Le acusa de los mismos delitos de revelación de secretos por los que él fue condenado en firme tras el primer juicio por la trama corrupta
MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
El ex secretario general del PP madrileño Francisco Granados y el guardia civil en excedencia José Luis Caro, condenados ambos en firme por el 'chivatazo' que el primero recibió cuando comenzaron las investigaciones sobre él en el caso Púnica, han denunciado a otro cabecilla de esa trama, el constructor David Marjaliza, porque entienden que se benefició también de aquel aviso incurriendo en un delito de aprovechamiento o de revelación del secreto.
La denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press, ha sido presentada en los Juzgados de Instrucción de Madrid y se dirige también contra la que era secretaria de Marjaliza, Ana María Ramírez, y contra su presunto testaferro, Eduardo de la Peña, basándose en la sentencia dictada por la Audiencia Nacional y confirmada después en el Tribunal Supremo que condenó a Granados y Caro por ese chivatazo, la única pieza del caso Púnica que se ha juzgado.
Para la defensa de los denunciantes, es inexplicable que habiendo quedado probado en ambas instancias que Granados avisó a Marjaliza de que le habían puesto vigilancia en la puerta de su oficina y constando asimismo que éste se lo comunicó a su secretaria y a De la Peña para que le ayudasen a destruir documentación --"tres carros" de papeles que ardieron "un día de niebla"-- ninguno de ellos fuese imputado ni juzgado por el mismo delito de revelación de secretos.
Adjunta por ello a la denuncia la transcripción tanto de las conversaciones telefónicas que acreditaron en el juicio del chivatazo cómo circuló entre ellos la información, como los extractos de la sentencia que dieron por probada la destrucción de documentos e incluso el voto particular que ya en casación en el Supremo señalaba que tanto la conducta de Granados como la de Marjaliza fue la de "aprovechar la información" facilitada por un guardia civil sobre Púnica.
En los mismos términos, recoge los fragmentos en los que se da por acreditado que tras la información recibida, Marjaliza "ocultó el dinero que tenía en metálico guardado en su caja fuerte" y "lo llevó a una caja de seguridad de una entidad bancaria", tal y como él mismo reconoció en el juicio en el que participó como testigo, no como investigado.
"OCULTÓ EL DINERO Y DESTRUYÓ LA DOCUMENTACIÓN"
"Por lo tanto, en el caso, la utilización de la información recibida se tradujo directamente en un beneficio económico para el recurrente Granados Lerena y para el no acusado Marjaliza mediante la ocultación del dinero que poseían en metálico y su inicial sustracción a la investigación concreta y avanzada a la que supieron que estaban siendo sometidos", decía la sentencia del Supremo.
Para la defensa de Granados y Caro, "a pesar de todo ello, no han procedido los órganos de justicia a dirigir la investigación contra las demás personas que, por el principio de igualdad de armas procesales, deberían haberse visto sentadas en el banquillo de los acusados" junto a ellos.
"Marjaliza, con la ayuda de la señora Ramírez y el señor De La Peña obtuvo para sí mismo provecho económico, además de ventajas frente a la investigación y el desarrollo del proceso seguido en su contra", sostiene la denuncia, que incide en que "ocultó el dinero y destruyó la documentación" limitando la eficacia de la investigación contra él.
La defensa de Granados y Caro piden por ello que se les impute a los tres un delito de aprovechamiento del secreto, obteniendo Marjaliza y facilitando Ramírez y De la Peña, "beneficios y ventajas de la revelación recibida", si bien, en caso de no apreciarse este tipo penal, propone el de revelación de secretos. Pide, en todo caso, que los tres sean llamados a declarar como investigados.