Avisa: una Cataluña independiente tendría una moneda "muy devaluada" y aranceles para el 75% del PIB, que serían del 10% en el automóvil
ZARAGOZA, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
"La independencia sería un suicidio desde el punto de vista
económico, financiero, pero también desde el punto de vista de la convivencia de los catalanes, y el Gobierno no va a dejar que eso ocurra", ha subrayado el ministro de Economía, Industria y Competitividad del Gobierno central, Luis de Guindos, quien ha desvelado hoy que está negociando con un fabricante de automóviles que quiere instalarse en la zona franca de Barcelona y que no le está ayudando la aspiración independentista. No obstante, confía en que todo "se va a reconducir".
Estas declaraciones las ha realizado durante su conferencia 'Retos y oportunidades de la economía española', celebrada en Zaragoza con motivo de la clausura del ciclo de conferencias del 140 aniversario de Ibercaja y de homenaje a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, y que ha abierto el Foro Ibercaja.
El ministro de Economía ha explicado que el referéndum de momento se ha notado "muy poco" en la economía catalana, algo que ha achacado a las medidas tomadas por el Gobierno central y a la fuerza de las exportaciones, puesto que Cataluña es una Comunidad que se nutre de ellas.
Pero ha precisado que estaba negociando en estos momentos con un fabricante de automóviles que quería instalarse en la zona franca de Cataluña y estas cuestiones "no ayudan". Aunque se ha mostrado convencido de que "todo se va a reconducir".
Asimismo, ha recordado que las exportaciones son el 75 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en Cataluña, y quedarían sujetas a un arancel en caso de que se independizara que, por ejemplo en el sector del automóvil, sería del 10 por ciento. Ha agregado que tampoco ve que en este territorio, "una de las comunidades autónomas más abiertas al exterior", hubiese fronteras.
En este punto, ha incidido en que cualquier territorio de un Estado que se separa queda fuera "inmediatamente" de los tratados internacionales firmados por el país al que pertenecía. Ha aclarado que Cataluña también perdería el euro como moneda y "no veo a las entidades financieras catalanas cambiando su domicilio".
Ha desgranado que en una situación así se producirá una contracción de crédito y Cataluña debería tener su propia moneda, "que estaría muy devaluada con respecto al euro", y su propio banco central. Ha avanzado que en Cataluña habría un gobierno "muy radical que sería muy negativo". Por lo que ha incidido en que no contempla un escenario en el que la Comunidad esté fuera del país y ocurran todas estas circunstancias.
No obstante, De Guindos ha dejado claro que con "serenidad", pero también "con firmeza", el Gobierno central va a poner "todos los medios" para que el Estado de derecho "acabe prevaleciendo en el conjunto de España". En este sentido, ha remachado que "la independencia de Cataluña no va a tener lugar".
Ha detallado que no se va a producir por un tema de legalidad: "No debemos olvidar que una democracia se basa en dos pilares, uno es las elecciones y otra el respeto del Estado de Derecho". Ha evidenciado que si se vota es para pasar "de las preferencias individuales" a un sistema "de preferencias colectivo" que se refleja en unas normas "que hay que respetar".
LA INDEPENDENCIA SERÍA UN SUICIDIO ECONÓMICO Y DE CONVIVENCIA
Pero ha indicado que la única razón no es la legalidad: "A Cataluña le ha ido y le va a ir mucho mejor con el resto de España, no sólo desde el punto de vista económico y financiero, también político y social, y esto es lo que hay que subrayar, la independencia sería un suicidio desde el punto de vista económico, financiero, pero también desde el punto de vista de la convivencia de los catalanes".
De Guindos ha opinado que hay que intentar transmitir al conjunto de la sociedad el mensaje de que no se puede entender España sin Cataluña ni Cataluña sin España. "A Cataluña le va a ir mucho mejor si seguimos como estamos que en una situación alternativa, no veo a Cataluña fuera de la Unión Europea".
NO VA A SER UN REFERÉNDUM LEGAL
El ministro de Economía ha enfatizado que el referéndum del próximo 1 de octubre en Cataluña "no va a ser legal", ya que "va a tener todas las carencias desde el punto de vista de las garantías" que tienen que tener este tipo de convocatorias. "No va a ser un referéndum normal, si acaso será una pantomima".
"Hay gente que dice que la democracia es votar y sí, es una parte importantísima, pero después esos votos se van a unos representantes que aprueban unas normas y si alguien las violenta es casi tan grave como evitar instrumentalizar unas elecciones".
IMPEDIR EL REFERÉNDUM
Luis de Guindos ha concretado que para impedir el referéndum los que están actuando son los jueces y los fiscales aplicando la ley, "como tiene que ser en un Estado de Derecho", mientras que el papel del Gobierno ha sido recurrir las leyes de desconexión o de referéndum al Tribunal Constitucional.
"A veces da la impresión que quieren equiparar que todas las decisiones las está tomando el Gobierno, pero de muchas decisiones me entero por la prensa, porque toman las decisiones los jueces y los fiscales y basadas en el Estado de Derecho y el cumplimiento de la ley.
Sobre si el Gobierno se siente respaldado por los agentes sociales ante todo lo que está ocurriendo en Cataluña ha incidido en que "por supuesto". Ha aprovechado para mostrar su respeto por las manifestaciones "siempre que sean pacíficas", pero ha recordado que en Cataluña "hay muchísima gente que no se manifiesta".
En opinión del ministro, cuando no se tiene "la razón legal" hay "determinados agentes que intentan generar una serie de épica", pero cree que al final la racionalidad y la legalidad "se acaba imponiendo". Ha incidido en que para una sociedad moderna el respeto de la legalidad es un factor "de tranquilidad y de convivencia".
Finalmente, se ha referido a la homilía del obispo de Barcelona, Juan José Omella, en la fiesta de la Mercè, que ha considerado "muy razonable, hablando de convivencia". "Aquí hay un tema de talante y estoy convencido de que en Cataluña hay mucha gente que es mucho más tolerante de lo que a veces vemos en imágenes públicas", ha concluído.