El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, el vicepresidente, Oriol Junqueras, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han remitido una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con copia al Rey Felipe VI, en la que piden "diálogo abierto y sin condiciones" para acordar la celebración del referéndum. La carta, consultada por Europa Press, critica la "ofensiva de represión sin precedentes" puesta en marcha por el Gobierno e insiste en el amplio apoyo de la sociedad catalana a la celebración de la consulta. También recuerda la suspensión de artículos del Estatut por parte del Tribunal Constitucional (TC) y reitera que "escuchar la voz de la ciudadanía no es un problema y aún menos un delito" en democracia. Así, propone resolver el conflicto abierto mediante la convocatoria de un referéndum de autodeterminación que lamentan que no cuente con el apoyo del Gobierno, algo que sería "deseable y se ha pedido reiteradamente por una amplia representación de parlamentarios y la sociedad catalana" tal y como se ha expresado en las elecciones al Parlament y en las manifestaciones de la Diada. Apunta que para tal fin se estableció el Pacte Nacional pel Referèndum, cuyos responsables están siendo interrogados por la justicia "como si se tratase de una actividad ilícita" a pesar de que el Pacte jamás fue invalidado por el TC. Los firmantes de la carta consideran que la sentencia del TC contra el Estatut supuso "la ruptura del pacto constitucional de 1978" y argumentan que posteriormente el Govern propuso un pacto fiscal y una consulta no vinculante y que recibieron una respuesta negativa. El envío de la carta coincide con la visita de Rajoy a Catalunya, que presidirá este viernes la Junta Directiva Regional del PP catalán y en la que previsiblemente trasladará un mensaje de apoyo a los miembros del partido un día después del inicio de la campaña por el 'sí' en el referéndum del 1 de octubre. Los firmantes de la carta han justificado el envío al Rey para que "entienda que no dialogar es incompatible con la resolución de los problemas". "Nuestra disposición al diálogo ha sido, es y será permanente", concluye la carta.