MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Iglesias se planteará dejar el escaño si no gana en Vistalegre
Errejón no ve riesgo de ruptura pero si cree que Podemos "puede salir tocado" de Vistalegre
ENCUESTA: ¿Qué proyecto quieres para Unidos Podemos, el de Pablo Iglesias o el de Íñigo Errejón?
La brecha que existe entre el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el secretario político, Íñigo Errejón, se está acentuando a medida que avanza la campaña interna y se acerca la II Asamblea Ciudadana Estatal de Vistalegre de este fin de semana, de la que saldrá la nueva dirección del partido y el nuevo rumbo político y organizativo.
A dos días de que se cierren las urnas que determinarán el futuro del partido, Iglesias y Errejón y, sobre todo, sus equipos, están más alejados que nunca. Aunque desde ambos sectores se rechaza que exista riesgo de ruptura, sí reconocen que el proceso de integración posterior, gane quien gane, será muy complicado, según explican a Europa Press fuentes de ambos equipos.
Así, fuentes del equipo del líder, 'Podemos para Todas', afirman que "habrá que tragar mucha saliva" pero que todos deberán trabajar para confeccionar una dirección integradora y cerrar heridas. Desde el sector 'errejonista', agrupado en la candidatura 'Recuperar la Ilusión', también asumen esta tarea como fundamental, aunque ven a los 'pablistas' con poca voluntad de construir una dirección plural si gana la lista y las propuestas de Iglesias.
Tanto el secretario general como Errejón han afirmado que a partir del día 13 se debe buscar la unidad y que deben "remar juntos", aunque en sus intervenciones públicas también hay matices que denotan sus diferencias sobre cómo conseguir este objetivo. Así, el secretario político ha avisado de que los ganadores no pueden "pasar el rodillo" el día después de Vistalegre, e Iglesias se ha comprometido a integrar a los que no piensan como él, pero también a "extirpar" los comportamientos que pongan en riesgo la unidad con actuaciones que generen división.
TEMOR A LA 'PURGA'
De sus palabras se deduce, por un lado, que los 'errejonistas' temen ser 'purgados' si los 'pablistas' se imponen con mayoría en el Consejo; y por otro, que Iglesias no va a tolerar que, una vez se cierre el congreso, pervivan comportamientos que considere desleales o dañinos para la organización; comportamientos que a su juicio se dan cuando existen familias, según ha avisado en reiteradas ocasiones.
Si las posiciones de ambos equipos ya estaban alejadas en diciembre, cuando se enfrentaron por primera vez en la consulta para fijar las reglas del partido, las negociaciones posteriores les separaron aún más, ya que en vez de servir para buscar puntos en común, fueron el escenario de un duro cruce de acusaciones que frustró el acuerdo y llevó a ambos sectores a presentar sus propias listas y propuestas.
EL ENTORNO DE IGLESIAS, EN EL PUNTO DE MIRA
Con el arranque de la campaña el pasado sábado se enfatizaron aún más las discrepancias, que han ido en aumento a medida que han ido pasando los días, sobre todo después de la publicación por parte de dos ex 'pablistas' y promotores de Podemos --Luis Alegre y Carlos Fernández Liria-- de sendos artículos en los que se tachaba al entorno de Iglesias de "camarilla" responsable de dañar el proyecto, de "secuestrar" al secretario general", y de haber emprendido una "guerra" contra todo el que disienta.
Estas acusaciones generaron un gran malestar en el equipo del líder y sirvieron para enturbiar aún más el debate. Iglesias llegó a acusar a su secretario político de no ir "de frente" y de intentar de desacreditar sus tesis "señalando" a su entorno.
"Últimamente hemos tenido muchas diferencias y creo que Errejón se está equivocando en muchas cosas y que debería rectificar en muchas cosas", aseguró Iglesias en una entrevista en El País este miércoles, para añadir que, aún así, cree que "es una figura muy relevante" que le gustaría tener cerca.
Por su parte, Errejón se ha cuidado mucho públicamente de no tomar como suyas las acusaciones contra el equipo de Iglesias, aunque sí ha asegurado que es "notorio" el hecho de que los colaborares del líder no le quieren en el nivel de responsabilidad que ahora tiene. También les ha acusado de promover un "viraje ideológico" que aleja a Podemos de construir mayorías capaces de ganar las próximas elecciones.
CONTRA EL PLEBISCITO
Si los 'pablistas' acusan a los 'errejonistas' de sembrar cizaña por debajo de la mesa, el equipo del secretario político denuncia que el líder haya convertido en congreso en un plebiscito, al tomar la determinación de dimitir como secretario general si no gana su lista a la dirección y sus propuestas política y organizativa, a pesar de que Errejón no se postula para ocupar la cúspide del partido.
Con todo, se prevé un ambiente tenso en el Palacio de Vistalegre, donde los tres principales equipos que participan en el proceso interno --el de Iglesias, el de Errejón, y los anticapitalistas-- podrán pedir el voto para sus proyectos y sus candidaturas por última vez ante los 8.000 simpatizantes afines a uno u otro sector que presenciarán el encuentro.
RESULTADO INCIERTO
Los resultados se darán a conocer el domingo y también hay disparidad de opiniones sobre cómo pueden quedar las cosas. Fuentes del equipo de Errejón aseguran a Europa Press que creen que serán "ajustados", tal y como y ocurrió en la consulta que celebró el partido en diciembre para definir la reglas de Vistalegre II.
El que supuso el primer enfrentamiento directo entre los dos principales dirigentes se saldó con una ligera victoria por sólo dos puntos de la propuesta del líder frente a la del portavoz parlamentario --el 41% de los apoyos frente al 39%--.
Por su parte, el secretario general ha asegurado este jueves en una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press, que está convencido de que sus propuestas ganarán, y además con un "resultado inequívoco".
De hecho, ha explicado que el sistema de votación que se está utilizando --el bautizado como 'Desborda' y diseñado por el secretario de Organización, Pablo Echenique--, "hace muy difícil que la moneda caiga de canto", es decir, que haya un empate o un resultado muy ajustado, como sí fue el caso en la consulta de diciembre.