La Fiscalía retira de su acusación inicial el presunto de delito de integración terrorista
MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un joven de 21 años de Alicante, Amir E.G., se ha confesado culpable este lunes en la Audiencia Nacional de los delitos de autoadoctrinamiento y financiación del terrorismo, aceptando una condena de 6 años de cárcel y 1.300 euros de multa tras alcanzar un pacto con la Fiscalía, que antes del juicio había solicitado para él 15 años de prisión y lo acusaba de ser miembro de Estado Islámico.
En el juicio, que apenas ha durado cinco minutos por el acuerdo de conformidad entre las partes, Amir E.G. ha reconocido su culpabilidad a las preguntas del tribunal, ante el que ha admitido ser el autor de los hechos y se ha conformado con la condena pedida por el fiscal.
Finalmente, la Fiscalía ha retirado de su escrito de conclusiones provisionales la acusación de que el joven se había integrado en DAESH y por la que le reclamaba hasta 9 años entre rejas. Con todo, por el delito de autoadoctrinamiento y autoadiestramiento, el acusado tendrá que asumir, además de la multa, 3 años y medio de cárcel, mientras que por el de financiación del terrorismo, 2 años y medio.
Además, el fiscal ha reclamado y obtenido en la conformidad entre las partes el decomiso de los 700 euros ingresados en una cuenta de PayPal del joven, y en la que, según el Ministerio Público, recibió 104 dólares y 650 euros durante el verano de 2020 desde diferentes donantes, y cuya "finalidad" era destinarlos "a favor" de DAESH.
Para la Fiscalía, el acusado se había autoadoctrinado en la yihad al consumir propaganda de DAESH y había recaudado dinero para las actividades terroristas. "En las acciones del acusado y en sus expresiones se denota la total interiorización que efectúa del ideario yihadista radical propugnado por DAESH, su acrítica adhesión a las premisas que proclama, su afán por alabar" los logros de la organización, según el escrito de conclusiones provisionales.
El acusado, según el fiscal, tuvo la predisposición a colaborar "muy activamente" con DAESH hasta que fue detenido por la Guardia Civil en julio de 2020 e ingresado en prisión provisional. Amir E.G. ayudó, explicaba el fiscal, a financiar la organización "en la medida de sus posibilidades económicas" y publicaba mensajes propagandísticos en redes sociales para "difundir, elogiar y justificar" el terrorismo, "haciendo pedagogía de sus postulados con el fin de incorporar nuevos miembros" a las filas de Estado Islámico.
"BONDADES" DE LA YIHAD
Para el Ministerio Público, Amir E.G. asumió como "legítimos, deseables e incluso loables" los objetivos de DAESH y trataba, por ende, de convencer a otras personas de las "bondades" de la yihad.
El acusado, siempre según el escrito fiscal, consumía y difundía material que exaltaba las acciones de DAESH en varias cuentas en plataformas como Reddit o Archive.org. También administraba cientos de vídeos e imágenes sobre ejecuciones y batallas de yihadistas en Siria, Irak o África. Para navegar por la red tomaba medidas de seguridad como acceder con redes VPN, navegadores anónimos como TOR, un número de teléfono virtual y el borrado del caché del ordenador.
Amir E.G. hacía "una continua, rápida y compulsiva difusión de los vídeos, audios y documentos relativos a DAESH, a través de los diferentes canales que gestionaba, distribuyéndolos en varias ubicaciones de la red y con estos movimientos multiplicaba la velocidad y capacidad de difusión", a criterio de la Fiscalía. Esos perfiles en Internet registraron más de un millar de visitantes.
En el momento de la detención, agentes de la Guardia Civil registraron la casa del acusado, en San Vicente del Raspeig (Alicante), donde encontraron ropa militar, dibujos a mano de armas automáticas y banderas con "connotaciones bélico-religiosas".
Del análisis de su teléfono móvil, los agentes hallaron conversaciones con otros usuarios en la red Instagram en las que el acusado decía que "pronto" viajaría a Irak, "si Dios quiere", mientras que en Telegram habría jurado lealtad a Estado Islámico.
La Fiscalía, además, le acusaba de participar en una red internacional de captación de dinero para financiar la yihad. "Realizaba labores de recaudación de dinero dando indicaciones a sus interlocutores de cómo mandar dinero a terceros en Turquía o al campamento de Al-Hawi, situado al noreste de Siria, a unos 120 kilómetros de la frontera con Irak" y donde estaban internas unas 64.000 personas, entre ellas esposas de miembros del DAESH, indicó.