MADRID 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La izquierda abertzale ya tiene unos planes bien definidos para la etapa que comienza con la configuración del nuevo Parlamento vasco y un nuevo Ejecutivo nacionalista en Euskadi. Su estrategia inmediata se basará en dos campañas: una de desobediencia a Madrid y otra internacional, para obligar al Gobierno central a negociar.
La primera determinación, según fuentes de las fuerzas de seguridad consultadas por Europa Press, irá encaminada a incumplir las leyes españolas.
De hecho, su intención fue expuesta de manera clara y nítida por la portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, ante centenares de seguidores concentrados en La Casilla de Bilbao, tras conocer los resultados electorales que les sitúan como segunda fuerza política en el País Vasco con 21 escaños en la Cámara de Vitoria. "Es hora de empezar a pensar como pueblo, como país, y es hora de parar las órdenes que llegan de Madrid".
De momento, y en ese afán de hacer desaparecer todo lo que provenga del Estado, han empezado en Guipúzcoa con el cambio las indicaciones de las carreteras que llevan a Francia, y en lugar de aparecer el nombre del país vecino, se podrá leer el de las ciudades y los territorios que consideran integradas en Euskal Herría, como Lapurdi.
Este asunto no es baladí porque la competencia en materia de indicaciones de tráfico está transferida a la Diputación de Guipúzcoa. La Delegación del Gobierno en el País Vasco ha analizado si puede recurrir la medida, pero ha concluido que no prosperaría porque la competencia de la inspección en relación con las indicaciones de las carreteras la tiene el Gobierno vasco, que ahora estará en manos de los nacionalistas del PNV.
La estrategia que han diseñado en la izquierda abertzale y que EH Bildu pretende llevar a cabo es presionar al Gobierno vasco para que no cumpla las leyes aprobadas en el Parlamento nacional.
FORZAR UNA NEGOCIACION
La segunda parte de estos planes inmediatos consistirá en lanzar una campaña para internacionalizar sus pretensiones y obligar al Gobierno a negociar los asuntos que más les interesan, entre ellos, los presos de la banda terrorista ETA.
Para ello, tienen intención de aprovechar el pedigrí que les da fuera de las fronteras el hecho de que el Tribunal Constitucional haya avalado las marcas de la izquierda abertzale y el haber conseguido ser la segunda fuerza política en las elecciones autonómicas.
Dos hechos que la izquierda abertzale pretende rentabilizar en el exterior para lograr apoyos y tratar así de forzar una negociación con el Ejecutivo para abordar sus viejas reivindicaciones y precisamente la de los presos era mencionada ayer mismo por la candidata de EH Bildu, Laura Mintegi, quien en su discurso dejó claro que van a utilizar "la fuerza" que tienen para, dijo: "traer a nuestros presos a casa".
El único dato negativo de los resultados de EH Bildu es que la izquierda abertzale ha perdido 30.000 votos en su conjunto en año y medio --desde las elecciones municipales y forales-- y se ha convertido en la tercera fuerza política en San Sebastián, por detrás del PNV --que se ha llevado el 29,61 por ciento de los votos-- y del PSE --que logró el 22,74 por ciento--.