MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado que en Cataluña "no hay un problema de Derechos Humanos" porque los catalanes, cuya cultura ha dicho querer y respetar, "no están oprimidos por España", de manera que "no hay que hacer paralelismos con Eslovenia u otros países de la ex Yugoslavia".
En una entrevista en la televisión portuguesa RTP, Juncker ha sido rotundo al afirmar que "Europa no tiene que tener ningún papel" en un conflicto entre el Barcelona y Madrid que es "evidente" pero es "interno". "Son los españoles los que tienen que resolver este problema", ha remachado.
Además, ha dejado claro que él no quiere "que mañana o pasado mañana la UE tenga 95 países diferentes", porque de esa forma se perdería "el control". Es más, ha recalcado que "la unidad nacional y la unidad europea van juntas".
Preguntado por el hecho de que él mismo afirmase, tras el referéndum del Brexit, que la UE debía escuchar a los independentistas escoceses (proeuropeos), ha respondido que todo el mundo tiene derecho a ser escuchado, "todos los conjuntos que componen los grandes conjuntos nacionales", pero que ser escuchados no implica necesariamente "hacer seguidismo" de sus posiciones.
Además, en el caso catalán ha asegurado que la UE respeta la expresión de su voluntad, pero que el referéndum del 1 de octubre no puede considerarse como una representación de la voluntad de todos los catalanes, porque la participación no fue lo suficientemente alta como para aceptar que "la voluntad entera del pueblo catalán es la que pretende el Gobierno catalán".
También ha recordado que el referéndum fue ilegal a los ojos de la Constitución española, del Tribunal Constitucional y del Parlamento español. "¿Cómo se va a infiltrar la Comisión Europea en este conflicto español interno? No es nuestro papel, lo que no quiere decir que no respetemos a unos y a otros", ha añadido.
Preguntado entonces si la UE no intervendrá aunque la situación se "desborde", ha respondido que ya se ha "desbordado un poco" porque el Gobierno y "en parte" el Parlamento de Cataluña se han situado fuera de la legalidad.
Así, se ha limitado a invitar "a derecha, a izquierda y a todos" a "intentar conciliar el punto de vista catalán y el punto de vista español pero no es el papel de Europa ni de la Comisión Europea".