Dice que el movimiento de criptomonedas muestra un claro esquema usado en los fraudes piramidales
MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Grupo de Ciberdelincuancia Criminal de la Guardia Civil responde al juez que investiga por presunta estafa piramidal a la plataforma de inversión en criptomonedas Arbistar que después de analizar los dispositivos requisados consideran que el programa que ofertaban a sus miles de clientes --'Community Bot'-- para realizar operaciones online en realidad no existía.
Este dato es relevante en la investigación en la medida en que los principales encausados explicaron a sus clientes cuando empezó a fallar la operativa que todo se debía a un problema de funcionamiento de ese algoritmo o bot. En realidad el juez instructor considera que podría tratarse de una estafa piramidal.
Las pesquisas de la Guardia Civil que han desembocado en este informe se iniciaron a petición del juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama que quería saber dónde estaba registrado el 'Community Bot', cuales eran sus características técnicas y si era viable que ejecutara todo lo prometido a los inversores.
Asimismo quería conocer quienes tenían acceso a ese programa por parte de Arbistar y cuales fueron las causas que habrían provocado ese colapso o fracaso del sistema en el que se escudan los investigados.
En su informe, al que ha tenido acceso Europa Press, los agentes especializados señalan que tras las entradas y registros, la recogida de evidencias y distintas actuaciones, concluyen que en realidad esa compañía no contaba con un algoritmo o programa especializado, al que denominaban 'Community Bot', que moviera el dinero de los inversores para comprar criptomonedas.
"No se ha podido afirmar la existencia del 'Community Bot' como un supuesto bot de arbitraje ni que funcionara de acuerdo a unos parámetros y criterios prestablecidos", indican.
Es más, los agentes indican que al estudiar los movimientos de las criptomonedas analizadas "se aprecia una operativa y funcionamiento de retroalimentación entre los fondos de los inversores". Apuntan que esos fondos se distribuyen entre los distintos escalones "mostrando un claro esquema y estructura similares a los fraudes piramidales".
NO HAY SERVIDOR WEB
Por otro lado, los expertos explican que toda aplicación de ese tipo debe estar alojada en un servidor web para que funcione, y señalan que los dispositivos requisados no tienen la configuración necesaria que permitiera su actividad.
Buscando el origen, indican que la web de Arbistar se ha redirigido a lo largo del tiempo a cuatro direcciones IP que pertenecen a proveedores que ofrecen servicios CDN, algo que impide conocer la ubicación final del servidor que contendría la información sobre el código fuente de 'Community Bot'.
Es más, añaden que tras analizar los dispositivos electrónicos recibidos desde el juzgado confirman que no han localizado archivos que contuvieran el código fuente del 'Community Bot'. "No obteniéndose resultado positivo en las evidencias analizadas", explican.
20.000 BITCOINS
Además, los investigadores señalan que en la operativa de Arbistar han detectado entradas y salidas de fondos por valor de 20.000 bitcoins, lo que a fecha de marzo de 2022 equivaldría unos 710 millones de euros.
No obstante, indican que actualmente no se puede calcular el valor total de lo invertido por los afectados por la estafa por la naturaleza de la inversión en criptomonedas, si bien apuntan que no sería erróneo afirmar que la cantidad de fondos involucrados en ese 'Community Bot' sería de más de 10.000 bitcoins.
En este sentido, la Guardia Civil indica que el principal investigado, Santiago Fuentes Jover, junto a Diego Felipe Fernández y Viktor Alexander Walter serían los principales gestores de los fondos procedentes de los inversores en el 'Community Bot'.
Pero a reglón seguido inciden en que "sobre los supuestos intercambios de criptomonedas realizados por el Community Bot para la obtención de beneficios de sus inversores, no se encuentran indicios que apunten a ello en la operativa de criptomonedas de Arbistar 2.0".
"No se detectan pagos masivos a exchanges como los detallados y que pudieran resultar de supuestos intercambios para la obtención de beneficios", añaden. Esos exchanges a los que se refieren son las diferentes plataformas que permiten operar con criptomonedas para comprar, vender o intercambiar activos digitales.
A esto suman que del análisis de los movimientos de fondos de los inversores, sospechan de la existencia de una "contabilidad paralela" que ocultaría la información real de Arbistar y de algunos de sus supuestos inversores.
EL ORIGEN DE LA CAUSA
El caso estalló en otoño del año 2020 con las primeras denuncias hasta que, después de pasar por los juzgados de Arona, en Tenerife, la investigación recaló en abril de 2021 en la Audiencia Nacional.
Fue el pasado mes de octubre de 2022 cuando Calama acordó extender las pesquisas por un plazo de seis meses ante "el carácter especialmente complejo de los hechos investigados; el excelso número de perjudicados y su emplazamiento por todo el territorio nacional, así como en numerosos países europeos, asiáticos y latinoamericanos".
De acuerdo con el relato judicial, Arbistar prometía rentabilidades de entre el 8 por ciento y el 15 por ciento mensual y pagaba a los propietarios de las criptomonedas semanalmente.
"Pero lo que esta trama hizo presuntamente fue utilizar una parte del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores anteriores en pago de los altos intereses convenidos", indicaba el magistrado.
Calama vio en estos hechos posibles delitos de estafa agravada, organización criminal y delito continuado de falsificación en documento mercantil, así como blanqueo de capitales, un ilícito que ha optado por indagar en una pieza separada para no entorpecer la investigación principal.
EL CLUB DEL MILLÓN DE EUROS
Según las acusaciones, Arbistar comenzó a funcionar en 2019, primero vendiendo un 'software' que hacía seguimiento del mercado de las criptomonedas para avisar al inversor de cuál era el mejor momento para comprar o vender, siendo el propio usuario quien debía hacer la operación manualmente.
Después ofrecieron un 'bot' al que posteriormente se sumaron sucesivos productos vinculados al mercado de las criptomonedas que anunciaban en vídeos de YouTube y a través de página web.
Las altas rentabilidades que garantizaban propiciaron que los 200 inversores iniciales se multiplicaran, hasta el punto de que el mercado nacional se les quedó pequeño y se dirigieron a inversores extranjeros, sobre todo en América Latina y el mundo árabe.
Además, pagaban un porcentaje a los inversores que traían nuevos clientes estableciendo un sistema de comisiones en cascada. Así, crearon 'el club del millón', un selecto grupo de unas 15 o 20 personas que habrían ganado cada uno más de un millón de euros en comisiones.
La estafa piramidal estalló en otoño de 2020 con las primeras denuncias. Entre los afectados, detallan las acusaciones, hay personas sin conocimientos informáticos ni financieros que entregaron dinero en efectivo para que Arbistar se lo invirtiera.