MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Bartolomé Barba, agente de la Guardia Civil en Cataluña y padre de dos de los niños que fueron señalados en las aulas del Instituto Palau de Sant Andreu de la Barca por la profesión de sus padres, insta al ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, a "extremar el celo" para prevenir "adoctrinamientos".
Barba es uno de los padres de alumnos de ese centro que llevaron a la Fiscalía la situación que vivieron sus hijos el pasado 2 de octubre, cuando según afirmaron, hasta 9 profesores, ahora denunciados por la Fiscalía, les señalaron por ser hijos de guardias civiles y les obligaron a participar en una protesta en el patio contra la "violencia policial" de la víspera, día del referéndum ilegal en Cataluña.
En declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, ha señalado que en el instituto Palau, en el que tiene matriculados a su hijo y a su hija, "todavía se están realizando algunas actividades con menores que deberían estar tuteladas" y ha reivindicado una mayor vigilancia al respecto. "Llevamos mucho tiempo mirando para otro lado, pero basta ya. No lo vamos a tolerar. Es un sistema educativo evidentemente pervertido", ha sentenciado.
Para Barba, en este caso particular, "era evidente" de dónde venían las órdenes para que los profesores llevaran a cabo actividades como el mencionado acto de protesta por la "violencia policial". Asegura que se personará para formar parte de la acusación particular contra los profesores denunciados.
Se queja de que en esta situación, los padres ni siquiera tienen una responsable autonómica de Educación, ya que la exconsellera del ramo, Clara Ponsatí, se encuentra "exiliada" en Escocia, el país al que huyó de la justicia española por su implicación en el 'procés'.
"UNA MADRASA"
En declaraciones a la Cope recogidas por Europa Press, ha afirmado que "la madrasa que han hecho en los colegios" los independentistas "es una barbaridad".
Según ha explicado, aquel 2 de octubre "hubo varios casos" y padres que tuvieron que acudir al centro a "sacar a los menores". Él recogió a su hija, mientras su hijo quiso permanecer en el instituto.
De acuerdo a su relato, el chico se quedó "castigado en clase" con otros niños que se opusieron a participar en la mencionada concentración, pero finalmente "fueron a buscarles para sacarles al patio a manifestarse contra la violencia policial".
Para este agente de la Guardia Civil que trabaja en Cataluña, "lo más normal" hubiera sido que ante la queja, la dirección del centro se pusiera en contacto con los padres y se resolviese el asunto "por vía administrativa", pero "no fue así" y la respuesta del instituto fue "básicamente decir que los menores mentían".
"Esto no tiene ni pies ni cabeza. Pretender decir que esto es un invento, cuando al día siguiente salen 200 niños a la puerta del colegio diciendo lo que han hecho los profesores, y no sólo hijos de guardias civiles, hay otros niños que no estaban de acuerdo con la versión que estaban dando del 1 de octubre y les obligaron a salir al patio", ha detallado.
En su opinión, "los menores han dado una lección de madurez a sus padres, porque con quién se está metiendo el profesor y a quién está señalando es al amigo".