Rechaza fijar posición sobre la demanda de su número dos de reservar a sus fieles el 40% de la Ejecutiva
MADRID, 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha avisado este miércoles al todavía secretario político, Íñigo Errejón, de que no pueden seguir cometiendo el "error" de "tratar de condicionar", a través de declaraciones en los medios de comunicación, el debate que deben tener en el Consejo Ciudadano Estatal para configurar la nueva Ejecutiva y reorganizar el partido tras el congreso de Vistalegre II.
"Tenemos que dejar esa lógica atrás y que todas las cuestiones para las que nos han elegido los inscritos las debatamos en esos espacios y no en los medios", ha defendido en declaraciones a los medios en el Congreso, al ser preguntado por la propuesta de Errejón de reflejar en la Ejecutiva --el llamado Consejo de Coordinación-- los equilibrios que existen en la nueva dirección, en la que sus afines cuentan con el 37% de los nuevos consejeros elegido en Vistalegre II.
De este modo, Iglesias ha rechazado fijar posición sobre la petición de Errejón de que su equipo se haga con ese 37% de puestos de la Ejecutiva para respetar el reparto de fuerzas del Consejo Ciudadano --el máximo órgano de dirección entre asambleas--, y se ha limitado a pedir contención para no condicionar el debate que deben tener fuera de los focos.
"NO ES PRUDENTE" LLEVAR EL DEBATE A LOS MEDIOS
"Es el Consejo Ciudadano Estatal el que tiene que debatir esas cuestiones y creo que no es prudente que condicionemos los debates con declaraciones en los medios", ha reafirmado. "Ya he señalado varias veces que un error que hemos cometido en el pasado es tratar de condicionar los debates de los espacios elegidos por los inscritos a través de declaraciones en los medios", ha avisado.
Por su parte, el secretario político ha reafirmado en que sigue "a la orden" de lo que la nueva dirección decida sobre el papel que debe tener en el futuro. "No es una decisión que dependa de mi", ha asegurado en declaraciones en los pasillos del Congreso, en relación a si seguirá manteniendo sus actuales responsabilidades como portavoz en el Congreso y secretario político de Podemos. "Seguimos hablando", ha apostillado.
SIGUEN LAS CONVERSACIONES
De este modo, Podemos trata de mantener en privado tanto las conversaciones sobre el futuro de Errejón como sobre la configuración de la nueva Ejecutiva que aprobará este sábado el Consejo Ciudadano Estatal en la que será su primera reunión tras ser elegido el pasado domingo en Vistalegre.
Lo que sí se da por hecho es que el órgano ejecutivo encargado de gestionar el partido en el día a día incluirá, al menos, a Errejón y a uno de sus más estrechos colaboradores, el secretario de Relaciones Internacionales, Pablo Bustinduy, tal y como ha dado a entender Iglesias, quien también prevé integrar al representante de los Anticapitalistas, el eurodiputado Miguel Urbán.
Sin embargo, la incógnita es el grado de integración que tendrán los afines al secretario político en los nuevos órganos, más allá de los dos puestos mencionados anteriormente que se dan por seguros en la nueva Ejecutiva.
La intención del equipo con el que el secretario general arrasó en Vistalegre --se hizo con el 59% de los nuevos miembros del Consejo Ciudadano y se impuso en las votaciones de todos los documentos que marcan la hora de ruta del partido en su nueva etapa--, es llevar a cabo una reordenación del partido que se base en potenciar la eficacia de los equipos y no en un reparto entre corrientes como si Podemos fuese "una tarta", según explica a Europa Press el entorno de Iglesias.
Aunque los 'pablistas' son conscientes de que sus tesis políticas y su equipo salieron reforzados de Vistalegre al imponerse a los de Errejón con una ventaja de 20 puntos, aseguran que el mandato que salió de Vistalegre fue el de "unidad" y "humildad". Por ello, quieren contar en esta nueva etapa con afines a Errejón que han demostrado hacer bien su trabajo y que son valiosos para determinadas funciones. La clave está, no obstante, en cuál será el grado de integración de los 'errejonistas' en esa reordenación de los equipos.