MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, ha rechazado este martes las acusaciones del Gobierno de Nicolás Maduro al subrayar que el líder opositor venezolano Leopoldo López era un huésped de la Embajada española en Caracas, "no un rehén", y por eso se fue cuando quiso.
"El señor López era un huésped de la Embajada de España en Caracas, y un huésped no es un rehén. Es alguien que está, que llega y que puede marcharse cuando así lo decida él mismo, como ha sido en este caso, dado que se ha marchado de la Embajada por su propia voluntad", ha declarado a los periodistas tras intervenir en el I Foro Económico Internacional, organizado en Madrid por el diario 'Expansión'.
Tras salir de Venezuela, López --que se encontraba alojado en la legación diplomática desde el 30 de abril de 2019-- "ha decidido venir a España y España lo ha acogido como acoge a miles de venezolanos cada año", ha indicado, añadiendo que el Gobierno no le ha hecho ninguna recomendación sobre cómo actuar.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez confirmó el pasado domingo la llegada de Leopoldo López a Madrid, donde reside su familia. Además, condenó la detención, ese mismo día, de trabajadores de Embajada por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y el registro de domicilios, advirtiendo de que estos actos suponen un incumplimiento de las obligaciones contenidas en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Por su parte, el Ejecutivo venezolano denunció la "complicidad" de la misión diplomática española en la "hostil" fuga del dirigente opositor y también denunció el "incumplimiento flagrante" de la Convención de Viena por parte de España.
"ESCARECER" LO QUE HAGA FALTA, PERO RESPETANDO LAS NORMAS
González Laya comprende que la salida de López del país latinoamericano "es algo que preocupa a las autoridades venezolanas", y ha mostrado la colaboración del Gobierno español para "esclarecer lo que haya que esclarecer", pero "siempre dentro del respeto de las convenciones diplomáticas que rigen las relaciones entre dos países".
Según ha manifestado, ambos gobiernos están "en contacto permanente, constante y continuo". "Nos hemos intercambiado unas comunicaciones y hemos hablado como hacen los países cuando tienen algo que dilucidar, hablar para resolverlo", ha explicado.
La ministra ha señalado que las relaciones bilaterales son "normales", las propias de dos países que "tienen mucho en común" porque hay más de 500.000 venezolanos que residen en España y casi 300.000 españoles viviendo en Venezuela. "Tenemos que gestionar nuestras relaciones teniendo en cuenta los intereses de nuestros ciudadanos", ha agregado.
EVITAR EL PELIGRO DEL PROTECCIONISMO
Durante su intervención en el foro organizado por 'Expansión', titulado 'El mundo después de la Covid-19: Retos, oportunidades e implicaciones para las empresas y la sociedad', González Laya ha afirmado que, ante la crisis económica y social generada por la pandemia, hay que construir la recuperación aprovechando las "fortalezas" de España.
Además, ha destacado que "no se trata solo de recuperar el Producto Interior Bruto que se ha perdido", sino de "crecer de otra manera", fomentando la creación de empleo y empresas sobre la base de "la descarbonización, la digitalización, la cohesión territorial y la igualdad entre hombre y mujer" y utilizando para ello las ayudas europeas.
Al mencionar los retos futuros, ha defendido que la globalización es necesaria para mantener la apertura económica y comercial que ha hecho posible "un enorme progreso económico y social" en el mundo, pero también considera que ha "erosionado los derechos de los trabajadores, desatado una carrera desregulatoria y una competencia impositiva, permitido nuevos monopolios que escapan del poder del Estado y generado desigualdades".
Por ello, ha apostado por revisar las reglas internacionales de comercio, tributación y competencia y por "rehumanizar" la globalización con "nuevos sistemas de protección social" para así evitar el riesgo del proteccionismo, que sería "tremendamente dañino para España".