Invita a los críticos a aportar y dice que si hay partidarios de acercarse a Podemos y nacionalistas lo defiendan en el cónclave
MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Gestora del PSOE, Javier Fernández, ha insistido este martes en que celebrar el congreso del partido cuando éste está aún "en carne viva sería como echarle sal a las heridas", y ha invitado a los considerados "críticos" a participar en él y a hacer aportaciones.
"El PSOE no puede estar más tiempo en la introspección y el congreso debe salir necesariamente bien", ha dicho Fernández. Por eso, los ha invitado a aportar, en lugar de estar repitiendo "como un mantra, que más bien parecen monjes budistas", que la gestora quiere "secuestrar a la militancia". De paso, ha dejado claro que eso es algo que él ni quiere ni puede hacer.
En una entrevista en 'Los Desayunos de TVE', recogida por Europa Press, ha defendido que el escenario "de crispación" que se creó tras el Comité Federal del 1 de octubre, no es el ideal para el "debate intenso" que debe tener el PSOE. Para Fernández, es evidente que en el partido "no hay unanimidades".
Además, ha recordado que él ha hablado de celebrar el congreso antes del verano, de manera que, a su juicio, algunos están poniendo "demasiada pasión en un asunto de una dimensión bastante pequeña", que es decidir si el cónclave será en abril, mayo o junio.
Fernández ha hecho hincapié en que el congreso no es sólo para elegir un líder, sino que será un congreso ordinario para definir la línea política y "la tradición" en el PSOE es que ésta sea elaborada por el partido y luego se elija un líder que la dirija.
"ME ATARÉ AL PALO MAYOR COMO ULISES"
En cuanto a posibles aspirantes, ha dicho que él no tiene "nada claro quién se va a presentar" y además quiere ser neutral. Si se lo propusieran a él, ha dicho, se negaría: "Me ataré al palo mayor como Ulises".
Para Fernández, una de las cosas que pueden plantearse en el Congreso, y que tendrán que "confrontarse" en ese caso, es la conveniencia de aproximarse o no a Podemos y a los nacionalistas, si hay dirigentes que lo piensan así.
Según ha dicho, él y otros dirigentes piensan que el PSOE debe ser un "partido de mayorías que no sólo intente alcanzar el Gobierno con coaliciones", sino que sea "alternativa de Gobierno". "Son dos visiones que no son exactamente iguales que tendrán que confrontarse, si se plantea, en el seno del Congreso", ha añadido, precisando que a su juicio eso sería "razonable y serio".
Fernández ha relatado que la posibilidad de pactar con los nacionalistas fue lo que le alejó a él del ex secretario general Pedro Sánchez. Es más, ha relatado que él fue uno de los más activos en pedir que el Comité Federal impidiese pactar con los independentistas para formar gobierno, algo que después Sánchez consideró "un error", según ha recordado el propio presidente de la Gestora.
En su opinión, con los problemas que tiene España, incluido un desafío secesionista liderado por cargos electos, el PSOE no podía gobernar con sólo 90 diputados apoyándose en Podemos y los independentistas.
"EN LA OPOSICIÓN UNO GANA CREDIBILIDAD"
A su modo de ver, lo que al PSOE le toca ahora es "hacer oposición", que no es lo mismo que "estar en la oposición". Es más, ha remarcado que en la oposición es donde "uno gana credibilidad como opción de gobierno", de manera que "no se debe confundir oposición con agresión, que es una tentación permanente en los partidos".
En esa línea, Fernández ha reivindicado la decisión del PSOE de permitir el Gobierno de Rajoy --afirmando que en caso contrario España estaría a punto de unas elecciones y los estudiantes haciendo reválidas-- y ha destacado que el partido también está alcanzando acuerdos con Podemos y Ciudadanos.
Fernández no ha opinado sobre los actos públicos que está haciendo Pedro Sánchez --"en mi tierra damos la bienvenida a todo el mundo"-- y ha admitido que no ha hablado con él desde que tomó posesión de su cargo en Ferraz.
Eso sí, ha negado que la Gestora sea ilegal o ilegítima, como dicen algunos críticos, y ha recordado que ésta se formó cuando Sánchez dimitió tras perder una votación democrática en el Comité Federal.