QUIÉN VA"
Fuentes de Moncloa han señalado después, tras la toma de posesión, que es el Gobierno de Mariano Rajoy el que decide qué persona va a un acto y no va a aceptar que le impongan cuál tiene que ser su representación en el mismo.
"El Gobierno es el que decide quién va del Gobierno a los sitios y no va a tolerar nunca que le digan quién es quien tiene que ir", han señalado fuentes del Ejecutivo, que han precisado que la clave no está en el nivel -si es ministro, secretario de Estado o subsecretario-- sino en que se pretenda decidir en su nombre quién acude.